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Publicada en Gulf News el 2 de diciembre de 2003
Abdul Hamid Ahmad
Bush, un ladrón que llega en la noche
El jefe de Estado del país más poderoso de la tierra normalmente no hará una
visita atemorizada y a escondidas a un país que está totalmente ocupado por
sus tropas, a no ser que esté aterrorizado y dudoso de su propia seguridad.
Eso fue lo que hizo el presidente Bush cuando llegó furtivamente a Bagdad
para intentar subir la moral de sus soldados en el área compartiendo sus
celebraciones del Día de Gracias, tal como lo afirmó la administración
estadunidense.
Pero el viaje fue contraproducente porque Bush parece haber desmoralizado a
sus tropas, ya que la visita estuvo rodeada de mentiras de la
administración. Al hacerlo, Bush ha confirmado el dicho árabe: “Tratando de
arreglarlo, lo descompuso”.
Según los reportes noticiosos, Bush voló 27 horas sin escalas para pasar
sólo dos horas y media con sus tropas. Su administración, como las
anteriores, mintió cuando dijo dos días antes del viaje que Bush planeaba
pasar el Día de Gracias con su familia y que enviaría un mensaje telefónico
a sus tropas en Irak.
En su lugar, repentinamente, apareció en Bagdad. Esto significa que el
pueblo estadunidense está siendo engañado por su propia administración y
gobierno. Esto, por supuesto, no tuvo nada que ver con los arreglos de
seguridad para el viaje, porque hay una diferencia entre mentir y mantener
algo en secreto.
Pero olvidemos el tema de las mentiras, porque ya sabemos que EU miente
habitualmente a través de Bush, de su secretario de Defensa, de su asesor de
Seguridad Nacional, y del resto de la banda likúdica del Departamento de
Estado, del de Defensa y de otras instituciones.
Probamos sus mentiras cuando se preparaban para la guerra contra Irak y
cuando la iniciaron. Nos concentraremos en el viaje del presidente a un país
que está enteramente ocupado por sus fuerzas. Por supuesto es una fórmula
extraña, aunque Bush es el segundo presidente estadunidense, después de
Eisenhower, en viajar a un país ocupado por fuerzas estadunidenses. Pero hay
una gran diferencia entre ambas visitas. Bush hizo el viaje bajo el cobijo
de la noche y estuvo rodeado de secretos y mentiras. Eisenhower visitó a sus
fuerzas en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, a plena luz del día
y su visita reflejó la victoria y la seguridad personal.
Fue muy diferente al atemorizado viaje de Bush, que demostró sólo miedo y,
tal vez, una derrota a pesar de sus vacías afirmaciones de victoria ante sus
soldados.
El viaje relámpago de Bush a Bagdad produjo sólo este resultado aunque, por
supuesto, la propaganda estadunidense difundirá otros resultados.
Todos vimos cómo las tropas estadunidenses, que están desmoralizadas y
molestas, recibieron una visita secreta y sorpresiva de menos de tres horas
de su presidente y comandante supremo. ¿Cómo una visita así, hecha por un
tan asustado presidente, podría subirles su ya debilitada moral?
La administración podría haber anunciado la visita de Bush con anticipación
y, al mismo tiempo, haber tomado medidas de seguridad precautorias. No puedo
ver ninguna contradicción en tal procedimiento, dado el enorme poderío
militar y de inteligencia de EU. Con una visita bien preparada, Bush podría
haber enviado un fuerte mensaje de confianza personal y triunfo a sus
fuerzas desmoralizadas en Irak.
El viaje a hurtadillas bajo el cobijo de la noche produjo justo lo
contrario. Ilustró la falta de confianza y el miedo a la situación en Irak,
y fue más parecida a una infiltración de ladrones que a un viaje de un
presidente para levantar la moral de su gente... ¿Cómo pueden las tropas de
Bush confiar en su habilidad para permanecer en Irak si su propio presidente
los visita atemorizado y bajo la cubierta de la noche?
El viaje relámpago de Bush a Irak, de hecho, ha bajado la moral de sus
tropas, y también podría tener el mismo impacto en el pueblo estadunidense,
que está dirigido por un gobierno de mentiras que hoy adquiere dos
características nuevas: miedo y pánico.
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