Dos tipos de oposición. Ofrezco la primera disculpa de la temporada por no haber publicado ayer esta columna, pero mi teléfono quedo sin servicio a causa del torrencial aguacero del pasado martes. Pasando al tema que nos ocupará, quiero decirles que este dos de julio tuvimos un perfecto ejemplo de lo que – a mi parecer – es una actitud propositiva de la oposición y también de lo que es una oposición cerrada, terca y obstinada. Son los dos lados de una moneda y como en un “volado”, de acuerdo al lado que salga, el país pierde o gana. La primera cara. Comenzaremos con las sorprendentes declaraciones de uno de los personajes mas socorridos de esta columna, el “peje de gobierno”, Andrés Manuel López Obrador, y digo sorprendentes por el contenido de inusual cordura y ecuanimidad en sus juicios. López Obrador apareció anteayer en su acostumbrada conferencia matutina y como era lógico, fue cuestionado acerca de lo que ha significado para el país el fín del gobierno de partido único a raíz de las elecciones del 2 de julio del año 2002; seguramente usted – al menos yo si – esperaría escuchar una sarta de cuestionamientos al gobierno federal, de señalamientos a su ineficacia o a la falta de resultados, pero no fue del todo así, por el contrario, declaró… · Que la importancia de la fecha no era solo porque había ganado Vicente Fox, sino por ser la primera vez que la elección presidencial era ganada por la oposición. · Que nadie puede quitarle el importante mérito a Vicente Fox de haber logrado sacar al PRI de Los Pinos y que eso no es poca cosa. · Que quien diga que no ha habido cambios debería darse cuenta de que en estos dos años Vicente Fox ha recibido mas críticas que cualquiera de los ex Presidentes durante todo su sexenio y que hoy existe la libertad de hacer estas críticas sin temor a represalias. · Que nadie en su sano juicio puede afirmar que el país estaba mejor bajo el régimen priísta. · Que el cambo democrático no es solo mérito de Fox, sino también de Cuauhtemoc Cárdenas, Manuel Clouthier, Heberto Castillo y todos aquellos estudiantes y trabajadores que, sin temor a los riesgos, se manifestaron y se enfrentaron al viejo régimen durante décadas. · Que le ha gustado la actitud del Presidente afirmar que ya tiene contemplados a los miembros del gabinete que no están funcionando y que no dudará en hacer los cambios que sean necesarios. Aclaró, eso sí, que no está de acuerdo con el actual modelo económico y que él lo cambiaría en su totalidad y que la evaluación del trabajo presidencial la debe hacer el pueblo de México. En este mismo contexto, los acusadores de Luis Echeverría por los hechos de 1968 declararon que a pesar de ser perredistas, reconocían que el llevar a un ex Presidente como indiciado marca un hecho histórico inédito en México y que aplaudían a Vicente Fox por ejecutar esta acción, aunque seguían pensando que los cambios en el país no se estaban dando de la manera prometida, pero reiteraron que en este asunto no tenían la menor queja. Tenemos la otra cara de la moneda. En un evento que se llevó a cabo en el Ángel de la Independencia, unas trescientas personas entre las que se encontraba la Sra. Rosario Ibarra de Piedra y los campesinos “macheteros” de Atenco, efectuaron “un juicio” a Fox, con testigos, fiscal, defensor (?) y un jurado – muy mexicanos, pero un juicio a la gringa. Se le “acusó” de muchas y diversas cosas, pero me llamó especialmente la atención lo declarado por la Sra. Ibarra, quien se fue con todo contra el primer mandatario culpándolo de las desapariciones políticas del viejo régimen y del encubrimiento de estas acciones. No quiero entrar más en detalles, porque la crítica de esta columna a esa actitud se hizo hace ya bastante tiempo (¿Quiere verla?), pero quiero decirle a la Sra. Ibarra que es este gobierno el que abrió los archivos de la guerra sucia, del 68, del 71, todo para consulta pública, es más, ayer compareció un ex Presidente como indiciado por primera vez en la historia de México y es precisamente por esos casos, por cierto, entre los miembros del jurado se encontraban dos funcionarios del gobierno capitalino, el Subsecretario del Trabajo del gobierno capitalino y la Directora General de Regulación de la Tenencia de la Tierra, cuando se me ocurre que debieron haber estado trabajando a esa hora y no participando como comparsas de una representación teatral pública. Obviamente el Presidente Fox fue declarado culpable. Es increíble que se siga cuestionando al actual régimen por los hechos de 1968 y 1971, siendo que ninguno de los anteriores Presidentes de México se había atrevido a realizar acciones como las que actualmente se llevan a cabo, pero la Sra. Ibarra es una muestra de lo que la oposición hace cuando no es inteligente. Eso no los beneficia en lo absoluto. La oposición puede ser sagaz o ser intransigente. No se trata de halagar permanentemente el trabajo del gobierno actual, pero demuestra madurez el reconocer lo que se hace bien – como siempre hemos mencionado – y el hacer una crítica con bases, una crítica señalando los errores reales, no los que se pretende hacer pasar por yerros solo porque no corresponden a lo que a cierto grupo le gustaría que se hiciera. México requiere una oposición que se convierta en opción por sus propuestas, por mostrar sus capacidades y no por preponderar los errores de sus rivales, una oposición que no tenga miedo de resaltar un logro de sus adversarios porque tiene la seguridad que ellos podrían lograr más con las mismas estructuras. Esa es la diferencia y eso es lo que puede elevar el nivel del ambiente político en nuestro país, una competencia real de calidad y no las vergonzosas luchas en lodo que se han hecho habituales en la vida política actual, cuando los partidos no tratan de probar quien es mejor, sino quien es el menos malo. Claro que este es tan solo mi punto de vista. |