La serpiente blanca en la ciudad de México.

 

No hablo precisamente del grupo Whitesnake de Dave Coverdale, sino de la marcha monumental que se realizó el pasado 27 de junio, en la que se movilizaron más de 250 mil personas –500 mil aseguran los más optimistas- para gritar un “Ya basta!” ante la ola de delincuencia que se encuentra desatada en todo el país y sobre todo en la capital de nuestro país.  Hay muchos puntos que tocar en torno a este evento, pero principalmente el hecho de que se trató de una marcha con un comportamiento ejemplar.

 

Desde el anuncio de la realización de esta marcha se le trató de desacreditar, bajo el argumento de que era organizada por grupos de extrema derecha y que se trataba solamente de un acto para golpear al peje de gobierno, quien cayó en el pánico y comenzó a acusar que se trataba de un plan de sus enemigos en donde todos estaban involucrados, donde habría acarreados, donde habría manipulación de medios, en fin, donde era obvio que la marcha no tenía la finalidad que se promovía y es más, era solamente una marcha de pirruris, de gente de clase alta.  Craso error.

 

Ese domingo se reunieron miles de mexicanos que han sido víctimas de la delincuencia de alguna u otra forma, gente solidaria con vecinos y amigos, personas de todo tipo vestidas de blanco, hombres y mujeres que no permitieron la intromisión de ningún grupo que quisiese apropiarse de la causa, se trataba pues de una acción ciudadana real, una multitud que ocupaba desde Paseo de la Reforma al la altura del Auditorio Nacional hasta el Zócalo de la ciudad de México, más de 6 kilómetros de personas, donde no se veía una manta política y si muchas exponiendo sus experiencias y exigiendo la seguridad tan escasa en estos momentos para vivir con tranquilidad.

 

Es de resaltar que todo se realizó en completo orden, no hubo pintas, no hubo una agresión contra la propiedad de nadie, un acto cercanamente violento.  Nada.  Las personas se reunieron, marcharon, llegaron al Zócalo, cantaron el himno nacional y se retiraron.  ¡Qué ejemplo para esas vergonzantes marchas que realizan los partidos políticos con la sola finalidad de grillar!  Esto ha sido una muestra clara de lo que es la voz del pueblo, de quien tiene el poder, no con amenazas ni con la fabricación de mártires o los actos en estrados para agredir a alguien.  Aquí no hubo líderes y los asistentes fueron una sola voz, una voz que definitivamente se ha convertido en un parte aguas.  Y solo el peje de gobierno en su cerrazón absoluta se atreve a desacreditar este movimiento hablando de manipulación, de acarreados- ya quisiera ver si todos los partidos políticos juntos son capaces de reunir esta cantidad de gente-, de infiltrados y de ataques a su persona.

 

Porque si algo ha quedado claro es quien lleva las riendas.  Ha quedado claro también que se puede hacer una manifestación sin agredir a terceros ni a sus propiedades.  Ha quedado claro que solo los ciegos no quieren ver una exigencia real a un problema real, que tratan de evadir sus responsabilidades hablando de cosas que no vienen al caso.  Ha quedado claro que hay alternativas a los ataques verbales y físicos y que la propuesta de ideas siempre será la mejor arma.  Si esta fue una marcha de pirruris, ojala que todas las marchas se realizaran con pirruris y no con los marchístas profesionales que lo únicos que buscan son prebendas personales.  Las autoridades han descubierto que a partir de ese día, si no hacen su labor, se les va exigir que la realicen o que dejen ese espacio a otra persona que si tenga la voluntad y la capacidad de cumplir con la responsabilidad encomendada.

 

Comunicación: fj@lavisiondelciudadano.com

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