05/DIC/02
Un reciclaje por
vigencia.
Pues resulta que este servidor no contará el resto de la semana con el
tiempo necesario para publicar la columna, digo, no es queja pero no crean
que es nada mas escribir y publicar, pero afortunadamente uno de los temas
que ha estado en el candelero en estos días es la propuesta panísta de
reducir a la mitad el número de diputados plurinominales -yo creo que
deberían de eliminarlos a todos, porque no representan a nadie, su posición
no es resultado de una elección de la población-, así que a continuación
encontrará una opinión sobre los legisladores, la cual fue presentada en dos
partes el pasado mes de mayo y que esta ocasión se presenta en una sola
columna. Para los viejos y nuevos lectores en un tema que sigue siendo
actual. También les recomiendo ampliamente la
columna invitada de hoy.
¿Alguien quiere ser diputado o senador? (Primera
parte)
Es
una invitación abierta. Trabajo descansadón, bien pagado, con mínimo
esfuerzo físico y para el que cualquier ciudadano está calificado. Los
periodos de sesiones son razonables, no es necesaria la asistencia a las
sesiones y las faltas se castigan con una multa mínima – tomando en cuenta el
pago que el representante recibe – y además puede disfrutar de esa maravillosa
impunidad que ofrece el fuero. ¿Quieren más? ¡Lo hay! No se
requiere un grado mínimo de estudios. ¿Cómo ven?
Como resultado de las enormes
decepciones que me he llevado con los actuales representantes que integran el
poder legislativo, me puse a investigar las causas que podrían justificar tantas
barbaridades y vaya sorpresa que me llevé. Primero me entero que hay dos
periodos de sesiones, el primero del 1 de septiembre al 15 de diciembre y el
segundo del 15 de marzo al 30 de abril, o sea que trabajan en total 5 meses –
más lo que resulte en caso de un periodo extraordinario si el tema de análisis
es importante a su criterio -. Después están los requisitos para ser
legislador y que son: 1) Ser ciudadano mexicano, por nacimiento, en el ejercicio
de sus derechos. 2) Tener 25 años cumplidos el día de la elección (para
diputados tener 21 años cumplidos). 3) Ser originario del estado en que se
haga la elección o vecino de él con residencia efectiva de más de seis
meses. 4) No estar en servicio activo en el Ejército Federal, ni tener
mando en la policía o gendarmería rural en el distrito donde se haga la
elección, cuando menos noventa días antes. 5) No ser secretario o
subsecretario de Estado, ni ministro de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, a menos que se separe definitivamente de sus funciones noventa días
antes de la elección, en el caso de los primeros y dos años, en el caso de los
ministros. 5) Los secretarios de gobierno de los estados, los magistrados
y jueces federales o del Estado no podrán ser electos en las entidades de sus
respectivas jurisdicciones si no se separan definitivamente de sus cargos
noventa días antes de la elección. 6) No ser ministro de algún culto
religioso. Y por último, el elemento que le da categoría a este
trabajo, el fuero, enunciado en el artículo 61 de la constitución, que a la
letra dice: “Los Diputados y Senadores son inviolables por las
opiniones que manifiesten en el desempeño de sus cargos y jamás podrán ser
reconvenidos por ellas. El Presidente de cada Cámara velará
por el respeto al fuero constitucional de los miembros de las mismas y por la
inviolabilidad del recinto donde se reúnan a sesionar."
Esto no es todo. Es necesario
apuntar también que estos sufridos representantes reciben un pago bastante
decoroso, no tengo el dato exacto pero anda por arriba de los 70,000 pesos
fácil, el cual no destinan para todas sus necesidades, ya que también cuentan
con bonos, reembolsos por comidas y viajes, gasolina, etc., y si acaso los
pobres legisladores comenzaran a sufrir porque su ingreso no les alcanza para
cubrir sus mas elementales necesidades, ellos mismos pueden autorizarse “por
ley” el aumento que requieran. Es un buen trato sin duda alguna, pero aquí
empiezan los cuestionamientos, a los que daremos salida el día de
mañana.
