La Visión de Hoy

Es de sabios cambiar de opinión.

Al menos es lo que diferentes hechos nos han mostrado a través del tiempo.  Hoy en día y en todos los ámbitos, como el social, el político, el deportivo y el artístico, diversos personajes cambian de posición y contradicen sus ideas del pasado, cual iluminados que al fin vieron la luz y que han sido desengañados, aunque quien sabe por cuanto tiempo, y es que ejemplos sobran.

Se puede observar en el comportamiento de la gente la forma en que las posiciones ideológicas pierden poco a poco el respecto de quienes las inicialmente las veneraban y sorpresivamente pasan al otro extremo, tal cual un luchador se cambia del bando rudo al técnico o viceversa.  Puedo afirmar que todo mundo conocemos a alguna persona que ante determinada situación, por ejemplo, un cambio de jefe en su lugar de trabajo, critica los procedimientos y métodos que, inclusive, ayudó a crear; en realidad el jefe anterior no sabía hacer las cosas, el recién llegado es quien sabrá poner orden, lo mismo que le dijo al anterior jefe cuando llegó.

Recuerdo que en otros tiempos existían los jugadores símbolo en el fútbol soccer nacional.  No quiero hablar de lo que no me tocó vivir (saludos a Cristina Pacheco), aunque es sabido que desde mediados de siglo se conoció al “centavo” Muciño o a “el cuate” Calderón, pero recuerdo muy bien a gente como Alfredo Tena o Nacho Flores, dos personajes que toda su carrera la realizaron prácticamente en un solo club, América y Cruz Azul respectivamente, y como ellos, durante los setentas y la primera mitad de los ochentas abundaron jugadores que se convirtieron en ídolos nacionales y en imágenes de su club.  Hoy día cuesta trabajo encontrar un ídolo en el fútbol, aunque sea un ídolo de un club, esto porque cada temporada cambian de camiseta según convenga a sus intereses económicos y no logran la identificación necesaria con la afición, además de que el propio jugador no siente el cariño por el club que lo motive a defender los colores de la institución que representa.  Actualmente se juega donde hay más dinero y desgraciadamente esto no implica un mejor desempeño futbolístico.

Durante mi adolescencia y aún antes, el Three Souls in my Mind era conocido en todo el país; sus letras rebeldes y críticas abiertas al sistema de gobierno les permitían identificarse con la juventud rebelde y en gran medida de un extracto social humilde.  Recuerdo numerosas entrevistas y actuaciones en vivo en donde identificaban a sus principales enemigos (por llamarlos de algún modo): El PRI-gobierno, Televisa y Raúl Velasco.  Veinticinco años después, el ahora TRI se presenta con la mayor tranquilidad en el Festival Acapulco, el Teletón (si se escudan en el argumento de que es una obra de beneficencia, hay bastantes organizaciones que podrían apoyar y aceptarían gustosas) y el programa de Carina Velasco, hija de Raúl Velasco y quien tiene la misma simpatía y agilidad mental del padre.  Un caso parecido es de Víctor Trujillo “Brozo”, quien junto con José Ramón Fernández representaban una posición definitiva anti-Televisa, sin embargo, también participará en el Teletón y después, quien sabe.

El lado político es también clara muestra de lo sencillo que es cambiar de ideologías de un momento a otro.  Los tres partidos mas fuertes del país, PRI, PAN y PRD intercambian integrantes con asombrosa facilidad y sus ideologías de izquierda y de derecha se invierten bajo la perspectiva de conservar el hueso.  La persona que años antes era un enemigo político y a quién se acusó de corrupto, ladrón y otras lindezas, al cambiar a nuestro partido se convierte en el luchador social que el partido esperaba, la persona que defiende los intereses del pueblo y que viene con su categoría, sapiencia y capacidad, a dar la solidez que el partido necesita.  Casos hay muchos, tan solo hay que observar la posición de Leonardo Rodríguez Alcaine ante el Candidato Vicente Fox y ahora, ante el presidente Vicente Fox.

Pero es en la cuestión religiosa en donde se aprecia mejor este tipo de comportamientos.  Ante la persona que está pasando por una situación difícil, aparece de pronto como una especie de salvavidas moral, una opción de apoyo espiritual que, en gran parte de los casos, absorbe a la persona de modo tal que su vida gira alrededor de sus nuevas creencias; me ha tocado ver a auténticos ateos convertidos a una creencia después de pasar algún trago amargo en la vida y jurar que vivieron en el error toda su vida “anterior”.

Las creencias y convicciones es parte importante de lo que somos como personas.  Los cambios son válidos, sin embargo, cuando un cambio de este tipo va hasta el extremo contrario y se lleva acabo por interés únicamente, sea este económico o de otro tipo, el beneficio que se obtiene le sabe a nuestro espíritu como si bebiéramos líquido de acumulador.  Cuando no se tiene una personalidad sólida se facilita el acomodo a cualquier nivel y en cualquier medio y se pueden obtener innumerables ventajas, pero habría que considerar qué posición es más satisfactoria y no llevaría a la persona a ver al pasado y observar en lo que se ha transformado.  Lo dijo Quino mediante Mafalda: Si uno no se apura a cambiar el mundo, el mundo lo cambia a uno.

OTRO...

La selección mexicana logró su calificación al mundial.  México es un país futbolero y esta calificación es motivo de júbilo para millones de personas, pero no hay olvidar que la selección mexicana no es México.  La selección mexicana representa al fútbol mexicano y si esta es campeona del mundo México no mejora en aspectos que sí son prioritarios y de beneficio común para la población, igualmente, si no hubiese calificado, el país no se hunde.  Hay que ubicar y darle su justo valor a cada cosa.  Me pregunto si el hombre que rezaba en el Estadio Azteca el día de hoy habrá rezado alguna vez por sus seres queridos con tanta devoción.  A disfrutar esta calificación, pero si queremos que tenga significado, apliquemos este y cualquier otro entusiasmo en nuestra propia vida, que es lo que directamente nos afecta.  Perdón por ser aguafiestas.

Aunque después de todo, este es solamente mi particular punto de vista.