Israel Rodríguez* Si los mexicanos escogemos a nuestros gobiernos ¿por qué elegimos malos gobernantes?, Si no queremos corrupción ¿por qué ponemos en el poder a quienes nos han robado?, si queremos un gobierno eficiente ¿por qué votamos por incompetentes e inútiles?. El diagnostico es que los mexicanos padecemos de amnesia política, un mal que produce olvido. Y su raíz esta desde el nacimiento de nuestro país. En 1821 México proclama su independencia y a Agustín Iturbide como su emperador; en su ejercito sobresalía la ambición de un militar, Antonio López de Santa Anna, que se une a Guadalupe Victoria para derrocar a Iturbide. En 1824 Victoria es presidente y paga a Santa Anna con el grado de general y Gobernador de Yucatán teniendo él mismo que destituirlo del cargo por las muchas quejas de abuso de poder, mandándolo al retiro a Veracruz. México olvida su cacicazgo en Yucatán y lo llama a repeler la invasión española en 1829, regresando a la Ciudad de México como héroe nacional, para así ocupar el cargo de presidente en 1833. Pero, en 1836 cuando por fin España reconoce a la Republica Mexicana como Nación, el mal funcionamiento político del país hace a Texas separarse, Santa Anna falla en su intento de recuperarla y cede Texas a cambio de su vida y la presidencia. Pero, olvidándonos de su cobarde traición lo llamamos en 1838 a pelear contra los franceses teniendo un triunfo gris que lo hace presidente, haciendo de México un estado militarizado sin justicia. En 1844 es derrocado y exiliado a Cuba pero, olvidamos pronto sus atrocidades y lo traemos de regreso en 1846 cuando EUA decide invadirnos, esta vez Santa Anna es derrotado en múltiples batallas para finalmente en 1848 rendirse y ceder Alto California y Nuevo México por 15 millones de pesos con los que se va del país mutilado de una pierna. Nuevamente olvidamos su alta traición y no solo eso, sino que lo hacemos nuestro Dictador en 1853; y lo primero que hace de regreso es enterrar con honores su pierna para después vender La Mesilla por 20 millones de pesos a EUA. Dinero que usa para darse una vida de lujos cuando nuestro pueblo se moría de hambre. En 1855 es exiliado a una isla y la turba en venganza exhuma su pierna. Pero, ya era muy tarde y medio país menos. En Tijuana, Ensenada y México en general sigue pasando lo mismo. Jorge Hank Rhon ya trajo en antaño males a la ciudad de Tijuana como el abuso de poder y se llevo a Los Ángeles el dinero producido por los tijuanenses, hoy ya lo olvidamos y lo aclamamos como héroe creyendo que será la solución a esta frontera; pero, solo veremos como vende nuestros litorales a empresas de EUA y como se lleva ese dinero a otro país. El Dr. Catalán cuando fue regidor y después diputado no hizo nada sino comprarse terrenos baratos, ahora carísimos; pero ya lo olvidamos y lo hicimos presidente municipal donde solo hecho de Ensenada la ciudad mas pobre e insegura en todo el estado, pero olvidaremos lo que han hecho, y los haremos Gobernadores solo para que terminen por vender la Isla Coronado a los casinos de EUA para que el dinero se vaya de aquí. Lo volveremos a olvidar y alguno será presidente de México y otro secretario de estado y no servirán. Y no es porque los mexicanos seamos estúpidos, es porque decidimos olvidar nuestras desgracias y seguir adelante, con ese empuje que tenemos los mexicanos, los sicólogos lo llaman amnesia postraumática; es tal la impresión que nos causan los asesinatos, fraudes y mentiras que preferimos olvidar a perder la esperanza de ese México que soñamos. Aun así debemos afrontar la realidad y decir NO a las injusticias, y decir NO al olvido, recordemos las tragedias que nos han causado paro no permitir ninguna mas. MEXICO.... NO OLVIDES. * Estudiante de ciencias computacionales UABC Ensenada, Baja California
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