¿Alguien quiere ser diputado o
senador? (Segunda parte)
Los diputados y senadores son nuestros representantes, o eso se dice. Ellos son
los encargados de, según lo establece la Constitución de nuestro país, hacer las
leyes y sus modificaciones en beneficio del pueblo de México y son las personas
que el pueblo escogió mediante sus votos, pero seamos sinceros… ¿Cuántas
personas – incluyéndolo a usted, querido lector – saben quien es su
representante en el Legislativo? ¿Cuándo ha regresado a preguntarle que
problema tiene o que opina de tal o cual situación? Pues este solo es uno de
los muchos puntos cuestionables.
Su
trabajo es de cinco meses, en un periodo extraordinario quizás siete u ocho, no
creo que más, aunque existan muchos proyectos de ley o de modificación que, al
no ser considerados urgentes o prioritarios se van quedando en el cajón por
muchos meses e incluso años sin ver la luz. Sería bueno que su trabajo fuese
constante durante todo el año con la finalidad de que no tengan pendientes, sino
que lleven su trabajo al día.
Es
alarmante que dentro de los requisitos para desempeñar estos cargos no se pida
un nivel mínimo de estudios, que bien podría ser la prepa o equivalente y
preferentemente una carrera profesional o acaso trunca, además de experiencia en
el trabajo político, porque no es posible que cualquier persona que cuente con
apoyo popular pero que no tiene capacidad para realizar un trabajo de análisis
tan delicado tome decisiones tan importantes y que nos afectan a todos. Que al
menos sepan lo que es la ley y sus alcances y no se vayan por lo que suponen que
debería ser.
El
fuero, esa figura legal debe ser claramente definida para que cumpla totalmente
con su función de proteger a los legisladores de algún acto de represión,
venganza o intimidación por sus opiniones y acciones en relación a su trabajo
como diputado o senador, pero el fuero solo debe aplicarse a estos casos y no
como se hace en la actualidad, cuando se ha convertido en un herramienta que da
rienda suelta a la impunidad para hacer y deshacer; mas claro, si un
representante del legislativo orina en la calle, arma escándalos o viola la ley
durante su vida de civil, fuera del recinto legislativo y de las actividades que
en su cargo desempeña, debe responder como ciudadano por los delitos que
cometa. No debe permitirse que el fuero sea utilizado como escudo para cometer
toda clase de arbitrariedades.
Otra cosa curiosa es que los diputados de mayoría proporcional, aquellos que no
son elegidos por votación directa de los electores sean quienes ocupen los
puestos mas importantes en ambas cámaras, pregúntenle a los líderes de las
bancadas -Batres, Diego, Calderón, Paredes-, todos ellos posicionados por esta herramienta electoral. Se debe
considerar la reducción de diputados y senadores, es mucho el gasto y pocos los
resultados de tanta gente, así que debería haber tan solo un representante por
distrito electoral, no más.
Por último, su ingreso, su pago es realmente excesivo, escandaloso y hasta
sarcástico, ya que todos ellos “defienden” los intereses de las clases más
necesitadas – según ellos – mientras se dan una vida de reyes. Sería muy bueno
que, primero que nada, se olvidaran de sus bonos y reembolsos por sus
actividades y se quedaran con los establecidos por la ley para cualquier
trabajador medio del gobierno – el aguinaldo y prima vacacional únicamente, por
ejemplo – y redujeran sus dietas. ¿Con cuanto dinero un trabajador normal se
daría por muy bien pagado? ¿25 o 30 mil pesos? Marquemos 35 mil pesos
mensuales. Cualquier familia promedio podría vivir sobradamente bien – y
sobradamente bien significa eso, sin lujos excesivos, pero con muchos lujos -,
cubriendo todas sus necesidades ampliamente y por un buen tiempo. Miren que
esto si sería un parte aguas histórico no solamente en nuestro país, sino a
nivel internacionalmente.
Desgraciadamente, para que todo lo anteriormente señalado ocurra, es necesario
que sea propuesto y autorizado por el mismo poder legislativo y es ahí donde la
mula torció el rabo. Los datos están ahí, las propuestas también, solo falta la
voluntad de respaldar las acciones con hechos, de decidirse dar ese salto que
diferencia a los niños de los hombres, de mostrar coherencia y madurez. Quizás
es mucha mi imaginación, pero en la medida en que se despierte conciencia a
estas situaciones, los cambios se irán dando. Al tiempo.
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