Publicada en The Daily Mirror
el 2 de abril de 2003
Esta guerra no está
funcionando
por Peter Arnett
El periodista Peter Arnett apenas
está despertando de lo que fuera su Waterloo. Luego que la NBC lo despidiera
tras haber concedido una entrevista a la televisión iraquí, el ganador del
premio Pulitzer por su cobertura de la Guerra de Vietnam tiene una nueva
trinchera: el periódico británico Daily Mirror. Aquí, olvidándose de las
disculpas que pidió el lunes pasado, da su punto de vista sobre la otra
historia de guerra que él mismo protagonizó.
Todavía estoy en estado de conmoción y pavor por haber sido despedido. Hay
una sensibilidad enorme dentro del gobierno de Estados Unidos hacia los
reportes que provienen de Bagdad. No quieren que las organizaciones
confiables de noticias reporten desde aquí, porque les presenta problemas
enormes. Yo reporté el bombardeo original para NBC y estuvimos a media milla
de esas explosiones masivas. Ahora estoy realmente conmocionado por no estar
reportando esta historia para Estados Unidos, y siento pavor por el hecho de
que realmente sucedió. Por el hecho que de la noche a la mañana mi carrera
de reportero de NBC se haya convertido en cenizas. ¿Y por qué?
Tariq Aziz me dijo que Estados Unidos tendrá que lavarle el cerebro a 25
millones de iraquíes, porque estas personas piensan exactamente lo mismo que
Sadam. Porque declaré lo obvio para la televisión iraquí, que los límites de
tiempo de la guerra de Estados Unidos han sido superados. Hice esos
comentarios para las estaciones televisoras de todo el mundo, y ahora los
hago nuevamente en el Daily Mirror. No estoy enojado, no estoy llorando,
pero también siento pavor por este fenómeno de los medios.
Los medios y políticos de derecha están buscando una oportunidad para
criticar a los reporteros que están aquí, no importa su nacionalidad. Yo
cometí el error de juicio que les dio la oportunidad de hacerlo. Di una
entrevista espontánea a la televisión iraquí, sintiendo que después de
cuatro meses de entrevistar a cientos de ellos era una cuestión de cortesía
profesional hacer algunos comentarios. Ése fue mi Waterloo. ¡Bang! Todavía
no decido qué hacer, si hacer mis maletas y abandonar Bagdad o quedarme.
Decidiré qué hacer hoy; en este momento estoy razonando lo que me ha pasado.
Los marines estadunidenses en nuestros retenes sospechan de todo hombre,
mujer y niño debido al hombre-bomba. Pero cualquier cosa que pase, nunca
dejaré de reportar la verdad de esta guerra, esté en Bagdad o en algún otro
punto de Medio Oriente, o hasta de vuelta en Washington.
Estuve aquí en 1991 y los bombardeos son muy similares a los de aquel
conflicto, pero la realidad es muy diferente. Los estadunidenses y
británicos quieren venir aquí, tomar la ciudad, derrocar al gobierno y
llevarnos a una nueva era. Las tropas están en el país combatiendo su camino
para llegar a esta ciudad. Esto crea una atmósfera muy diferente. El partido
Ba’ath, actualmente dirigido por Sadam Husein, ha estado en el poder por 34
años. Tariq Aziz me dijo que Estados Unidos tendrá que lavarle el cerebro a
25 millones de iraquíes, porque esta gente piensa exactamente lo mismo que
Sadam. Tal vez está mal, tal vez no.
Por meses, los iraquíes han dicho oficial y privadamente: “Lucharemos contra
los estadunidenses, utilizaremos tácticas de guerrilla, los sorprenderemos”.
Pero la oposición iraquí ha dicho: “Esto será sencillo, todos quieren
rebelarse en contra de Sadam”. Ahora, la verdad está siendo demostrada en el
campo de batalla. Tenemos que ver la realidad ahora y muchos iraquíes están
combatiendo, y el gobierno parece muy determinado. Que yo vea eso y me
critiquen por decir lo obvio es injusto.
A medida que se acerca la batalla por Bagdad, también aumenta el potencial
de las bajas civiles. Éste es el espectro que surge para la coalición
mientras esta guerra continúa. Pero decirlo me ha hecho el blanco de mis
críticos en Estados Unidos, que me acusan de ayudar y dar consuelo al
enemigo. Yo no quiero ayudar o consolar al enemigo, quiero poder decir la
verdad.
Llegué a Bagdad con mi grupo porque el lado iraquí también debe ser
escuchado. Está claro que los límites de tiempo originales que Estados
Unidos había planteado para entrar en Bagdad, a finales de marzo, no se han
cumplido. Claramente hay un debate interno sobre esto, se están enviando
refuerzos al área y hay demoras. Esto no quiere decir que todo esté mal.
Cada baja es una pérdida, pero hasta ahora han sido limitadas en número.
Todas las noches y todos los días escucho a los B-52 y a los misiles
estallando contra las defensas de Bagdad. Igual que en Afganistán y Vietnam,
Estados Unidos está trayendo un enorme poder de fuego para lograr lo que
cree que hará caer a los iraquíes. Lo he visto antes y ha sido enormemente
efectivo. El optimismo estadunidense está justificado. Por otro lado, ¿a qué
costo para los civiles?
Durante la ofensiva en Vietnam entré en
una ciudad ocupada por Estados Unidos que había sido totalmente destruida.
El Viet Cong había tomado y estaba amenazando el edificio del comandante,
por lo que éste inició un ataque de artillería que mató a muchos de sus
propios hombres. El mayor que estaba con nosotros preguntó: “¿Cómo pudo
pasar esto?” Un soldado respondió: “Señor, tuvimos que destruir la ciudad
para salvarla”.
Las administraciones de Bush y Blair no
quieren esa etiqueta en esta guerra, para ellos es una liberación. Pero el
problema es que los marines estadunidenses en los retenes sospechan de cada
hombre, mujer y niño debido a la bomba suicida. Y en el sur no ha habido
rebeliones o levantamientos populares.
A medida que se acerca la batalla por Bagdad, aumenta el potencial de bajas
civiles. Los optimistas en el Pentágono hablan sobre un golpe de Estado
interno. Pero, ¿quién hubiera creído que Umm Qasr resistiría por seis días o
que los marines dirigiendo el tráfico morirían a manos de un hombre-bomba
suicida? Esto se parece más a Cisjordania y Gaza, y en algunas áreas se
podría convertir justo en eso.
Estados Unidos y Gran Bretaña deben
evitar ese escenario. Las fuerzas entran, las comunidades resisten, luego
llegan los bombardeos suicidas y la resistencia de las guerrillas. Excepto
que los iraquíes presentarán una batalla más dura que los palestinos, porque
están mejor armados.
Sabemos que el mundo, incluyendo a
muchos estadunidenses, es ambivalente respecto a esta guerra, y pienso que
es esencial estar aquí. Yo no estoy aquí para ser una superestrella. Estuve
aquí en 1991 y esto no podría ser más grande de lo que fue entonces. Algunos
reporteros hacen juicios, pero no es mi estilo. Yo presento ambos lados y
reporto lo que veo con mis propios ojos. No culpo a NBC por su decisión
porque están bajo una gran presión comercial externa. Y ciertamente no creo
que la Casa Blanca sea responsable de mi despido. Pero quiero contar la
historia lo mejor que pueda, que es lo que hace que esté tan desilusionado
por haber sido despedido.
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