¿Querían una probadita? Ayer comentaba con seria preocupación el re-posicionamiento del PRI como una fuerza política poderosa en el país. Dentro de las historias que se cuentan acerca de los grupos de la mafia en los años cincuenta o anteriores, me comentaban que existía una regla no escrita entre las bandas: “Cuando te apropies de un territorio, asegúrese de haber eliminado al antiguo dueño”; Al PRI se le dejó vivir y afortunadamente, el triunfo del pasado domingo en Nayarit les dio valor para realizar una serie declaraciones que dejan ver claramente que el monstruo no cambia, que una cirugía estética no modifica los instintos y las costumbres, que este partido sigue podrido y apostando a nuestra falta de memoria. La primer noticia y que acapara las primeras planas es la de la segunda comparecencia en menos de dos semanas de Luis Echeverría Álvares, Secretario de Gobernación en octubre de 1968 y Presidente de México cuando el tristemente célebre “halconazo”. El señor ya había provocado a la sociedad cuando dijo que la masacre de Tlatelolco fue una “tragedia nacional” y que “deberán encontrarse a los culpables para que respondan por sus actos” (¡!), dejando inclusive con toda la responsabilidad al entonces primer mandatario, Gustavo Díaz Ordaz, que por razones obvias no puede contradecirlo. Hoy, Echeverría salió de su comparecencia por la puerta frontal de la Fiscalía Especial para la Atención de Hechos Probablemente Constitutivos de Delitos Federales Cometidos Directa o Indirectamente por Servidores Públicos en Contra de Personas Vinculadas con Movimientos Sociales y Políticos del Pasado - ¿No le pudieron encontrar otro nombrecito mas largo? – en donde recibió diversos insultos por parte de sus acusadores y demás gente involucrada en esos acontecimientos. Por la tarde, Echeverría dio un conferencia en la que negó conocer la existencia de los halcones, no obstante que los cientos de asesinos cobraban por nómina en diferentes dependencias de su gobierno, hecho comprobado en diversos documentos desclasificados, pero no solo eso, sino que con la mano en la cintura culpo de los hechos de 1971 al entonces regente Alfonso Martínez Domínguez, quien a su vez, hace ya algunos años declaró que las ordenes para los halcones venían directamente del entonces presidente. Dejemos esto como pleito de familia, que hacia la sociedad ya destila mucho cinismo, pero eso no es todo. Por la tarde en Tlaxcala, el líder nacional del PRI, Roberto Madrazo, declaró que “no entendemos (los priístas) cuál es la intención de replantear hechos, como el de Luis Echeverría, que ocurrieron hace 30 años", que con esto “la administración foxista "ha tocado fibras delicadas que podrían representar un alto costo político para el país", pues sólo se están destruyendo los puentes de comunicación que se tienen con el PRI. Esto es lo que es la justicia para el PRI, una provocación, una revancha. Para ellos, no tiene caso moverle a asuntos que ya se han convertido en asunto para olvidar, que no vale la pena aclarar o resolver. La vida de cientos o miles de personas es algo que debe superarse, que no debe importarnos porque ya pasó. ¡Gracias por abrirnos los ojos, señor Madrazo! Ojala nadie ose investigar el pasado, como los enriquecimientos inexplicables de la gran familia priísta, los asesinatos políticos de panístas y perredístas, inclusive priístas – ya ven que de que la perra es brava… -, los apoyos que los gobernantes de ese partido han dado a secuestradores – como Carrillo Olea en Cuernavaca -, narcotraficantes – en Quintana Roo con Villanueva – o asesinos – en Guerrero con Figueroa -, son errores mínimos que no ameritan mayor atención. También es muy buen ejemplo de madurez política el hecho de que en lugar de demostrar que se trata de acusaciones infundadas, su respuesta es paralizar el diálogo político a expensas del país, confundiendo la gimnasia con la magnesia. Otro hermoso ejemplo fue la presentación de Manuel Bartlett y Demetrio Sodi en el Sindicato Mexicano de Electricistas, para manifestarles su apoyo en contra de la privatización eléctrica. Mientras que el perredista se mostró flexible y equilibrado en sus juicios, el ex gobernador de Puebla – donde dejó gratos recuerdos por su línea de mano dura –, en cambio, manejo la ya famosa doctrina Bartlett – bloquear al gobierno aunque se afecte al país – y declaró algunas joyitas, como que "La reforma no se hará al gusto del presidente”; se burló del gobierno, definiéndolo como "yuppies y pirrurris" que alientan las privatizaciones y criticó a la política del neoliberalismo que vé como lo máximo al tratado de libre comercio. ¡Fíjense nada mas! ¡Las cosas no deben hacerse al gusto del presidente! ¿Recuerdan ustedes al señor Bartlett, durante los más de 30 años que tiene como “servidor público” – así, entre comillas – haber cuestionado alguna propuesta proveniente de un presidente de su partido? Al contrario, el sabia que esa palabra era ley al momento en que el jefe máximo la pronunciaba. Las privatizaciones, por si no recuerda, no empezaron en este gobierno, sino en el de Carlos Salinas de Gortari – hoy militante incómodo del PRI – y continuaron con Ernesto Zedillo, quienes también comenzaron a utilizar “yuppies y pirrurris” de Harvard, Yale y otras universidades extranjeras, además ¿No fue un priísta el que firmó el TLC, ante la ovación de sus correligionarios, incluyendo al hoy olvidadizo Bartlett? ¡Que bueno que no tuvo que pasar mucho tiempo para que el lobo se quitara su efímera piel de oveja! La apuesta es la de siempre, la amnesia de los mexicanos, la apuesta al olvido. ¿Todavía quieren creer que el PRI ha cambiado? ¿Qué hace falta para que los mexicanos se den cuenta de que están reviviendo al mismo monstruo que durante décadas querían eliminar? Piensen que si se dejó derribar una vez, no permitirá bajo ninguna circunstancia que eso ocurra de nuevo. Después no se quejen. Las evidencias ahí están, claras, a la vista de todos, así que luego no digan que no sabían en la que se estaban metiendo. ¡Saludos, amigos nayaditas, han creado un nuevo Lázaro! OTRO Solo por no dejar, porque ya ví que es caso perdido. Los “campesinos” de Atenco, azuzados por diversas organizaciones “sociales” y políticas cometieron el acto mas grave desde que iniciaron su “movimiento”: Machete en mano se presentaron por cientos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, trataron de parar las actividades, agredieron a los policías a machetazos contra sus escudos, lanzaron cohetones y “palomas”, interrumpieron la circulación en la zona, en fin, ya saben como se las gastan. Delitos según yo, obstrucción a las vías de comunicación, agresión a edificios federales, portación de arma blanca en la vía pública, agresión con arma a una autoridad y portación de explosivos ¿Cuántos detenidos hubo? ¡Ninguno! ¿Qué hace falta para que la policía federal o la del Distrito Federal le pongan un alto a estas gentes? ¿Algún muerto, para después echarse la culpa mutuamente? Entiendan: La aplicación de la ley no es represión. Allá ustedes y su falta de responsabilidad y de conciencia. Pero finalmente, es solamente mi personal punto de vista. |