Beatificación pagana. Pues ya se viene el día. Tras el paso de una semana y la confirmación por parte de los representantes de la iglesia católica mexicana, parece que ya nada impedirá que el Papa Juan Pablo II venga a nuestro país para llevar a cabo la beatificación de Juan Diego - y de acuerdo con las evidencias salidas a la luz pública en los último meses - y consumar una burla mas a la fe – muy buena fe – del noble pueblo de México, con lo que además se probará una vez mas que la caída de popularidad y confianza de esta institución está muy bien justificada. Ya desde hace mucho tiempo, diversas investigaciones apuntaban a que la famosa leyenda del cerro del Tepeyac era simplemente un instrumento utilizado por los españoles para conseguir la sumisión de los indígenas de estos lares recién descubiertos. Hace poco mas de un mes se hicieron públicos los resultados de los estudios a los que se ha sometido la famosa tilma del indio Juan Diego y resulta que ni es tilma ni es un milagro; la imagen de la Virgen de Guadalupe que se adora en la Basílica del Distrito Federal es una pintura hecha a mano que data del siglo XVI, lo que deja sin validez la existencia de Juan Diego. Obviamente los representantes de la iglesia católica tanto en México como en el Vaticano lo sabían desde hace tiempo – ya que la pintura se ha retocado muchas veces y esto debió hacerse con la aprobación de las autoridades eclesiásticas - y aun así, no les ha importado llevar a cabo su teatrito. Y toda esta mentira tiene una buena estructura detrás. Para lograr que al indio se le haga santo, se le tuvo que constatar un milagro, y ¿Sabe usted que hicieron los interesados en lograr esta beatificación? Un medico desahució a un joven enfermo y otro personaje, en combinación, se acercó a la madre del muchacho para “sugerirle” que le pidiera el milagro a Juan Diego. Resultado: El joven que estaba a punto de morir, “milagrosamente” recuperó la salud. Obviamente, se llevo a madre e hijo como testigos y como elementos clave para constatar un milagro; este elaborado fraude – en el que madre e hijo no estaban involucrados – también se denunció hace unas semanas. ¿Por qué dedico el espacio de hoy a este tema? Porque he visto como se ha incrementado la vendimia de diversos artículos con la imagen del indio que próximamente será santo y me llamó la atención especialmente una tarjeta con la imagen del supuesto encuentro del Tepeyac y que lleva por título “Oración de San Juan Diego” - ¿Y de donde salió tal oración, quien la aprobó? – y después de las líneas a orar encontré una inscripción no santa que dice “Derechos Reservados - Episcopado de México”. ¡No se vale! No pretendo ofender a nadie, ni que la gente deje de creer. La fe es creer en lo que no se puede demostrar y si eso le ayuda al lector para salir delante de sus problemas y le motiva para ser cada día mejor ¡Que bueno! Lo que no me parece es que se vendan mentiras comprobadas con el único fin de enriquecerse va en contra de todo lo que es la base en la que se sustenta la “Santa Madre Iglesia”, aunque tampoco es la primera vez que lo hacen, recordemos como no hace muchos años, Juan Pablo II pidió perdón por todas las injusticias y crímenes cometidos o consentidos por la iglesia a través del tiempo. Allá las personas que quieran enriquecer a unos personajes que seguramente no tendrán cabida en el reino de los cielos que tanto se dicen representar. OTRO… ¿Honestidad valiente? El pasado sábado Andrés Manuel López Obrador presentó un nuevo informe de su gobierno en el Museo de la Ciudad de México y lo curioso fue que se mencionaron muchos logros, afirmaciones como que la inseguridad había ha disminuido durante su gobierno “aunque la gente tenga otra percepción”, pero en ningún momento hablo del fracaso en la entrega de las nuevas placas o de la pifia que resultó el proyecto de los segundos pisos en Viaducto y Periférico, así que no se vio honesto ni valiente, todo lo contrario. Y recuerden que este es mi particular punto de vista. |