20/SEP/04

 

Ni panísta, ni foxista, ni pejefóbico… ni tan imparcial.

 

Desde hace tiempo algunos lectores perredístas y seguidores del jefe de gobierno capitalino, cuando quien escribe esta nota critica a ese partido y al super peje, comienzan a descalificar los comentarios que se hacen en esta columna y se desgarran las vestiduras hablando de la supuesta tendencia partidista de este servidor y de la falta de imparcialidad que debería haber, según ellos, en cualquier medio de comunicación que llegue de manera masiva a la población, como es el caso.  Al respecto trataré de explicar a estas personas en especial y a los lectores en general la manera en que se trabaja en esta revista electrónica.

 

Primero me gustaría dejar en claro que, como se señala en la sección de datos generales de los columnistas, este redactor no tiene una filiación partidista ni ha pertenecido a organización política alguna.  No simpatizo en general con ningún partido y contrario a quienes afirman que no tengo una posición definida –como si los partidos en México la tuvieran-, mi posición es simplemente opinar y  criticar eventos de conocimiento público tomando como base la información disponible en periódicos, revistas, radio y televisión, sin olvidar los comentarios que escucho de mis amigos y conocidos, con el fin de crear conciencia y de despertar el interés acerca de asuntos que nos involucran a todos como parte del país.  Obvio, cuando escribo sobre algún tema lo hago como una persona informada y no especializada en muchos temas, pero eso sí, mi punto de vista es lo que va por delante –y pasa en la mayoría de los redactores, aunque no lo admitan-, lo que pienso que está bien o mal acerca del tema tratado es lo que aparece en esta columna, pero quedarme en la mera opinión sería demasiado simple y falto de seriedad.

 

Cuando escribo sobre algún tema procuro explicar el porqué de esa opinión, las razones de mis críticas, en qué me baso para afirmar o negar lo que afirmo o niego –válgase la redundancia-, que tenga fundamento pues.  Y la gente puede entrar en un debate acerca de mis comentarios, pueden estar a favor o en contra, el único requisito es que se desarrolle bajo esa misma premisa, la de no negar o aceptar por el solo hecho, sino con información y con ideas propias, porque resulta que muchos de estos lectores “críticos” se concretan a repetir lo que sus líderes declaran, como periquitos, frases en las que personajes como Leonel Godoy o AMLO acusan, afirman o niegan.  Y piden imparcialidad cuando ellos se concretan a leer La Jornada y a platicar entre ellos dándose el avión mutuamente, justificando una acción ilegal o deficiente con otra de sus rivales políticos, es decir, no piden justicia, sino impunidad por igual, pero allá ellos.  En el colmo, muchos izquierdistas -de lengua para afuera- ganan bien, tienen a sus hijos en escuelas de paga, TV de paga, salen a comer, pero abogan por los que no tienen anunciándose como pobres o proletarios.

 

Ahora bien, definitivamente trato de mantener una línea imparcial que invariablemente, como comenté anteriormente, se ve afectada por la opinión personal.  Es por eso, por ejemplo, que se critica tan arduamente al peje de gobierno, porque en base a sus declaraciones y a sus acciones, para mi está muy claro que es una persona nociva, que no respeta la ley –antepone su criterio de lo que es bueno y lo que es malo-, que no tiene autocrítica –toda crítica es un complot-, que es corrupto y encubridor –Bejarano, Ponce, Imaz y anexas-, que es manipulador –se pone de víctima-, que es populista –reparte dinero que no produce sino que adquiere deuda-, que es mal hecho -entrega obras inservibles pero de relumbrón y a medio hacer en lugar de cumplir las necesidades de la capital-, que no tiene palabra –nunca corrió a Garduño como prometió que haría si no entregaba todas las placas en una fecha límite-, que tiene un doble discurso y una doble cara –barbea a los pobres pero se reúne en lo oscurito con empresarios y con la iglesia-, que tiene miedo a la transparencia –esta visto que esconde muchas irregularidades-, que está dividiendo al país –con su discurso de los pobres buenos y los ricos malos- y que estoy convencido de que en caso de llegar a la presidencia del país, nos llevará a una crisis que hará que las sufridas con López Portillo y Carlos Salinas sean cuernos de la abundancia.  Así que mientras el señor no muestre otra cara, mientras se siga siendo un autoritario ineficiente, se le va a seguir criticando y se va a seguir advirtiendo a la población acerca de los riesgos a futuro con este personaje y no solo se ha dedicado continuamente este espacio a él, sino también por igual a todos los partidos, autoridades, la presidencia y todos los hechos, siempre tratando también de sugerir alguna idea para enderezar el rumbo que veo medio chueco.

 

Por último quiero hacer el siguiente comentario acerca de que esta revista debería manejarse de tal o cual manera.  Esta revista nace de la necesidad de expresarse de quien esto escribe.  El Director General soy yo, me encargo del diseño, actualización y contenido de la revista, de la selección de la Columna Invitada y de la Frase de Hoy, el resto del contenido es elaborado con completa libertad por otros colaboradores.  Las críticas siempre son bienvenidas y el espacio está a las órdenes de quien lo quiera utilizar, que no son pocos los escritos publicados que han sido elaborados por lectores, pero esta revista no es patrocinada por nadie, es de acceso gratuito a pesar de que un servidor alquila el espacio a cierto costo en Internet.  Si hubiese alguna subvención o algún cobro, en estos momentos estaría disculpándome por los contenidos que no van de acuerdo con los criterios de imparcialidad de los lectores mencionados al inicio de esta columna y prometería que nunca más va suceder, pero como no es así, el manejo en la información y las críticas seguirán el mismo tenor, siempre con base en la información de que disponga y el interés que el tema despierte en mi, dejando a los disidentes dos opciones:  O se resignan a esta situación y continúan leyéndonos para agregar otro punto de vista al propio sin que este sea promovido una verdad absoluta o hacen su propia revista para expresar sus propias opiniones –ojala tan soportadas como las que aquí se escriben-.  Espero haber sido claro y seguir contando con su compañía, aunque ni falta el que se va ni sobra el que se queda.

 

Comunicación: fj@lavisiondelciudadano.com

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