22/NOV/02
Una historia de todos conocida.
Así es. La columna de hoy se dedica a una pequeña reseña de un personaje fácilmente identificable, un hombre que siempre es polémico, que es criticado, que realiza prácticas populistas y que es incapaz de aceptar una crítica ajena y mucho menos es capaz de hacer una autocrítica, porque a sus ojos él está haciendo lo correcto y en esto lo apoya el séquito que conforma su equipo de gobierno; el simplemente cumple su promesa de gobierno de gobernar para los pobres sin importar las divisiones que esto pueda generar. ¿Como podríamos empezar?
Este personaje no destaca desde su infancia o adolescencia, las cuales se desarrollan de manera similar a las de cualquier otro joven de su entorno. El hombre comienza a hacer carrera y fue parte de la estructura gubernamental durante buena parte de su vida, siempre apoyando a los que muchos años después, cuando sus ambiciones y las de sus compañeros de grupo no fueron satisfechas, terminaría llamando enemigos. Obtuvo acreditaciones que lo llevaron poco a poco a niveles importantes y es ahí donde da el primer salto, tratando de mostrar su fuerza mediante acciones de resistencia y rebelión en algunas zonas del país, acciones que cuando le toca estar al otro lado de la barrera le parecen siempre injustificadas e ilegales. A pesar de que esta primera intentona no fue todo lo exitosa que nuestro protagonista hubiera querido, su paciencia se ve recompensada, cuando se presenta una oportunidad dorada que toma sin dudar, aprovechando que la población ya estaba harta de los gobiernos que habían tenido y se convencen de que las promesas de honestidad, de lucha contra la corrupción y de apoyar prioritariamente a la población menos agraciada, a los que menos tienen, son la mejor opción y de esta manera nuestro personaje llega al poder de manera legal y con un gran apoyo popular, ni duda cabe.
Es a partir de este momento que las cosas en esa zona empiezan a cambiar. Este señor presenta un discurso muy gariboleado, poco concreto en acciones pero siempre resaltando que el está ahí, en el gobierno, para el pueblo, que de acuerdo a su concepto son los de abajo, los que menos tienen –nótese que las clases económicas media y alta no son parte del pueblo-. Comienza a apoyar a las clases bajas con despensas, con subsidios, con permisos y dispensas en acciones violatorias a la ley, lo que obviamente le genera gran popularidad en estos estratos y no son pocos los que de entre esta masa aseguran estar dispuestos a –inclusive- dar la vida por su gobernante. Pero hay otra cara en este gobierno.
Acompañado de estos apoyos a los pobres y sintiéndose seguro con este soporte, el gobernante comienza a recibir críticas por su comportamiento ególatra; está seguro de que es el héroe que el país esperaba y no acepta crítica alguna. Las clases medias y altas se ven afectadas porque mientras a los pobres todo se les perdona, a ellos se les carga la mano y pretenden que ellos lleven todo el peso de la economía, además desacredita de manera abierta cualquier comentario que resalte errores de su administración argumentando que se trata de “resentidos políticos”, de “los que extrañan el poder”, de lo que “quieren desinformar a la sociedad”, los que “quieren que este gobierno fracase”, sin embargo su populismo genera un tremendo endeudamiento que el señor trata de disfrazar anunciando que su administración “tiene finanzas sanas”. Al paso del tiempo, nuestro gobernante divide opiniones, muchos piden su renuncia mientras otros piden su reelección. Este amigo recibe con beneplácito el apoyo de aquellos que lo defienden, porque ellos son “el pueblo” y mientras “el pueblo” esté con él, las críticas le vienen quedando guangas, además siempre cuenta con sus encuestas “a la segura” que siempre operan a su favor.
Finalmente, las consecuencias de este gobierno están a la vista. Existe una enorme deuda -y crisis económica- propiciada por los actos populistas que el líder ha promovido durante su gobierno, la corrupción y falta de resultados de su equipo de trabajo ha dejado atrás cualquier antecedente de otros gobiernos, este hombre ha organizado “movimientos sociales” –parecidos por ejemplo a los del Francisco Villa o los campesinos de Atenco- que obstaculizan y agreden a sus opositores –y en los que siempre niega estar involucrado-, se ha recurrido a una represión de todo aquel que ose criticarlo o resaltar su obvia incapacidad, la decepción ante su incapacidad ha propiciado que se exija su salida en varios sectores e inclusive de manera violenta, a lo que este hombre responde escudándose detrás de sus simpatizantes, a quienes manda por delante; lo más grave de esta historia es que ahora se tiene un clima de total ingobernabilidad en el que los compatriotas se enfrentan entre sí en lugar de que se vean como un solo pueblo, todo esto ante la ceguera de nuestro personaje que sigue sintiéndose el infalible Don Perfecto, pero que puede esperarse de un personaje que desde la facha que tiene no mostraba capacidad ni siquiera para articular una frase de corrido. ¡Pobre del pueblo venezolano teniendo de presidente a Hugo Chávez! ¿Que? ¡Pues claro que hablaba de Hugo Chávez! ¿De quien pensaban que se trataba?
Ahora que cuando veas la barbas de tu vecino cortar... Aunque este es solo mi punto de vista. |