No aprendemos. Desgraciadamente la muestra de Nayarit la semana pasada me produce inquietud. No ha sido suficiente todo lo que vivimos durante los últimos 70 años. Analizadas ya buena parte de las casillas electorales de la elección realizada ayer en ese estado, el PRI parece tomar una cómoda e irreversible ventaja (15 de 20 alcaldías y 17 de 18 distritos electorales). Razones puede haber muchas, pero la principal es que somos un pueblo voluble, sin memoria, un pueblo que es capaz de tropezar dos, tres o mas veces con la misma piedra, que asumimos la misma actitud que la mujer aquella que harta por el maltrato del marido, lo abandona para regresar en un par de días porque el ha prometido – nuevamente - que va a cambiar. Quiero pensar que todos los mexicanos recordamos lo que fueron los gobiernos priístas. Las represiones, censuras, muertes sin aclarar o muertos sin encontrar, fraudes electorales, control de medios informativos, en fin, atole con el dedo las 24 horas del día. ¿Que robaban pero dejaban robar? ¿Qué robaban pero había para todos? ¡Triste consuelo! Vean como sexenio a sexenio la deuda del país se incrementaba en porcentajes de varios cientos o miles por ciento. ¿Es preferible soportar a un Durazo con su Partenón o a un López Portillo con su “Colina del Perro” o a un grupo de familias – como la Salinas - que se enriquecen en forma insultante y ofensiva con tal de que una persona pueda tener un departamentito del Infonavit? ¿Recibir unas migajas mientras unos pocos degustan y desperdician un banquete en lugar de buscar la forma en que todos puedan comer decentemente? Si su respuesta es sí, entonces vamos por buen camino y la actitud es correcta. No importa que la misma banda se perpetué en el poder, después de todo, mas vale malo por conocido, ¿No? Han pasado dos años de un nuevo gobierno y se están exigiendo cambios que no son coherentes, digo, al PRI le costo muchas décadas sumir al país en el sótano del subdesarrollo, así que cualquier partido, cualquiera que estuviese en el poder, llámese PRD o el mismo PRI no tendrían a México en el cuerno de la abundancia y si lo afirman, es una mentira del tamaño del mundo. ¿Estoy tratando de defender al Presidente y su gobierno? ¡No! ¡Absolutamente no! Ya la semana pasada se hizo una crítica severa al gobierno federal en este mismo espacio, así que no va por ese lado. Todo aquel lector mayor de 20 años de edad piense en la respuesta a la siguiente pregunta: ¿El México en el que usted creció es el mismo en el que le gustaría que crecieran sus hijos? Y me refiero al entorno económico, político y social. Quiero pensar – iluso de mí - que la respuesta es no. Personalmente esa es mi respuesta. Durante mi vida he desconfiado de los medios de comunicación, sobre todo después del mitin de Cuauhtemoc Cárdenas en el IPN durante su campaña presidencial de 1988, cuando la explanada de Zacatenco lucía atiborrada de gente y Jacobo Zabludovsky reportó esa noche que algunas decenas acudieron al mismo evento. He desconfiado de los políticos, que mas que eso era un grupo, una mafia que acaparaba el poder para su beneficio y de sus familias convirtiendo al país en un gran botín; cada sexenio eran las mismas caras pero en diferentes secretarías – teníamos secretarios todólogos, que lo mismo podían estar en gobernación que en educación -, siempre leales al Presidente en turno, ser perfecto e infalible que encaminaba al país por el mejor sendero – para los ingenuos ¡Es sarcasmo! -. Temí siempre de la policía, porque en la adolescencia siempre sabía de casos en los que los señores fabricaban delitos para sacar dinero. Me cuidaba de lo que hablaba, porque cualquier opinión podía perjudicarme a nivel escolar o laboral. En cuanto a la libre manifestación por las calles del país, no me imagino a las gentes de Atenco o de la CNTE haciendo una segunda marcha, porque la reprimenda gubernamental los habría dejado escarmentados, con muertos y heridos al por mayor. Simplemente ¿Cuanto valía una persona para el PRI? Una torta y un refresco. Humillante, ¿No le parece? No señores. Yo no quiero volver a eso. No me interesa y lo que veo me entristece mucho. Un marido golpeador o borracho es muy difícil que cambie, somos animales de hábitos, de costumbres y aunque la mona se vista de seda…¡Bueno! Allá de nosotros si los reubicamos en el poder, porque si lo hacemos, no nos van a alcanzar otros setenta años para arrepentirnos. No aprendemos. ¡Que triste! OTROS…(pero no tan diferentes) Primer ejemplo de que los hábitos no cambian. ¿Qué diferencia hay entre 1400 millones de pesos y 10,000 pesos? ¡Ninguno! ¡Es lo mismo! Al menos eso dice Miguel Ángel Yunez Linares, coordinador de asuntos jurídicos del PRI, al comparar el caso Pemexgate - en el que desviaron la primera cantidad para la campaña de Labastida en el año 2000 – con el de contribuciones ilegales – la segunda cantidad - del caso Amigos de Fox. Para todos aquellos que anhelan los viejos tiempos o que creen en las promesas de que el ex partidazo ahora si se va a portar bien, ahora se encontró otro desvío, esta vez de pintura - 111 mil 93 litros de pinturas verde, blanca, roja y negra, con un costo para el erario de 2 millones 700 mil pesos. – para la misma campaña, la de Labastida. ¿Qué dice el PRI? ¿Ha mostrado alguna evidencia de que esto sea una mentira? ¡No! Acusa al gobierno federal de manejar una “campaña de perversión política que sólo contribuye a dificultar la relación respetuosa entre el gobierno federal y el PRI.” ¡Que lástima! Tan buena relación que llevan ambas partes. Esa es madurez política. Eso es lo que nos espera si los dejamos llegar y si los dejamos, será porque nos los merecemos. Ahora que este es solamente mi punto de vista. |