La Visión de Hoy

Y la ciudadanía decidirá

Pues resulta que el peje de gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, fiel a sus convicciones y coherente en sus acciones, realizará este mes de noviembre su plebiscito para que los habitantes de la capital del país decidan si quieren que el sistema de transporte público (metro, microbuses y autobuses urbanos) suba el precio del viaje de 1.50 a 2.00 pesos.

No deja de ser sorprendente que la autoridad defeña persista en realizar este tipo de actividades después del fracaso total que resultó la encuesta realizada a principio de año, cuando se preguntó a la población del Distrito Federal si querían que se aplicara el horario de verano; con una participación menor al 10%, el jefe de gobierno le dio validez y comenzó su lucha contra la imposición que desde su punto de vista resultaba la aplicación de este uso horario.

En esta ocasión, se anuncia que se instalarán módulos de votación en parques y plazas públicas, un sistema de votación telefónica cuyo costo será de entre 0.80 y 1.00 peso por llamada (que será absorbido por la autoridad) y que, además, se instalarán algunas pantallas gigantes para que la ciudadanía pueda estar enterada en todo momento de cómo evoluciona la votación.

En relación a esta propuesta, quiero hacer algunas observaciones:  El día de ayer me traslade a la zona de Tlatelolco y por razones que no vienen al caso mencionar, deje guardado mi automóvil en casa y me traslade en metro y fue una experiencia deprimente.  Su servidor, un experto hasta hace 6 años en viajar en metro durante toda su vida, desconoció el medio de transporte, digo, no he dejado de utilizarlo totalmente, pero lo que observé fue preocupante.  Llegue a la estación Observatorio y traté de ingresar al metro, pero mi boleto fue rechazado en todos los torniquetes, cuando pedí ayuda al policía, me dijo que pasara por la puerta de empleados y arrojara mi boleto partido por la mitad en una bolsita de plástico colocada para ese fin, porque los torniquetes fallaban mucho, lo cual parecía cierto, de acuerdo con la cantidad de boletos que la bolsa contenía.

Al llegar a la estación Chapultepec, abordaron el tren una pareja de norteamericanos que casi caen en pánico cuando buscan el itinerario de ruta y resulta que en el vagón en que viajábamos no había un solo directorio de la ruta (vaya pena ajena).  También en ese momento me percaté que tampoco había un solo promocional en todo el vagón así como en las estaciones.

El problema de los boletos parecía general, porque en la estación Tlatelolco también encontré la famosa bolsita de los boletos, así como más tarde en la estación Potrero y La raza; en esta estación me llevé otro chasco.  Se me ocurrió que estando ahí podría recorrer el “túnel de la ciencia”, una serie de fotografías informativas que permitían al usuario obtener datos científicos simples (fotos de células, piel, tomas de satélite y de diversa fauna y flora) y que hacían menos notoria la distancia al cambiar de línea.  Pues resultó que los espacios de las fotos (salvo uno o dos) ¡están vacíos!  Ahí están los marcos mostrando las lámparas apagadas y el cablerío eléctrico para la iluminación de la foto correspondiente.  Si ya no van a colocar esas fotos, quiten los marcos y dejen el pasillo pelón, porque esto luce bastante mal para usuarios y visitantes.

Recuerdo que todavía hace 10 años, el metro era un ejemplo mundial de imagen, limpieza y servicio a nivel mundial en este tipo de transporte, ciertamente nunca han dejado de existir detalles, pero era agradable (salvo en ciertos horarios) hacer un viaje en metro; hoy día, se parece mucho al metro de NY, aunque parece que el norteamericano funciona mejor.

Con esta experiencia, me atrevo a cuestionar la actitud del Lic. Obrador.  El aumento al costo del pasaje (al menos en el metro) me parece necesario, no es posible que se anteponga la opinión de la gente (que le aseguro que será un rotundo NO) a la necesidad real de un mayor ingreso para evitar mayor deterioro en este servicio.  Que la gente lo decida dice el Jefe de Gobierno, que no quiere ser impositivo, que va a gobernar con la gente, que es un asunto de tostones y el Fobaproa es de millones y ahí nadie se queja (¿pensaron que iba a dejar de mencionar al Fobaproa?  Si es su bandera hasta para ver el fútbol).  Por cierto y en coherencia a sus acciones, nunca me enteré que hubiese preguntado a los ciudadanos si querían hacer el reemplacamiento.  Suerte con su encuesta.

OTROS...

1) El presidente Vicente Fox culpa a los medios de criticarlo en exceso por acciones que no lo ameritan, que inventan situaciones y problemas donde no los hay, que el gabinete se lleva muy bien y forman un equipo muy sólido y que resaltan errores que son de humanos.  De acuerdo, hay medios que ciertamente se ensañan con los servidores públicos de todos los niveles, desgraciadamente el Presidente de un país está las 24 horas en el ojo público, así que deberá de acostumbrarse por un lado y tendrá que preparar mejor sus actividades para no dar pie a críticas, que por otro lado siempre van a estar ahí, digo, nadie es monedita de oro y si alguien quiere criticar, hasta un estornudo es razón suficiente y más la declaración de que el Primer mandatario ya no lee los periódicos que lo tunden; eso no es solución.  El que no quiera ver fantasmas, que no salga de noche.

Ojala no sea cierto que la PGJDF no tiene pistas sólidas para encontrar a los asesinos de Digna Ochoa.  La semana de plazo para informar avances se acaba y la presión crece.  La esperanza aun esta viva.

 Aunque después de todo, este es solamente mi particular punto de vista.