24/SEP/02 ¿Vamos hacia otra crisis? ¡Si nunca hemos salido de ellas! Eso estarán pensando algunos lectores no sin falta de razón, y mientras los integrantes del gabinetazo tratan de convencer al presidente Fox de que el desliz que esta sufriendo nuestra moneda con respecto al dólar se debe a factores externos, como la recesión norteamericana y un inminente escenario bélico de los gringos contra Irak, la verdad es que el asunto de los petroleros es la que con más fuerza parece direccionar a nuestro país a un nuevo –y aparentemente enorme- bache financiero. ¿Pero es inminente una huelga en Pemex? Los trabajadores petroleros están realizando actos de presión para lograr beneficios en la renegociación de su contrato colectivo de trabajo en donde pretenden lograr un incremento del 15%, sin embargo, el trasfondo de todo el movimientos, que incluye marchas en diversos estados el día de hoy, lunes, similares a las que se llevaron a cabo hace algunos días, es demostrar la fuerza que tienen los líderes del sindicato, entre los que se encuentra el diputado Carlos Romero Deschamps; se trata de una amenaza pública para el gobierno federal que lo obligue a desistirse de la investigación ya conocida como el Pemexgate. Ya intervino, a manera de negociador, otro personaje con una cola bastante larga, el líder del ex partidazo, Roberto Madrazo, ofreciendo que la bronca se para si estas denuncias quedan como un problema laboral y no judicial. El gobierno se encuentra, aparentemente, en un callejón sin salida. Pacta con el sindicato y los priístas y se exhibe como practicante de “arreglos en lo oscurito” o se sostiene en sus acusaciones y en la continuidad del proceso de investigación –con desafuero de involucrados incluido- y tira de cabeza al país en una enorme crisis, eso sí, quedando como un gobierno para el que la justicia está por encima de todo, incluida la estabilidad del México. Lo más triste del asunto es que los líderes acusados se exhiben abiertamente con la seguridad de que no tendrán ningún problema y, por lo que se ve, no tienen la menor preocupación de hundir más al país para que ellos sigan impunes y sin rendir cuentas a nadie. Una huelga en Pemex implicaría pérdidas de alrededor de los mil quinientos millones de dólares diarios –esas son pérdidas, no payasadas-, y es esta la razón por la que nuestra moneda esta cuarteándose como el edificio Nuevo León en el ’85, falta ver si el sismo cede antes de que provoque un derrumbe. Ojala los trabajadores sigan luchando por sus mejoras laborales, pero sin que les cuelguen en el viaje defensas de personajes que en realidad no les interesan y que deben bastantes explicaciones a la sociedad. OTROS... 1) ¿Que puedo decir acerca del plebiscito de ayer que no se publicara en estas páginas desde el inicio de la polémica? (Vea el archivo) El GDF lo consideró “un éxito” aun cuando participara el 10% de la ciudadanía que se requiere para que tenga validez legal. Esta consulta salió carísima a toda la ciudadanía, participó muy poca gente –ya sea por desinterés o como un claro mensaje, como ha ocurrido con otras consultas de López Obrador, de que los ciudadanos quieren que el gobierno gobierne- y el resultado fue el previsible triunfo del “si”. Tanto dinero gastado para llegar a un final que ya conocíamos, eso sí, se logró el objetivo: El peje queda libre de toda culpa o responsabilidad en esta decisión, para bien o para mal. 2) “...aún es necesario cambiar de mentalidad, para que nadie se sienta dueño de la bandera mexicana, como en el pasado en donde en un partido se creyeron dueños exclusivos del lábaro patrio y sus colores.” Fuerte declaración del cardenal Norberto Rivera en respuesta a las críticas de haber rendido honores a la bandera en catedral la semana pasada. La iglesia viene fuerte, mucho cuidado. Este es mi punto de vista.
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