Dismissed.  Esta serie no parece muy original.  Un tipo (o tipa) debe salir al mismo tiempo con dos tipas (o tipos), quienes comparten un día con el candidato a conquistar y quien al final del día debe elegir a uno (o una) de sus pretensos y despedir (dismiss) a la otra parte.  No suena mal y aparenta ser divertido.  Lo malo es que el rating no era muy bueno, así que se ha pretendido hacer un programa más osado.  ¿Cómo?  No se les ocurrió mejor cosa que hacer citas gay -dos tipos pretendiendo a un tipo o dos tipas pretendiendo a una tipa- o en otros casos, durante la cita, el tipo hace que las dos tipas que se lo disputan se besen de legua y se acaricien entre sí.  Como siempre, no me escandalizo, pero si me parece muy irrespetuoso que se haga un concurso gay en un canal que no está dirigido a un público gay.  Vamos más allá de la discriminación -que no es el punto- sino que, regresando, es un programa supuestamente familiar en un horario familiar, así que supongo que puede haber menores viéndolo.  ¿Cómo afecta a un adolescente desubicado o confundido ver una cita gay?  Por otro lado, es posible que una chamaca considere correcto bazuquearse y toquetearse con otra tipa mientras supuestamente se disputa la atención de un pretendido galán.  Pueden hacerse concursos gay o promoverse el sexo en trío –que es bastante apetecible-, siempre y cuando se dirija a un público adulto, que ya tenga formado un criterio y que sea responsable de sus actos, y no a una audiencia que apenas busca su propia identidad mientras enfrenta su pubertad

The Ozzbournes.  Este es el perfecto ejemplo de cómo destruir a una leyenda con su consentimiento.  Siempre he tenido un enorme respeto desde mi adolescencia por el Heavy Metal y el Hard Rock como para que ahora Ozzy Osbourne –vocalista de Black Sabbath- venga a destruir su imagen de sacerdote maldito para quedar en un patético abuelo que ni sus perros respetan.  Esta serie es simplemente la transmisión de la vida privada de Ozzy Osbourne con todo y familia.  Lastimosamente no hay nada interesante, a no ser el ver a un Ozzy en condiciones deplorables, unos hijos que todo tienen y todo pueden, una esposa desinteresada del mundo salvo los negocios y un dialogo nulo, basado en la interminable repetición de la palabra “fuck” (joder).  ¡Esta serie hasta premios ha ganado!  

I dare you will (Apuesto a que lo haces).  Un programa que no tiene otra finalidad que demostrar que siempre hay una persona dispuesta a humillarse haciendo cualquier idiotez por un poco de dinero, y los concursantes no se ven necesitados de dinero, más bien les urge tener sus 5 minutos de fama sin importar la forma.  Los retos –que se hacen en la vía pública- van desde batirse en pastel, dejar que peguen tu cabello con el de otra persona usando engrudo, arrojarte una mezcolanza de salsas en los calzones o tener que comerte 10 cucarachas de NY.  Muy instructivo. 

Pero en México también hace aire.  He aquí algunos ejemplos: 

100 mexicanos dijeron. ¿Qué tiene de malo este programita?  Que no se trata de saber, sino de suponer.  Dos equipos formados por cuatro miembros de una familia se enfrentan entre sí respondiendo a solicitudes como “Diga 5 platillos mexicanos”, “Diga 5 cosas que use un plomero”, etc.  El problema es que las respuestas no deben ser necesariamente correctas.  Me explico.  Las respuestas “correctas” de la emisión son las 5 primeras respuestas resultantes de aplicar la misma solicitud a 100 mexicanos encuestados los días previos, entonces, por ejemplo, si entre las 5 primeras respuestas de esos 100 mexicanos a la solicitud “Mencione 5 canciones de The Beatles”  responden “Imagine” –que no es de The Beatles, sino de John Lennon como solista-, la respuesta es correcta para el concurso aunque sea incorrecta en la vida real.  Eso no promueve el conocimiento, sino que exhibe la ignorancia de los encuestados en la mayor parte de los casos. 

Big Brother 2.  Desde los promocionales se notan los bonitos valores que este programa promueve: “24 horas de pique”, “24 horas de envidia”, “24 horas de complot”.  Después del fracaso financiero y en audiencia para Televisa que resultó la primera versión, en esta ocasión se pretendió hacerlo más audaz.  ¿Cómo?  Si las chicas quieren cigarros o algún aditamento, tienen que pasearse desnudas por la casa.  La mayor parte del tiempo trascurre viendo a los monitos sin hacer nada y sus pláticas son de lo más insulsas, eso sí, diciéndole güey hasta al tendedero.  Moraleja:  ¿Para que estudias, si puedes hacerte rico de la noche a la mañana siendo un reverendo inútil?  

Los talk-shows (Cosas de la vida, Las mejores familias, Laura de América, etc.)Abundan en todas las cadenas televisivas del mundo.  La mecánica es exhibir un problema familiar, presentarlo con sus protagonistas en vivo, procurar que estos se insulten al máximo y, de ser posible, hacer que se agredan físicamente.  Entre más escandalosa sea la situación, mejor.  ¿Temas?  “Mi hijo no es de mi marido” –con la presencia de la esposa, marido y el amante-, “Mi padre abusó de mí” –con la afectada, el padre y la madre-, etc.  Nuevamente, son programas que se transmiten en horario familiar y al alcance de menores que no tienen el criterio para asimilarlos. ¡Y además muchas veces involucran a niños como testigos en estos mitotes!  Quien sabe que clase de adultos resulten después de estas experiencias sin duda traumáticas

El caso no es censurar, es ubicar a los hijos, ubicarse como padres y ubicarse como empresas.  Las empresas se preocuparán en ofrecer calidad en la medida en que el televidente se lo exija, pero si con poca producción y temáticas pobres logran grandes audiencias, ¿qué caso tiene esforzarse más si esto les funciona?  Además deben ser conscientes del tipo de público que tienen para que sitúen correctamente el horario de sus programas, de donde, por si no lo saben –que no lo creo-, muchos televidentes toman ejemplos; es importante –porque parecen ignorarlo- que su programación es su imagen como empresa.  Los padres no deben limitar o prohibir a sus hijos el ver tal o cual programa, pero si deben preocuparse por saber qué es lo que ven sus hijos, orientarlos en el sentido de que ciertas cosas no dejan nada, que deben aprender a distinguir la calidad de la basura –y no hablo de valores morales o principios-, y que no todos se hacen ricos de la noche a la mañana sin merecerlo.  Por último, los hijos son moldeados por los padres, así que también son el reflejo de sus padres y su modo de vida se expresa en su personalidad.  Estos imbéciles que sufrieron el accidente que generó este comentario reflejan un total descuido de sus padres, una necesidad de atención y un enorme vacío en sus vidas, como vacía y conformista encuentro a buena parte de la juventud actual. ¡Ojo!  No vaya a ser que esperen hasta después del niño –más bien de otro más- ahogado.