Igual que hace diez años, sucedió en un martes.  Me encontraba comiendo en un restaurante del sur de la ciudad de México para después trasladarnos al Palacio de los Deportes al concierto que esa noche el grupo alemán Scorpions ofrecería.  La comida se amargó con la noticia de que Colosio había sido baleado y empezó el borlote en el mismo local, cuando muchos comensales comenzaron a maldecir los hechos y lanzar acusaciones, sobre todo a Cuauhtemoc Cárdenas y en segundo término a Manuel Camacho.  Cuando entramos al concierto y durante este, el ambiente estuvo enrarecido, no se disfrutó igual y el shock definitivo fue al salir, cuando se anuncio el ya esperado desenlace, y digo esperado porque recibió lesiones de bala en la cabeza.  Luego vino el rollo de las teorías, unas más creíbles que otras, los Aburtos, los videos –ya desde entonces- y el comienzo del mito de Colosio.

 

Hoy día se habla de Luis Donaldo Colosio como un ejemplo de democracia, es más, Pedro Ferríz De Con dijo que hace diez años que truncaron el futuro de México y esas son exageraciones.  ¿Alguien recuerda quien era Luis Donaldo Colosio?  Les voy a contar lo que tengo en la memoria.

 

Colosio era el Director de la Secretaría de Desarrollo Social, donde impulsó muchos proyectos, varios de ellos fraudulentos pero que al momento apoyaban bastante la imagen del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, quien entre que se quería reelegir y aspiraba a dirigir la OMC, cometió muchas barbaridades.  Se dice que a Colosio se le veía frecuentemente con jovencitas de la Secretaría con las que acordaba más que en privado y esto me lo contaban algunos amigos que ahí laboraban.

 

Como candidato del PRI, resultó ser uno de los personajes en esos trotes con menos carisma y jale popular; tenía serios problemas para convocar a las masas y ni con acarreados llenaba sus actos de campaña, por lo que se comenzó a escuchar el rumor cada vez más fuerte de que sería reemplazado como candidato y todo apuntaba a que el relevo sería Camacho Solís.  En aquel tiempo, su servidor por motivos de trabajo, trataba con empresarios de bastante alto nivel y en la plática con una de estas personas, el jueves previo a los acontecimientos, se nos comento a varias personas presentes que ya se había tomado la decisión de quitar a Colosio de la candidatura la próxima semana, aunque dijo no saber con precisión como se realizaría el proceso.  Cuando lo mataron, todos los que habíamos presenciado esa declaración nos fuimos de espaldas.

 

Pasemos a las causas del crimen de Colosio.  ¿Pudo ser el discurso que pronunció días antes?  Quizás, pero no apostaría a eso.  Durante las campañas para cualquier cargo público escuchamos miles de discursos, todos ellos prometiendo el sol, la luna y las estrellas y nunca han provocado que se mate a alguien, porque a fin de cuentas no dejan de ser promesas al aire.  Suena más lógico que Colosio se resistiera a ser un parapeto de CSG, quien quería perpetuarse en la presidencia a la usanza de Plutarco Elías Calles, el poder tras el trono.  Y es que todo apuntó desde el principio a que se trató de un crimen de Estado, perpetrado desde el propio gobierno federal de aquel entonces.  Pero dejemos eso.  ¿Era Colosio el salvador que México esperaba?  Para mí, no.

 

Colosio era el candidato del PRI, así que seguro ganaba, eso es cierto, que era un hombre bien intencionado, también puede ser cierto, pero la única verdad es que venía cargando con un partido lleno de ratas que de ninguna forma lo iban a dejar desarrollarse como hipotéticamente suponemos que quería hacerlo y yendo más a fondo, seguramente tenía compromisos ya contraídos con los grupos de poder priístas.  Todo lo demás es teoría y la historia no pintaba un futuro muy diferente al que vivimos con los presidentes anteriores.

 

La historia de Colosio fue una tragedia.  Un hombre asesinado por sus correligionarios –al menos eso pienso, porque está pelón-, con una esposa a la que el cáncer consumía irremediablemente y que dejaba a dos niños sin padres en el corto plazo.  Pero de eso a decir que el era el transformador del PRI, el presidente que iba a cambiar a México y que con su muerte se truncó el futuro del país, nada más no, si acaso en el mejor escenario, son meras especulaciones que ceden ante las evidencias que ya en ese entonces la historia nos señalaba.  Eso sí, ha resultado ser una buena bandera política, ¿no lo cree usted?

Comunicación: fj@lavisiondelciudadano.com

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