Réquiem por un aeropuerto. Después de una larga agonía, el proyecto del nuevo aeropuerto que se pretendía edificar en Texcoco entró en etapa terminal y a la espera del desenlace inevitable a menos que ocurra un verdadero milagro que no se ve por ningún lado, más bien parece que urge aplicarle la eutanasia. En esto terminó todo. Un proyecto que tardó años en nacer, en que se decidiera su inicio, está a punto de ser suspendido en menos de nueve meses. No se puede hablar de inocentes en este caso, en ambos bandos – gobierno y ejidatarios – hay culpas y razones, unas válidas y otras no tanto, pero esto seguramente dejará enseñanzas al país para futuras acciones. El gobierno federal tenía buenas intenciones, de hecho es un gran mérito que decidieran desempolvar del baul de los recuerdos un proyecto que nadie quería tocar, desgraciadamente omitieron muchos detalles. En lugar de seguir un orden y considerar todas las variables posibles, dieron por sentado que todo sería aceptado de buena gana por los pueblerinos afectados. Nunca visualizaron que los precios a pagar eran ridículos y ofensivos, nunca tomaron en serio las protestas que empezaron a surgir en San Salvador Atenco, nunca se decidieron a considerar una contraoferta que hiciera reconsiderar a los inconformes, permitieron el crecimiento de un movimiento que poco a poco se fue llenando de “apoyos” que terminaron convirtiéndolo en un botín político que después devoraron con singular gula; permitieron también la violación a la ley de muchas formas, incluso el propio gobierno federal violó también la ley para “distensar” la situación que ya se había formado para tratar de negociar – cosa que debieron hacer desde un principio - con los campesinos y finalmente – al parecer - desistirse.. Los ejidatarios tenían razones para quejarse. El precio que se les ofreció era prácticamente simbólico, no se les consideró en la toma de esta decisión ni se les explicaron los posibles beneficios de este proyecto para la zona. Estas personas estaban en su derecho de no querer vender, sin embargo, sus protestas fueron creciendo de intensidad y a tomar una dirección diferente, cuando el motivo cambio para convertirse en un símbolo más a los mismos movimientos de siempre. Se infiltraron a este movimiento diversas organizaciones que dentro de su solidaridad trataron de jalar agua para su molino, se tratase de organizaciones sociales, grupos políticos o imagen personal ante sus huestes. El consentimiento de las autoridades propició que sus protestas subieran de magnitud, hasta llegar a enfrentamientos que llegaron al clímax el pasado 11 de julio. Hoy los señores de Atenco pueden estar contentos porque el nuevo aeropuerto – casi con toda seguridad – tendrá nueva ubicación. El aprendizaje ha sido duro, pero al parecer se está asimilando, ya que al menos las autoridades no se prestaron a seguir con este juego y dejaron plantados a los “ejidatarios” - que de entrada tienen una vocera del CGH – en la cita que unilateralmente habían establecido para “dialogar” sin negociar - ¿A poco no está bueno? – y de esta forma evitó también golpear más su maltratada imagen. Hoy los pueblerinos bailan en sus calles, el gobierno ya tiene sobre la mesa opciones alternas y mi única pregunta es ¿Porqué si sabían que podrían terminar cambiando de decisión no lo hicieron desde un principio y nos habríamos escapado de tanto desgaste? Y si van a hacer el proyecto en otro lado, háganlo o suspéndanlo definitivamente, pero no pierdan más tiempo y dinero. En fin. Ha sido una lección de las que entran con sangre, esperemos que sirva de algo, porque les aseguro que esta no será la última vez que veamos a los macheteros que comandan Ignacio del Valle y David Pájaro, nuevos símbolos de la “lucha social” y seguramente en esa próxima ocasión no se quejaran de un aeropuerto, que después de todo no era su motivación real. Al tiempo. OTRO… Nuevo escándalo acerca del gobierno de Rosario Robles. La Contaduría Mayor de Hacienda revela las irregularidades, el despilfarro y desperdició que se llevó a cabo durante esa administración, desde la contratación de asesores inexistentes o faltos de preparación hasta los pequeños lujos – el alquiler de un palco en Bellas Artes con cargo al erario – y los excesivos gastos en publicidad. Dos cosas llaman la atención: La “digna” luchadora social Rosario Ibarra de Piedra cobraba 50 mil pesos mensuales por asesorías es “estudios metropolitanos” a pesar de no tener ni siquiera la preparatoria, por otro lado, el procurador Bátiz declaró que, a pesar de no tener información de esta nueva revelación, no considera que se trate de un delito, sino “quizás” de errores administrativos. Robles declara - que raro - que se trata de una campaña por “asuntos menores” - ¿480 millones de pesos es un asunto menor?-, pero ya trataremos esta noticia mañana, porque por hoy se terminó el espacio, pero les sugiero que consulten la nota invitada en su primera parte para que entren en el tema. ¡Y ya vienen también las irregularidades de "Amigos de Fox”! Recuerden que esto es solo mi punto de vista. |