EL PARTIDO VERDE Salinista de México ha tenido un avance espectacular. Movido magistralmente por su nuevo accionista mayoritario, el señor licenciado Carlos Salinas de Foxari (que siempre ha vivido en México, excepto cuando no), consolidó una notable votación propia (3.97 por ciento del total de votos para diputados federales, según datos del PREP a las 18 horas de ayer), compartió ganancias con el PRI en los distritos donde llevaron candidatos en alianza (13.42 por ciento para ambos partidos, según la misma fuente antes citada), ganó algunas presidencias municipales y diputaciones por sí mismo, y en algunos estados dejó al PRD en cuarto lugar (Baja California, Coahuila, Jalisco y Quintana Roo).

EL CRECIMIENTO DEL negocio verde tiene varias explicaciones: por un lado, el apoyo técnico y logístico del salinismo, mediante las tretas de demoscopia y mercadotecnia que al ex presidente pródigo le proporcionaban Ulises Beltrán y Hugo Scherer como jefes de encuestas y diseñadores de propaganda electrónica (ellos fueron los responsables de los anuncios televisivos en que el Verde Salinista ofrecía a sus posibles votantes una versión actualizada de Solidaridad: casa, salud, educación; algunos de sus clientes destacados de años recientes han sido René Juárez en Guerrero y Arturo Montiel en el estado de México). Pero, además, en la cosecha de votos del Verde Salinista también es detectable la confluencia de los resultados de insólitas maniobras de mentirosa lucha social que han realizado en meses cercanos otros negocios de la familia González Torres, como son las empresas productoras y distribuidoras de medicamentos llamados similares. Con el pretexto de denunciar la corrupción, los membretes controlados por la susodicha familia González desplegaron una campaña mediática contra el Seguro Social porque se negaba a comprarles sus polémicos productos sanitarios (Don Simi debería recetarles medicamentos reforzados a algunos de quienes al hablar así acababan con la lengua llena de mordeduras, uno de ellos, por ejemplo, Víctor García Lizama, zar de la caridad). En el colmo de la falsificación de las movilizaciones justicieras, esos membretes organizaron en meses pasados "manifestaciones públicas" contra los malos directivos del IMSS, en las que participó la clientela cautiva del Verde, con pancartas hechas en serie y un activismo pagado a destajo. (Por cierto, la oreja del nuevo gerente general del partido familiar asomó claramente cuando los "similares" volcaron su atención empresarial en Cuba, adonde llevaron en alguna ocasión a la misma Rigoberta Menchú para promover los citados medicamentos genéricos. Las puertas de Cuba fueron abiertas, desde luego, por el jefe Carlos, buen amigo de Fidel Castro.)

LA MEZCOLANZA DE los intereses de la familia González con los proyectos de reinstalación política del salinismo han permitido que los aliados de Fox en 2000 sean ahora los socios del PRI de Madrazo y Gordillo, también dominado por el ex presidente retornable. Aquel tongo boxístico organizado por la maestra Elba Esther a favor de la fundación Vamos México simbolizó la alianza del poder conyugal de Los Pinos con los planes de resurrección de Carlos Salinas de Gortari: la estrella de la función pugilística fue Jorge Kawahgi, quien ganó un enorme coro de "¡fraude, fraude!" cuando noqueó a un bulto ruso sin siquiera haberle hecho con el guante más que aire a unos centímetros de la barbilla. Ahora el peleador fraudulento, gran amigo del Niño Verde que preside el partido que su papi le organizó, será el coordinador de la bancada del Verde Salinista y, según repite en cada entrevista a quien se lo pregunta, si a alguien admira es al nuevo comandante en jefe, San Carlos de la Vuelta a Casa.

EL PRI, EL Verde y Salinas, listos para negociar con el muy deprimido Fox, al que ahora hasta su propio partido pretende poner en cuarentena política.

 

 

Lea al invitado anterior

Si quieres incluir una columna o nota en esta sección, envíala a  lavisiondelciudadano@yahoo.com citando la fuente y la publicamos.