Yara Silva
René Bejarano y Dolores Padierna defraudaron a 180 familias
 

Habitantes de la Unidad Habitacional UPNT, en Tláhuac, denunciaron que a cambio de una vivienda, la cual al año presentó defectos estructurales, eran obligados a volantear y convencer, casa por casa, que el PRD era bueno para todos.

 

 Juan Jesús todavía guarda el folleto que algún desconocido le ofreció en la Alameda del Sur. El volante consagraba toda la información de aquel sueño que hasta ese momento era inalcanzable para él. El hombre forma parte de las 180 familias que fueron defraudadas con viviendas vendidas en 1996 por la desaparecida Unión Popular Nueva Tenochtitlán liderada en ese entonces por René Bejarano y Dolores Padierna. “Nos vendieron departamentos en edificios que al año amenazaron con desplomarse”, cuenta uno de los afectados.

Quienes aún viven en alguna de las seis torres de la Unidad Habitacional UPNT de la delegación Tláhuac, dicen que por recibir un departamento de 79 metros cuadrados, eran obligados a formar parte de las manifestaciones y mítines que Padierna y Bejarano encabezaban. Además, tuvieron que pagar un enganche de nueve mil pesos, y mensualidades congeladas de 500 pesos, “dinero que ahora vemos, sirvió para las campañas de los perredistas”.

Al venir de Puebla, la familia Arreola se encontró con que en la gran urbe el trabajo era insuficiente para sobrevivir. Aun así los cinco integrantes encontraron en la UPNT “un gran alivio” pues la alternativa que ellos ofrecían era la única opción que “los sacaría de los grandes problemas de pagar una renta”.

Los problemas vinieron después, cuando los dirigentes de Unión comenzaron a amenazarlos si se negaban a cumplir con un horario fijo para repartir volantes en las calles de la ciudad. Además, dicen que tenían la obligación a trasladarse a colonias de la delegación Cuauhtémoc de alta peligrosidad “como Tepito”, para visitar casa por casa y así convencer a la gente de que el PRD “sí era bueno para todos”, todo ello durante unos cinco años.

“Nos obligaban a ir a varios lugares para hacer proselitismo, nos pasaban lista y si alguien faltaba les ponían castigo”.

Si querían casa, tenían que esforzarse para contribuir con el PRD. “Todo nuestro trabajo se convirtió en votos para el PRD, los mismos votos que llevaron al poder a Cuauhtémoc Cárdenas”.

La gran fiesta llegó aquel 16 de septiembre de 1996. Bejarano y Padierna llegaron al lugar para inaugurar los edificios con cimientos planeados originalmente para tres pisos, y que al final quedaron de cinco.

La relación de la pareja perredista con los colonos de la Unidad se desplomaba casi tan rápido como las edificaciones, pues nunca se volvieron a presentar en aquel terreno de la delegación Tlahuac.

La alegría de estrenar casa les duró muy poco. Al año siguiente comenzaron a aparecer las fisuras en los muros, las mismas que ahora siete años después, tienen 10 centímetros de separación, tanto en los tabiques como en trabes.

Ahora la unidad está en ruinas. Los departamentos vacíos tienen los vidrios rotos, las paredes grafiteadas, están llenos de basura y desperdicio.

La delegada Fátima Mena hace oídos sordos ante las quejas de los pocos colonos que aún habitan la Unidad.

“Desde que la delegada llegó al poder, la fuimos a ver para hacerle peticiones como el saneado de las cisternas y del drenaje. Nunca nos hizo caso, nos ha insultado, y con el pretexto de que vivimos en una zona de alto riesgo nos quieren obligar a dejar nuestras casas”.

Varios vecinos de la Unidad UPNT constatan y avalan lo dicho. “Es un hecho, quieren que nos vayamos de aquí y entre más pronto mejor, pero no se les va hacer”.

Constructora inexistente

Tal fue la desesperación de las familias que organizados viajaron a Jalisco en busca de la Constructora del Centro de Aguascalientes, la encargada de edificar las viviendas. De nueva cuenta la ilusión se desvanecía, pues el viaje sólo sirvió para comprobar que el domicilio fiscal de la compañía no existía.

Cuentan los vecinos que “para fastidiarlos, las autoridades de la delegación Tlahuac se confabularon con la compañía de Luz y Fuerza del Centro, para cobrarles altas tarifas, abusivas e injustificadas”. Además por las áreas comunes pagan 90 pesos bimestrales, revelaron.

La repuesta de la delegada de Tlahuac, dice Juan José es que derribemos el edificio, “así como si fueran zapatos viejos que hay que tirar a la basura”.

“Además Fátima asegura que ella nada tiene que ver con Bejarano y Padierna, pero ahora se sabe que el contratista favorito del PRD, Carlos Ahumada, estuvo metido hasta la cocina en esa demarcación. Por lo que nosotros pensamos que no hay piedra puesta que no haya sido por una de sus compañías fantasmas”.

Más de la mitad de los vecinos huyeron, y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador los ayuda todavía con 3 mil pesos mensuales para pagar una renta.

 

 

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