“...la policía capitalina sí actuó para controlar los desmanes producidos durante la marcha del 2 de otubre, pero lo hizo estratégicamente para evitar mayores problemas al enfrentarse con los rijosos en las calles de la ciudad.”  ¿De qué habla el peje de gobierno?  ¿Mayores problemas?  Entraron a robar a una tienda de artículos para el hogar, arrojaron objetos en llamas a la Secretaría de Gobernación, destruyeron autos en exhibición y dañaron otros en la vía pública, asaltaron varias Oxxo así como puestos semi-fijos y agredieron a transeúntes y otros comercios variados y la policía no hizo nada porque el señor peje quería evitar mayores problemas?  ¡Está loco!  Aunque a lo mejor sintió nostalgia por las violentas marchas que él encabezó hace no más de una década en su natal Tabasco.

 

“...los desmanes fueron causados por grupos de “infiltrados” que utilizaron la marca como parapeto para realizar sus acciones.”  Ajá.  Eso no responde porqué la policía no actuó para hacer cumplir la ley.

 

“   el secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, y el secretario de Gobierno, Alejandro Encinas, estuvieron pendientes...no se abandonó la vigilancia, sino que se consideró prudente actuar en el momento más adecuado y no agravar las cosas, porque no se trata nada más de detener por detener, hay que actuar con prudencia para no agravar las cosas”.  ¡Eso sí!  ¡No hay que detener por detener!  ¿Qué mas quería López Obrador para detener a quienes estaban cometiendo ilícitos?  Según mi estúpida lógica–para el peje-, para detener a alguien por cometer un delito, no hay nada mejor que agarrarlo con las manos en la masa y no después –como pretende el peje- cuando el acusado puede negar los cargos y decir que estaba en su casa.  ¡Y qué bueno que Ebrard y Encinas estuvieron vigilando, ya ven como ayudó eso a los que vieron afectado su patrimonio!

 

“...es lamentable que en un acto como el de ayer, donde mucha gente se manifiesta en forma ordenada, se infiltren personas que van con otro propósito, no hay que cuestionar la marcha, no hay que generalizar, hay que ver que no hubo problemas mayores en la marcha.”  Nadie cuestiona la marcha, Andrecito, cuestionan la complacencia de la autoridad ante hechos delictivos.  ¡Qué ganas de desviar la atención!

 

“...la finalidad era generar desorden durante la marcha, es el caso en donde los extremos se juntan, se dan la mano, es el extremismo que se da en la izquierda y se da en la derecha y que desde mi particular punto de vista, no es aceptable”.  ¡Muy bonito!  ¿Y eso que?  ¿Responde a las exigencias de hacer cumplir la ley o justifica la inoperancia de la autoridad?  ¿A qué viene entonces ese comentario?  Ganas de atarantar al que se deje.

 

El secretario de Gobierno del DF, Alejandro Encinas, no quiso quedar fuera del sketch de su jefe y también le entró al espectáculo e informó que “...en la movilización de ayer participaron alrededor de 17 mil personas y sólo fueron 250 los que participaron en los desmanes.”  ¡Qué consuelo!  ¿Entonces porqué no se detuvo a ese 0.014 % de rijosos que causaron el caos en la marcha?  ¿Porque son pocos no se les arresta o qué?

 

Dijo también que “...la Procuraduría capitalina realiza una investigación para identificar a los participantes de los desmanes y adelantó que se trata de un grupo organizado.  Además algunos de ellos se cambiaban de ropa y de peinado para no ser identificados, pero se tienen detectados ya a través de fotografías y videos.”  Que me disculpe el señor Encinas, pero qué ganas de hacerse como el Tío Lolo.  Dígame usted, lector, ¿es más fácil detener a un delincuente en el momento de realizar un ilícito o días después, por medio de videos en donde se ve a un grupo de tipos con pasamontañas o el rostro cubierto por paliacates?  ¿Es más fácil identificar a una persona en el lugar y momento de los hechos o en una foto que solo muestra sus ojos?  ¡Qué ganas de perder el tiempo!

 

El último participante en la obra fue Marcelo Ebrard, quien declaró que “...es la primera vez en la Ciudad de México, desde hace muchos años que tenemos ese nivel de violencia, de provocación. ¿Qué buscaban estos individuos? Que hubiese una reacción desordenada, torpe, por parte de la policía, para crear una gran confrontación con los manifestantes. No caímos en esa trampa”.  Me imagino que el hecho de que no cayeran en esa trampa debe consolar a todos aquellos que se vieron afectados en su persona o bienes por los vándalos idiotas de la marcha mencionada. 

Triste, muy triste.  López Obrador sigue dejando claro que no piensa exponer un mínimo su imagen en su búsqueda de la candidatura del 2006, aún a costa de quien salga perjudicado por su actitud.  Imagínese que cualquier imbécil puede agredirlo a usted, los suyos o a su patrimonio porque el señor no hace cumplir la ley porque “no cae en provocaciones”.  ¿Qué no se da cuenta –él, Fox y las autoridades del país- que el día que metan en cintura a estos grupos su popularidad se irá al cielo?  ¿Y las pérdidas de los afectados quien las va a absorber?  ¿el GDF?  No creo, porque ya con sus viejitos y sus programas asistencialístas de compra de simpatías –y votos- tienen a la capital sumida en tremenda deuda.  Solo como un recordatorio, porque me imagino que así como ha olvidado que juro cumplir y hacer cumplir la ley en el DF, el peje puede haber olvidado también esto:  El 16 de julio del año pasado, el propio jefe de Gobierno aprobó el Código Penal del Distrito Federal que en su artículo 259, fracción 4ª, se refiere al delito de “Ejercicio indebido del servicio público” que lo comete “El que teniendo obligación por razones de empleo, cargo o comisión, de custodiar, vigilar, proteger o dar seguridad a personas, lugares, instalaciones u objetos, incumpliendo su deber en cualquier forma propicie daño a las personas o a los lugares, instalaciones u objetos, o pérdida o substracción de objetos que se encuentren bajo su cuidado”.  La pena establecida es de 2 a 7 años de prisión y de 50 a 500 días de multa. En el artículo 22 del mismo documento se establece que: “Son responsables quienes lo realizan por sí o los que determinan dolosamente al autor a cometerlo”.  Dudo mucho que, en una muestra de coherencia, López Obrador se aplique la sanción consecuencia de su pasividad, sanción que, de cualquier manera, bien merecida la tiene.

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