Esta frasecita que ha quedado –entre muchas otras- como una clásica en la historia de este sexenio, se generó cuando en enero de este año se cuestionó al presidente acerca de porqué no hacía nada ante el asalto armado que despojó de sus instalaciones a CNI Canal 40 por parte de TV Azteca; en ese momento se le criticó al mandatario por esta respuesta, pero resulta que casi siete meses después de que se armó el escandalito por lo que se supuso un deslinde cínico del gobierno federal ante una violación fragante de la ley de manera impune por parte de la empresa de Ricardo Salinas Pliego, esa respuesta es pretendidamente aclarada por Fox:  Lo que Don Vicente quiso decir en este brote de espontaneidad, según lo asegura, era que ¿porqué solo el presidente debe solucionar los problemas del país, si en este habitamos más de cien millones de mexicanos?  ¡Otra regada más por no saber cuando quedarse callado!  Y lo digo porque ¿qué caso tenía sacar a discusión algo que ya había quedado en aguas mansas y además, con una respuesta improvisada o que no se analizó seriamente?  Y más aun, cuando las probables respuestas son totalmente desfavorables y ahí le van, personalizadas, según se me han ocurrido.

 

- Su respuesta no me parece espontánea y si lo era, qué poco interés en un problema tan serio, porque habían trascurrido ya diez días de los hechos y si ese tiempo no fue suficiente para tener una opinión, esto habla muy mal de su capacidad de reacción; lo que si dio la apariencia fue que las acciones de TV Azteca contaron con la aprobación total del gobierno federal, a quien después le creció la bola de nieve.

 

- Me imagino que se le pidió una respuesta ante la pasividad de las autoridades en estos hechos, porqué resulta que usted, Licenciado Vicente Fox Quezada, es la máxima autoridad de este país y debo suponer que cualquier asunto de mediana importancia debe ser de su conocimiento y si no es así, algo muy malo ocurre internamente dentro del equipo presidencial, porque la toma violenta de un medio de comunicación es un delito grave –o debiese serlo-, así que si ni la secretaría de gobernación ni la de comunicaciones movían un dedo, era por demás lógico dirigirse a usted.

 

- Ziiiertamente –diría usted- somos cien millones de mexicanos los que tenemos que hacer equipo para solucionar los problemas del país, estamos totalmente de acuerdo, nada más hay una cuestión:  vivimos en un país de leyes –o eso deberíamos suponer- y por tanto, este servidor, como la mayor parte de los cien millones de mexicanos, no tenemos precisamente autoridad para atacar un problema así, por muy en desacuerdo que estemos, le repito, para eso están las autoridades, de otra manera cada quien haría justicia por propia mano y a propio criterio y este país sería una anarquía, que poco nos falta.

 

- Por último, porque yo no pedí ser presidente y usted sí.  Usted se propuso, prometió y comprometió, así que ahora no me salga con que se le chispotió, como diría el clásico “Chespirito”.

 

Mal, muy mal pinta la situación para un barco cuando el capitán empieza a dudar y a perder la seguridad.  Sigue nuestro mandatario hablando sin pensar y rodeado de ayudantes que lo que menos hacen es ayudar.  ¿Este tema es hacer una tempestad en un vaso con aguaNo lo creo, porque si lo aceptara así sería aceptar que un conflicto de grandes magnitudes puede ser ignorado y que la falta de respuesta ante un delito grave –que en este caso debió haber concluido con una sanción a TV Azteca que pudo ser, según la ley, hasta de quitarle la concesión- puede justificarse como si se tratase de un problema menor.

 

Como colofón de la falta de carácter y de respeto a la ley de nuestras autoridades, parece ser que los revoltosos pseudo campesinos de San Salvador Atenco se saldrán con la suya, cuando tanto las autoridades federales como las del Estado de México prácticamente han congelado las órdenes de aprensión de quienes hace un año y en nombre de la defensa de su pueblo y “sus tierras”, secuestraron, agredieron con bombas molotov y machetes, desconocieron a las autoridades y se apropiaron de los bienes del gobierno del pueblo.  Hoy, a base de chantajes, han vuelto a doblegar a las autoridades, prometiendo entregar dichos bienes cuando las acusaciones en su contra sean olvidadas.  Ya lo sabe, amigo lector, rompa las leyes y haga lo que quiera, nada más asegúrese de juntar a veinte o treinta personas que lo apoyen, así las leyes quedan anuladas para usted y sus compinches; a uno solo se le aplica el rigor de la ley, pero siendo varios, las autoridades preferirán no meterse en problemas y chance hasta perdón le piden por andarlo molestando.

 

¡Ah!  Y qué bien se ve Ignacio del Valle, lidersucho de Atenco, en una camioneta del gobierno municipal vendiendo barbacoa.  Seguramente pensando en eso compraron el vehículo, ¿verdad, gobernador (¿?) Montiel?  ¿O es que Atenco no debería regirse por las leyes del Estado de México?