20/SEP/02 ¡Cómo nos entretiene la cancillería! Creo que a nadie ha sorprendido el rumor, casi confirmado, de que Ricardo Pascoe será removido a finales de mes como embajador de México en Cuba después de la última semana en la que hubo de todo, desde una sutil insinuación acerca de un desvío de recursos en esa representación diplomática, hasta la novelita ocasionada por las declaraciones del ahora subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Mauricio Toussaint, que terminó en una aparente reconciliación y esta posterior –repito, aun no confirmada- puñalada trapera. La forma en que se está manejando nuestra cancillería ha sido, desde la llegada de Jorge Castañeda, bastante escandalosa, aunque eso sí, muy clara –inclusive mas de lo debido- en sus posiciones. Si bien desde que militaba en la izquierda mexicana Castañeda ya había destacado por su dureza a la hora de emitir declaraciones, no termina de asombrarme que su desenvolvimiento como un divo de la política cada vez alcanza nuevas alturas y genera, obviamente, más polémica. Ayer Don Jorge se reunió con senadores del PRD, los cuales recibieron respuestas sumamente duras a sus inquietudes. Recordando a un doctor que al preguntarle el paciente “¿Como estoy, doctor?” respondió “No me explico como puede estar vivo en este momento”, Castañeda anunció –o confirmó- la remoción de Ricardo Pascoe como embajador de México en Cuba por haber “querido lucirse” –mal hecho, porque para eso está nuestro canciller- y haber armado “una grilla”, definió a los embajadores como “mis empleados...que no tienen opinión propia porque representan al estado mexicano”, estableció que “no se puede estar contra Estados Unidos si se quiere lograr un acuerdo migratorio” y coronó su presentación afirmando que Adolfo Aguilar Zinser “no decide nada”, que las decisiones en materia de política exterior las toma el propio Castañeda. Ya anteriormente había comentado que Jorge Castañeda, además de ser una persona sumamente inteligente y hábil, es un provocador y los hechos anteriores lo confirman, porque si bien se le puede criticar por su total falta de tacto –que me parece totalmente intencional- no carecen en buena parte de razón, sin embargo, ya va siendo tiempo de que el titular de Relaciones Exteriores modere su comportamiento en aras de lograr acuerdos y no divisiones, como sucede hasta el día de hoy. Lo peor del caso es que se encontró con alguien que complementa perfectamente su acto y cuya imprudencia raya en la estupidez, como es el señor Toussaint. Este regordete personaje de cabello envaselinado y curva de felicidad notoria comenzó llamando al todavía embajador Pascoe “pececillo caribeño”, posteriormente y ante las críticas que se generaron pidió perdón públicamente por el adjetivo de mal gusto, pero sus dichos no pararon aquí. Ayer en una entrevista radiofónica, el funcionario se mofó de Joaquín López Dóriga –“patamocha” y Germán Dehesa –“viejito cacarizo”- entre otros de manera despectiva mientras se quejaba de ser víctima de una campaña de linchamiento en los medios. No nos extrañe que este funcionario tenga sus días contados porque su jefe lo menos que necesita es conflictuarse con los medios de comunicación, además, eso lo puede hacer Castañeda sin ayuda de nadie. Para terminar esta comedia, la vocera de la cancillería, Gloria Avella, negó que el tema de Pascoe se hubiese tratado en la reunión Castañeda-PRD, a pesar de que los legisladores presentes afirman que ese fue un tema importante es ese encuentro. ¡Qué desorden! Al paso que va, sería bastante entretenido que las actividades del canciller se transmitieran las 24 horas en vivo en algo así como “El reality show de Jorge y Fredy”, donde ambos funcionarios podrían dar rienda suelta a sus habilidades de comediantes. Ahí está la propuesta. OTRO... El PRI trata esta noche (19 de septiembre) de reventar la sesión en San Lázaro. Cuando se pretendía formar la Sección Instructora que procesará el desafuero de los líderes petroleros, la bancada tricolor abandonó el local acompañada de los petístas –partido ramal del PRI- y los convenencieros ecologistas. No olvidemos estas acciones que demuestran que el PRI no cambia, no quiere justicia, quiere impunidad. Y recuerden que este es mi personal punto de vista. |