26/SEP/02
El partidazo sigue igual.
Durante más de 70 años, México fue patrimonio casi
absoluto del PRI, en donde se generaron riquesas inmensas a favor de
personajes que hoy son motivo de leyenda, como Carlos Hank González, Arturo
“el negro” Durazo, José López Portillo y la lista siguió creciendo hasta
llegar a personajes como el hoy Acusado Carlos Romero Deschamps, todo esto
al amparo de autoridades que formaban parte de una enorme cadena de
complicidades y encubrimientos. Hoy el PRI intenta continuar con la
tradición y no le importa llevarse entre las patas al propio país.
Ayer –martes, anteayer para el lector- por fin pudo
instalarse la sección instructora –ya se había bloqueado la constitución de
esta sección la semana pasada cuando los priístas abandonaron el salón de
sesiones- que se encargará de analizar y decidir el desafuero o no en
diversos casos que están pendientes, entre ellos los que involucran a los
líderes sindicales petroleros Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana, mesa
que quedó integrada por un priísta, un perredístas y dos panístas. La
bancada tricolor mostró ese rostro conocido ya que tanto se han preocupado
en promover como cosa del pasado: el de la intolerancia, la hipocresía, el
descaro y la indiferencia acerca del destino del país. ¿Porque? Al verse
imposibilitados para controlar esta sección instructora, su actitud fue la
de gritar al unísono “¡Huelga! ¡Huelga!”. Estos inconscientes prefieren,
por lo visto, lanzar al país a una auténtica crisis que significaría una
huelga en Pemex antes de entregar a dos personajes que se niegan a responder
ante supuestos ilícitos, porque es la costumbre que tienen, el no rendir
cuentas ante nadie sabiéndose protegidos por su poder político. Dos
declaraciones marcan con más claridad esta posición, por un lado, el senador
Manuel Barttlet, quien hace tiempo que chochea muy feo y cada vez que abre
la boca se muestra como un radical extremo –ya sé que la definición es muy
ridícula, pero es la ideal para calificar las posturas del senador-, dijo
ayer que la huelga en Pemex es inminente, la crisis es inminente y solo hay
un culpable en todo esto: Vicente Fox, quien según él, es un inepto; por
otro lado, Humberto Roque Villanueva, aquel que celebró jubilosamente el
aumento del IVA hace algunos ayeres y que hoy se desgarra las vestiduras,
declaró que el presidente no quiere la prosperidad de México y prefiere
llevar a cabo su venganza con miras a las elecciones del 2003, además de que
no se vale “acusar” a los líderes petroleros, pero que en caso de que se les
desafuere –como es lo más seguro- “hay que prepararse para lo peor”.
¿Como la ve? La justicia no debe aplicarse a ciertos
individuos, porque es señal de que no queremos la prosperidad del país.
Apréndaselo, querido lector, debemos evitar acusar a cualquier priísta de
cualquier cosa, sobre todo si es un líder sindical o que mueve a las masas,
porque tienen todo el derecho de paralizar al país en su “auténtica” defensa
de no acudir a los llamados de las autoridades, además estos actos no son
parte de la aplicación de la ley, sino actos de venganza en contra del país
generados únicamente por el presidente y tienen razón, tan felices que somos
con los enriquecimientos inexplicables de estos simpáticos ciudadanos, qué
necesidad hay de molestarlos. Ellos tienen que defenderse, pero no en los
tribunales, eso es para los pobres, no, a ellos les basta movilizar a sus
agremiados –bajo el argumento de un aumento salarial- para que el acusador
le mida el agua a los camotes y vea con quien se está metiendo.
El PRI no ha cambiado, sigue siendo lo mismo de siempre, no importa cuanto
le cambien la fachada, un grupo político con comportamiento gansteríl y para
quienes antes, ahora y después solo están ellos, a los que solo les importan
sus estilos de vida y sus prebendas a costillas de la población, quien no
les merece el menor respeto. Faltan 5 días para la huelga en Pemex que, la
verdad, no creo que se lleve a cabo, porque no quiero creer que los
trabajadores sean tan irresponsables, aunque de los líderes no tengo ninguna
duda.
Aunque este tan solo es mi punto de vista.
|