NudoGordiano-Yuriria Sierra
Política como hombrecitos

Creel me cayó en gracia. Además de que, la neta, logró amarrar la primera reforma de importancia en lo que va del sexenio (con todo y amenazas de huelga encima), el viernes, refiriéndose a todo el asunto del posible desafuero, le dijo a López Obrador que enfrente sus responsabilidades ante la ley “como hombrecito”. Después, Andrés Manuel, sin demasiada autoridad moral después de la publicación de sus elementales y hasta ofensivos (de la inteligencia ajena) pejecómics, le exigió al secretario de Gobernación que no hiciera ese tipo de declaraciones porque “rebajan el nivel” del debate político. El Peje hablando de fauces. No me pondré a discutir en este momento el oportunismo y la incongruencia con la que AMLO responde a Creel, qué aburrido... y redundante. Pero la verdad es que, este episodio me hizo pensar que, efectivamente, la política en nuestros días, en México y en el mundo, ya no se realiza de manera recta, valiente, honorable. Cierto es que la política no es moral (Maquiavelo dixit), pero sí es una tarea que requiere de una grandeza de espíritu y de buen juicio que aparecen como bienes muy escasos en este arranque de milenio. ¿Qué es hacer política como hombrecito (hago, por cierto, fehaciente mi inconformidad feminista por el término, pero bueno)? Tengo un par de preguntas.

Uno: ¿Se comportaron como hombrecitos los países que apoyaron incondicionalemtne a Estados Unidos en la guerra que lanzó contra Irak? En los grandes momentos históricos es cuando se conoce la valentía de los hombres de Estado.

Dos: ¿Se comportaron como hombrecitos Bejarano, Ímaz, Ponce? Por menos de lo que vimos, en otros países el suicidio hubiera sido la única salida ante tal deshonor. Había una vez, en un lejano reino, la creencia de que el honor y la reputación eran las únicas posesiones que un político debía tener.

Tres: ¿Se porta como hombrecito Marta Sahagún cuando declina una candidatura a pesar de tener la segunda mejor popularidad de entre todos los aspirantes? Sí, porque aún si fue orillada, terminó por admitir que sus coqueteos le hacían mucho daño al país.

Cuatro: ¿Se portó como hombrecito Marta Sahagún cuando decidió construir una candidatura desde Los Pinos? No, porque su posición era ventajosa y además lastimaba los méritos y esfuerzos que muchas mujeres hacen para construirse una carrera política propia, sin argolla de matrimonio como pase directo a la reelección, o en su caso, como letra de cambio a una curul.

Cinco: ¿Se portan como hombrecitos Creel, Bátiz o Chuayffet cuando defienden a sus respectivos jefes? Sí, porque la lealtad es un valor político que se ha olvidado.

Seis: ¿Se portó como hombrecito Durazo cuando renunció a su puesto en Presidencia? También, porque la lealtad es sobre todo un valor interno. Si Durazo ya no creía en Fox, traición hubiera sido permanecer como su particular.

Siete: ¿Se porta como hombrecito Roberto Madrazo cuando aniquila la disidencia dentro de su partido? No, porque la política es el arte de construir consensos no de imponer voluntades.

Ocho: ¿Se porta como hombrecito Elba Esther Gordillo cuando permanece en su curul después de que le dan virtual golpe de Estado? No, porque la dignidad no es un concepto que se construya fraguando una venganza.

Nueve: ¿Se porta como hombrecito López Obrador cuando acusa a las “fuerzas oscuras” de armar y desplegar un complot en su contra? No, porque el señalamiento demagógico de culpables para justificar los errores propios es la estrategia más antigua y obvia del mundo.

Sobrarían ejemplos. Creo que, sobre todo, no hace política como hombrecito el que se obsesiona con el poder. El que es incapaz de admitir sus fallas, el que no sabe disculparse, el que es capaz de destruir a su país, la cohesión social o la marcha económica, con tal de no “perder” sus guerras personales. Como hombrecitos, sólo los que saben resistir la última tentación del poderoso: olvidar que es una profesión de servicio a los demás, para ceder ante la eterna una fascinación al servicio de sí mismos.

yuriria@mileniodiario.com.mx

 

Regresar al inicio de la página

 

NOTAS ANTERIORES

No votaré por Hank ni por el PRI

( J. Jesús Blancornelas )

 

Publicada en  www.zetatijuana.com  el  24  de julio  de 2004

Ojo por Ojo-Álvaro Cueva
Pequeña golosa

 

Publicada en  www.alvarocueva.com  el  1  de agosto  de 2004

Ir al Archivo de Notas

Si quieres incluir una columna o nota en esta sección, envíala a  buzon@lavisiondelciudadano.com citando la fuente y la publicamos.