Tras detectar problemas que llevaron al diario a trasladarle a la sección de información nacional, el periodista persistió en sus invenciones hasta ser despedido en mayo de 2003.


El diario, en el que trabajan 375 reporteros, ha empezado a examinar con lupa los más de 600 artículos que Blair escribió.


“Los periodistas del Times han descubierto hasta ahora nuevos problemas en 36 de los 73 artículos que Blair escribió desde que empezó a realizar encargos para la sección nacional”, el pasado octubre.


El diario difunde una dirección electrónica (retraceAnytimes.com) para quienes hayan sufrido las fabricaciones de Blair, que empezó haciendo prácticas en el New York Times en 1998.


“En los meses finales (del trabajo de Blair) la audacia de las decepciones creció más y más cada semana, sugiriendo que era la obra de un joven con problemas que caminaba hacia la auto-destrucción profesional”, justifica el rotativo.


“Sus errores llegaron a ser tan rutinarios, y su conducta tan antiprofesional, que en abril de 2002, Jonathan Landman, el jefe de la sección metropolitana” envió un mensaje electrónico a un superior que decía: “tenemos que evitar que Jayson escriba en el Times. Ahora mismo”.


Landman recibió al día siguiente una carta de reprimenda. Un compañero de redacción describe a Blair como alguien que tenía “carisma, un enorme carisma”.


Algunos de los detalles. Blair, según el diario, inventó la muerte de un primo suyo en los atentados del 11 de septiembre de 2001, situó al padre de la prisionera de guerra Jessica Lynch mirando los campos de tabaco y las pasturas desde un porche sin que existieran ni lo uno ni lo otro y describió un servicio religioso al que no asistió.


A algunas de las “víctimas” les llegaron a gustar las falsedades del periodista. Así, la familia Lynch, cuya hija, prisionera de guerra en Irak, fue rescatada por los marines, bromeó sobre los campo de tabaco y las pasturas.


En otra ocasión, basándose en unas fotos del Times, Blair describió la angustia y espera de la familia Gardner, cuyo hijo era prisionero de guerra en Irak, cuando sólo habló con ellos por teléfono.


“La familia Gardner, que pasó un tiempo considerable al teléfono con Blair, estaban encantados con el artículo. Escribieron al diario haciéndolo saber y la carta fue publicada”, dice el informe del periódico.


Otros, sin embargo, llegaron a corregir en público las informaciones de Blair, como el fiscal federal Thomas M. DiBiagio, a través de un comunicado.
Existe el caso incluso de que respecto al caso del francotirador Lee Malvo donde mencionó la existencia de una abogado que ni siquiera estaba contemplado para defender al asesino de cinco personas en Maryland y Washington D.C.


Sobre cómo sobrevivió tanto tiempo profesionalmente un periodista que acumuló desmentidos de altos responsables de la administración y sobre el que no faltaban indicios de sus métodos, el director del diario, Arthur Sulzberger, lo atribuyó a un problema de comunicación interno.


“Esto cristaliza un poco que debemos hallar mejores líneas de comunicación en lo que es, para ser justos, una masiva redacción”, dijo Sulzberger en el informe.


El caso de Blair y la rectificación del Times no son únicos en la historia del periodismo estadunidense.


En 1980, Janet Cooke publicó en The Washington Post una historia sobre un adicto a la heroína de 8 años que le valió un premio Pullitzer en la categoría de reportaje en 1981.


Dos días después de obtener el galardón confesó que se lo había inventado todo.

 

AFP (NY)

 

 

 

Lea al invitado anterior

Si quieres incluir una columna o nota en esta sección, envíala a  lavisiondelciudadano@yahoo.com citando la fuente y la publicamos.