15/NOV/04

 

El triunfo de Bush: la victoria del conformismo

 

Un nada agradable día de muertos fue el que pasó el mundo cuando el pasado martes 2 de noviembre se llevaron a cabo elecciones en el vecino país del Norte, los EUA, en donde contra todos los pronósticos, el maniaco belicista George W. Bush fue reelegido para quedarse como presidente de la máxima potencia mundial por otro periodo de 4 años.  En los días subsecuentes se mostraba mucha confusión acerca de porque había ganado el candidato republicano a pesar de todo e inclusive se calificó su triunfo de “inexplicable”.  La verdad es que es más simple de lo que parece y todo se resume a la ignorancia, la flojera para analizar y el conservadurismo de los electores.  Me explico.

 

A lo largo de 4 años, George Bush Jr. ha demostrado una total falta de liderazgo, una obsesión con vengar al padre de la derrota que este tuvo en su oportunidad como presidente ante Saddam Hussein, lo que llevó a cabo sin importar que la bronca original por lo del 11 de septiembre era con Afganistán, y es que si bien Hussein no era un ejemplo de democracia y justicia, la verdad es que de pronto se vio envuelto en los cocolazos sin deberla ni temerla.  Finalmente la venganza familiar se consumó y de paso los EUA se quedaron a la mala con el petróleo iraquí, aunque se ve que el control del país les va a llevar algún tiempo, quizás algunos añitos.  Bush Jr también había recibido una economía boyante e increíblemente –aquí si- la llevó a pique en un tiempo record, lo mismo ha sucedido con el desempleo que se ha disparado y además ha manejado una política agresiva contra los emigrantes, un conservadurismo extremo –con todo y que sus hijas son adictas al alcohol y a las drogas- y de que ha creado un sentimiento antiyanqui a nivel global que hacía décadas que no se veía.  En este panorama apareció su rival en el camino a la presidencia, el demócrata John Kerry.  Kerry se presentó ante el electorado como un hombre centrado, más abierto ante temas como el aborto y la homosexualidad, a la libertad de culto, contrario a la guerra inútil y al robo descarado a otros países con justificaciones tontas, considerado con la situación de los emigrantes y mucho más tolerante ante situaciones de presión

 

Se llevaron a cabo tres debates entre estos candidatos y la verdad es que Kerry no solo los ganó de calle, sino que exhibió en toda su torpeza e ignorancia a George W. Bush, el cual sin sus asesores nada mas no conoce la “O” por lo redondo.  Kerry habló claramente de los problemas desde las raíces, explicando origines, consecuencias y soluciones a detalle –claro, considerando el tiempo de participación que en estos eventos es limitado-.  Bush se dedicó únicamente, al igual que en toda la campaña, a hablar de forma general, de los objetivos sin mostrar la forma de alcanzarlos, digamos que simplemente hablaba para las masas.  El resultado fue el que todos conocemos y esto demuestra que la gente no quiere pensar, analizar ni discernir, sino que simplemente se deja llevar por lo más directo aunque sea lo menos sustancial.  Para ponerlo claramente.

 

Mientras Kerry se dedico a explicar a detalle los problemas, las causas, las posibles soluciones y las metas a determinado plazo, Bush se dedicó a propagar: “Derrotaremos al terrorísmo”, “No a los matrimonios Gays” y “No al aborto”, así nada más y eso resultó ser lo más efectivo.  Demostró que no hace falta ser inteligente o tener un plan bien estructurado, solo dale a la gente lo que quiere escuchar, solidarízate con los valores y creencias esenciales y los tendrás comiendo de la palma de tu mano.  El pueblo no trata de ver mas allá de lo que está a primera mano, no quiere esforzarse, se deja llevar por lo fácil, por lo que no le implica pensar, solo piensan en un beneficio directo en corto plazo sin tratar de analizar las consecuencias más allá de su entorno.  Por eso ganó Bush en el país más poderoso del mundo, un país de primera supuestamente, y si eso sucede en los EUA, ¿qué podemos esperar nosotros?

 

Lastimosamente, solo queda esperar que esta experiencia sirva de ejemplo, lo que se ve muy difícil, porque estamos acostumbrados en nuestros tercermundistas naciones a dejarnos deslumbrar por las mismas promesas basadas en estos mismos métodos:  La prosa poética que amablemente nos promete salir del subdesarrollo, el compromiso fácil pero que es obvio irrealizable, las metas sin plan para lograrlas, en fin, que bien haríamos en escarmentar en cabeza ajena antes de dejarnos ir de boca ante nuevos Mesías que se creen iluminados y que saben bien que sus dichos no son sustentables, pero que conociendo la poca visión ciudadana, trazan sus caminos de logros personales sobre las ilusiones de los ingenuos.  Usted decida si quiere ser parte de la solución o solo un muñeco en el plan maestro de otra gente que seguramente se beneficiará de su posición –si la alcanza-, pero que dejará a sus nobles pero desinformados electores igual o peor de cómo los encontró.

 

Comunicación: fj@lavisiondelciudadano.com

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