Era mucha la expectación por esta protesta a la que convocaron Cárdenas y Barttlet, en la cual se movilizaría, según los vividores líderes sindicales, medio millón de personas, sin embargo y cual si fuera el peso del ’96, la cantidad comenzó a disminuir alarmantemente para los organizadores conforme se acercaba la fecha, que siempre 300 mil, que cien mil, y terminaron afirmando al día siguiente de la marcha, que los asistentes fueron 30 mil, con todo y que circuló dinero, hubo acarreados de varios estados y hasta el peje dejó salir temprano a quien quisiera ir a apoyar el movimiento.  Influyó también la lluvia, con eso de que estos tíos no se bañan más que los sábados y eso si los agarran distraídos.

 

En esta ocasión la vigilancia policíaca evitó los desmanes que generalmente se han visto en la capital recientemente cuando se organizan estas pachangas, pero lo que más gusto me dio es que los medios han actuado como debe ser, desenmascarando como estas protestas son realizadas por lidercillos que se sirven de la gente necesitada o afiliada a diversas organizaciones, gente que a fin de cuentas solo cumple con hacer acto de presencia sin saber qué es lo que están apoyando.  La exploración reporteril nos dejó tres buenos ejemplos:

 

Un tipo disfrazado de Marcos –el guerrillero más pacífico del mundo y quien vive a costa de los indígenas-, comentó que “…yo vengo a apoyar”, “¿Qué postura apoyas?” –preguntó el reportero, “No, o sea, yo vengo siempre a apoyar a los compas, sean campesinos o sindicatos, zapatistas o del CGH, o sea hay que apoyar siempre”, “¿Pero qué apoyas?”, “Por eso, vengo a apoyar siempre en lo que sea”.  Interesante espécimen.

 

Un monito que gritaba con singular enjundia insultos al presidente es interceptado, “¿De donde viene, señor?”, “Venimos de Morelos”, “¿Contra qué protesta, señor?”, “Venimos a apoyar a nuestro presidente municipal, el nos trajo, nos pagó y puso los camiones”, “¿Pero cual es su postura?”, “Permítame, ahorita que llegue mi presidente municipal para que el le diga, porque no sé muy bien”.  Sincerote, ni duda cabe.  Sería bueno investigar a su presidente municipal, porque dudo que el financiamiento saliera de su bolsa.

 

Una mujer indígena que encabezaba a un grupo portando con otras compañeras una enorme manta con consignas claras, precisas y concisas, fue interrogada en televisión; la mujer no hablaba español, así que un acompañante sirvió de interprete.  “¿A que viene?” “A defender lo nuestro”, “¿Qué defiende?” “Pues lo nuestro, lo que nos pertenece”.  Claro como el agua.

 

El que está para un premio es un personaje muy de al tiro clase baja, al que le preguntaron “¿Por qué protesta, señor?”, “Pues porque nos dijeron que Fox quiere vender el país y ahí sí no lo vamos a dejar”, “¿Qué es lo que vende Fox?”, “El país, está vendiendo el país, por eso venimos, porque no queremos que lo vendan”.  Para Ripley.  Ignorante pero patriota. 

Así de fácil es exhibir la falsedad de estos movimientos.  Fácil y sencillo.  Lo escribí en esta misma columna recientemente, cosa de preguntarles en que parte de la propuesta de reforma dice que se privatiza la electricidad o el petróleo y no dan pié con bola, no están informados, solo se dejan llevarSon borregos que sirven a un fin, el fin del pastor que es seguir gozando de sus privilegios que le dan el no competir, el abusar, el tratar de formar imagen de patriotas cuando del otro lado cierran filas con sus supuestos enemigos, líderes que se enriquecen y que tratan de heredar sus reinos.  Patético.  No hay porqué temerle a estos movimientos porque se les puede desenmascarar fácilmente.  ¿Por qué el gobierno federal no hace mesas de discusión abiertas y con medios, cuando estos grillos quieren armar borlote?  No hay de que temerles, porque su propia ignorancia los mata.  Solo repiten frases trilladas, pero desconocen por completo de lo que hablan, eso si, muy patriotamente.  Querido lector, usted no sea borrego Infórmese y si protesta por algo, que sea con bases y convencimiento, no porque el gurú cardenísta le asegura que el tiene la verdad absoluta y le cuenta la historia a su manera, como esa declaración posterior a esta pseudoprotesta, en la que sus oradores afirmaron que se trató de “una jornada histórica similar a aquella que desembocó en la expropiación petrolera”.  ¡Hágame usted el favor!  Treinta mil personas que en su mayoría desconocían las causas de la reunión pueden decidir por más de 100 millones de mexicanos.  Allá quien les crea y les quiera seguir haciendo el caldo gordo.

 

Comunicación: fj@lavisiondelciudadano.com

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