Publicada en La Crónica el 16 de diciembre de 2003
( Francisco Reséndiz )
El jueves de la semana pasada brincó de su curul con una pancarta que a la
letra decía: "Mueran los traidores a la Patria". Hoy, casi una semana
después, el diputado perredista Emilio Serrano aclara que no fue una
ocurrencia ni mucho menos una broma, va en serio:
"Quienes estén dispuestos a aprobar que se graven medicinas y alimentos
traicionan a la patria y, por ello, merecen la pena de muerte", afirma,
convencido de que la razón le asiste.
No es un diputado cualquiera: es oriundo de la Agrícola Oriental y lector
asiduo de Adolfo Hitler; incluso, se dice partidario de la pena capital "con
estricto apego a la Constitución".
Subraya que siempre ha estado consciente al exigir ese castigo para los
gobernantes que han desatendido las necesidades de los mexicanos. Y
sentencia que echará mano de la movilización social para evitar la
aprobación de una reforma fiscal que vulnere a los sectores más
desprotegidos del país.
Entrevistado en sus oficinas de San Lázaro, el diputado federal capitalino,
fundador de la llamada "Revolución Blanca" hace notar el pensamiento del
líder nazi: "Decía Adolfo Hitler en su libro Mi lucha que no es lo mismo
imaginarse qué es lo que siente el pueblo a vivirlo. Y nosotros lo hemos
vivido, lo vivimos".
Otrora militante priista, agrega que los legisladores del Partido de la
Revolución Democrática saben qué se siente tener profundas carencias,
hambre, perder el trabajo, y desde esa óptica —dice— nos metemos en los
zapatos de quienes están desesperados por no tener que llevarles que comer a
su familia.
Recalca que en la Constitución se establece con claridad la pena de muerte
para los traidores de la Patria.
"Nosotros consideramos que si a los adultos mayores, a los ancianos que
dieron sus mejores años al país, no se les tome en cuenta y los diputados
con su voto están entregan el país a los extranjeros, es una traición a la
nación mexicana.
"La venta de Pemex y de la CFE se está dando paulatinamente, ya se vendieron
los ferrocarriles, los bancos, teléfonos, qué más les queda vender, nuestra
dignidad, nada más les falta que firmen la factura del país y eso es
traición a la Patria y merecen la pena de muerte", dice.
—¿Gravar con IVA a medicinas y alimentos, o aprobar impuestos en las cadenas
productivas es traición a la Patria?
—Claro que sí. No hay genocidio sólo con balas o cuchillos; también se mata
de hambre. Cuando se aprobó el Fobaproa, muchos decidieron suicidarse por no
tener dinero, eso también es genocidio y matar a la gente de hambre es
genocidio y los genocidas merecen la pena de muerte.
—¿Pedir la pena de muerte en este contexto no es ser extremista?
—Siempre he sostenido que debe aplicarse la pena de muerte.
Subraya que la pancarta que mostró durante la sesión del pasado jueves —en
la que se desechó la propuesta fiscal foxista—, tenía toda una justificación
y no se trataba de "una simple frase". Insiste en que la Constitución
establece la pena de muerte a los traidores.
"La expresión era en serio y la sostengo: aquel diputado, gobernante o
senador, que se preste a vender el país, a empobrecer el país, a matar de
hambre a los pobres, son traidores a la patria y la Constitución dice que
merecen la pena de muerte", apunta.
Justifica su posición con una bandera política que enarbola desde hace
tiempo cuando creo la "Revolución Blanca", una organización conformada por
adultos mayores, jubilados y pensionados.
"Hay siete millones 436 mil ancianos en todo el país, de los cuales la
mayoría han dejado de tener trabajo e ingresos, y mucho de ellos, no son
jubilados o pensionados, y los que lo son reciben una pensión de mil 232
pesos mensuales".
Afirma que difícilmente los adultos mayores tienen dinero para comer, pagar
renta, luz, gas, transporte, agua, comprar ropa y medicinas.
"Considerando que no les surten sus medicamentos en el IMSS o en el ISSSTE,
conozco a muchos ancianos que están postrados en el lecho esperando a que
les llegue la muerte.
"Mi molestia y actitud es porque no nos hacen caso y la única manera que
tenemos es que al sentir la presión de la gente se detengan en el momento de
emitir su voto a favor o en contra de quienes menos tienen. Con la
movilización los llamados a la reflexión".
Recuerda que en otras legislaturas de la Cámara de Diputados se ha votado y
aprobado tanto el incremento del Impuesto al Valor Agregado de 10 a 15 por
ciento como la creación del Fobaproa y luego del IPAB, que ha dañado al país
y generado muchas muertes que se derivaron de la difícil situación nacional.
Insiste en que quienes son parte del pueblo saben de sus carencias y de su
sufrimiento. Agrega que los perredistas tienen una visión clara de su peso
político en el Palacio Legislativo de San Lázaro y que están dispuestos a ir
junto a quienes coincidan con ellos para evitar una reforma fiscal
"negativa".
EL PRD DIVIDIó AL PRI. Emilio Serrano Jiménez se confiesa y confirma que los
legisladores perredistas tuvieron mucho que ver en la ruptura que sufrió la
bancada del Revolucionario Institucional en el Palacio Legislativo de San
Lázaro. Subraya que muchos legisladores del tricolor decidieron romper con
sus líderes.
¿Quién es Emilio Serrano?
Tiene 52 años. Contendió en la elección federal del pasado 6 de julio en la
que bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática y ganó por
mayoría el distrito 13 de la ciudad de México, con sede en la Delegación
Iztacalco.
Ex militante del Partido Revolucionario Institucional, fue diputado de la
Segunda Legislatura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, donde
presidió la Comisión de Atención a Personas de la Tercera Edad, Jubilados y
Pensionados de ese cuerpo colegiado local.
Fue uno de los principales promotores de llamada "Revolución Blanca", una
organización integrada por gente de la tercera edad que pugnan por derechos
que, dicen, les han sido negados después de todo su aporte al país.
Actualmente es el presidente de esta agrupación.
Locutor con licencia, fue jefe de manzana, presidente de Colonia y
presidente de la Junta de Vecinos de la colonia Agrícola Oriental. Se
desempeñó como secretario del Consejo Consultivo de la Ciudad de México
durante la regencia de Manuel Camacho Solís, también fungió como Consejero
ciudadano.
En corto, Emilio Serrano comenta que vive tranquilo en una de las colonias
más peligrosas de la capital del país: la Agrícola Oriental. "Sin escolta
—agrega— viajo a todas partes, voy a los tacos, llego de madrugada y no pasa
nada y ahí estaré a las órdenes de quien me busque".