La Visión de Hoy

¿No se los dije?

Hace varios días comentaba acerca de la mentalidad tan bélica (o “belicísta” diría López Obrador) del presidente Bush y por lo visto no andaba nada errado.

Ayer el presidente de los Estados Unidos de América, dándose un espacio entre el dirigir la guerra desde casa y presentar a un pavo bastante agresivo, se lavó las manos por si Bin Laden no llega a ser capturado por los aliados y presentó a sus nuevos rivales: Irak y Corea del Norte.

Pues sí, además de atacar Afganistán, un país que hace más de una década era ejemplo de democracia para los gringos y declarar a Osama Bin Laden, cuya familia acrecentó su riqueza con inversiones norteamericanas e inclusive de la misma familia Bush, el enemigo público número uno y cuya cabeza ha subido de precio en las últimas semanas hasta alcanzar el precio de 25 millones de dólares, ahora resulta que quiere asegurar la continuación de la guerra que tan buen negocio le ha resultado, pero vamos por partes.

El pentágono ha declarado nuevamente que Osama Bin Laden está copado en Afganistán y que se le busca por cavernas y túneles que hay a través de las montañas, pero que el señor podría escaparse por diferentes medios, desde salir vestido de mujer hasta confundirse en algún campo de refugiados, en los que la vigilancia es bastante ligera.  Acusan (nuevamente sin pruebas que yo sepa) a Bin Laden de tener como próximo objetivo al papa Juan Pablo II, como dejando en claro que el tipo es malo, muy malo y requetemalo y obviamente, los Estados Unidos están ahí para defender la paz e integridad del mundo a puro bombazo.

Ahora el señor Bush, como buen policía del planeta, acusa a Corea del Norte y a Irak de violar los tratados de control de armas y de una posible conexión con apoyo a grupos terroristas y yo me pregunto ¿cuál es la diferencia con lo que Bus ha hecho?  Porque aquí el acusador, más que querer cuidar la paz, parece querer dejar en claro que el único que puede hacer y deshacer es él, que nadie puede cuestionar sus puntos de vista y que el ha sido un verdadero patriota con las acciones que ha emprendido.

Es indiscutible que su ataque a Afganistán no está muy bien sustentado, ya que la participación de Osama Bin Laden y su organización en el atentado a las torres gemelas nunca quedo claro y George Bush nunca pareció estar interesado en encontrar al culpable, sino en reaccionar rápidamente de modo tal que no dieran muestras de debilidad mostrando, además, su poderío en lo que a armamento se refiere.

En realidad el único que puede ver las diferencias entre un ataque terrorista y las acciones justicieras en Afganistán es precisamente George Bush.  El hombre autorizó ataques a hospitales, almacenes de la cruz roja, zonas civiles y de refugiados, además de a un banco de sangre, sin embargo, todos estos hechos son justificables y entendibles, algunos por tratarse de “errores” y otros por ser acciones en nombre de la justicia, 

La alianza del norte no es tampoco un dechado de virtudes y es conocida también como una organización sanguinaria, de hecho, el reciente crimen contra varios periodistas se realizó en una zona que era dominada por la alianza del norte, aunque ahora el gobierno norteamericano esta tratando por todos los medios de involucrar al régimen taliban en estos hechos.  Pero no vayamos más lejos, la  alianza del norte acaba de darle las gracias a los Estados Unidos y sus aliados y los invito a que abandonen Afganistán ya que ellos se pueden encargar ahora del control del país, esto es, que al parecer los norteamericanos siguen creando sus propios monstruos. 

Que no nos extrañe que en poco tiempo el conflicto justiciero de Bush se traslade a otras zonas de Asia y que tampoco nos sorprenda que en un par de años el gobierno y sus aliados hagan una nueva incursión en tierras afganas para derrocar a un régimen sanguinario y que no respeta los derechos humanos, finalmente, cualquier motivo es bueno para mantener a la industria bélica gringa operando con normalidad.

Pero como siempre, este es solamente mi particular punto de vista.