Como dije, esta obra que desde el principio pareció una ocurrencia al vapor del jefe de gobierno –ya que al anunciarla ni sus colaboradores más cercanos sabían de qué hablaba-, pasó por una serie de interrogantes, desde los accidentes, como aquel en donde una ráfaga de viento –según las autoridades capitalinas- dobló unas varillas de la estructura de la obra -¡qué buen material le meten a sus proyectos!- hasta el que costó la vida a un obrero, en las prisas del peje por entregar en la fecha que el mismo Andrés Manuel López Obrador estableció para poder inaugurar el distribuidor con una carrera ya comprometida con Televisa.  Muchos negocios pagaron el precio de este proyecto -cuando las calles donde se establecen fueron cerradas durante varios meses- al igual que los vecinos de la zona, -quienes vieron su patrimonio devaluarse al aparecer, de repente, una vialidad frente a sus ventanas-, quienes se ampararon sin logro alguno.  Una rara campaña publicitaria de las autoridades se realizó en TV por parte de las autoridades, en donde una “vecina de la zona” aparecía arrepintiéndose públicamente de “haber estado en contra de la construcción del distribuidor vial”, porque “está quedando padrísimo” -¿No hubiera sido mejor presentar la funcionalidad de la obra y no una afirmación tan superflua?-, pero el caso es que el distribuidor vial de San Antonio, pieza puntal aparente de los planeados segundos pisos de Viaducto y Periférico ya está funcionando.  ¿Comentarios?  Sí, como no.

 

Primero que nada, ¿porqué el peje se aferra a ponerse plazos que finalmente terminan por presionarlo y por hacerlo caer en el incumplimiento, o aun peor, en intentar verle la cara a los ciudadanos jactándose de que ya entregó una obra que está incompleta?  Esto ya le había ocurrido en la remodelación del Centro Histórico de la capital del país y le vuelve a ocurrir ahora.  Entregó una obra a la que aún hoy se le siguen trabajando diversos elementos con tal de entregar lo antes posible, en lugar de esperar una semana más y presentarla como debe ser.

 

Ingresé por Viaducto y circulé hacia la salida a Periférico y viceversa.  Lo primero que noté es que los carriles no están pintados, el pavimento está limpio.  Otro riesgo alto es que hay trabajadores a la orilla de los carriles efectuando diversos trabajos de terminado –me imagino- que están exponiéndose a sufrir un accidente y a que un automovilista un poquito atarantado se los lleve de corbataLas uniones entre las trabes o segmentos que conforman la vialidad son muy notorias y lo que es peor, están parchados; si usted circula por ahí podrá apreciar las gruesas líneas de concreto sobrepuesto a lo largo del camino que pretenden cubrir las uniones y que el conductor siente perfectamente –estos “escalones” son un defecto constante en las obras viales que se realizan en nuestro país-, o sea que tampoco está parejo.  Por la parte de abajo se observan perfectamente las enormes  separaciones –para este tipo de obra –entre las trabes -¡Con razón las plastas que tratan de disimular por la parte superior en donde uno circula!-.  No soy arquitecto, pero hay segmentos sostenidos por una sola columna que se ve muy delgada para dar seguridad a la estructura.  Salir del distribuidor en un camote, un verdadero lío.  Las salidas –y algunas entradas- son de dos carriles y desembocan a laterales de dos carriles, a lo que podemos aunar la clásica mala educación del mexicano que es incapaz de ceder el paso, lo que da como resultado que se forman auténticos cuellos de botella –y eso en sábado a la una de la tarde, no quiero imaginarme la zona en hora pico.  Te ahorras tiempo arriba y lo pierdes al tratar de salir.  La altura de la parte más alta del distribuidor –en el segundo piso- es de 28 metros y las barreras laterales de protección son de tamaño normal, bajas y me da la impresión de que –diga lo que diga el peje y los arquitectos de la obra- un auto mediano a gran velocidad se sale porque se sale, no hablemos ya de un vehículo de carga –por cierto que una diplomática se acaba de matar el jueves pasado desde cuando a exceso de velocidad salió volando en su camioneta desde 15 metros de altura de una vialidad-.

 

Para acabarla de amolar, no queda clara la situación de qué tan seguro es el mentado distribuidor y me explico.  El peje de gobierno anunció que se permitiría el paso de todo tipo de vehículos, inclusive se planeó como un acceso rápido a la central de abastos del DF –ya están las indicaciones direccionales en la obra-; el arquitecto de la obra declaró que el distribuidor vial es muy seguro porque se planeó pensando en que en un determinado momento fuese utilizado sólo por tráileres y camiones de carga, así que no había el menor riesgo, pero hay dos declaraciones que me dejan dudas sobre estas afirmaciones.  Primero, el peje López Obrador declaró hace un par de días que, por el momento, solo se abrirá a la circulación a automóviles “para ver como se comporta la estructura” y posteriormente, en unos seis meses, se permitirá el acceso a vehículos pesados.  ¡Qué bueno que están seguros de lo que hacen!  Y después, el arquitecto de la obra, en entrevista, declaró que los segmentos metálicos que sirven de contenedores de seguridad pueden soportar el impacto de un trailer cargado a 80 kilómetros por hora, pero al cuestionarle si un trailer venía a horas de la madrugada –hora en que no hay tráfico-, le parecía fácil acelerar y se impactaba contra el murito de seguridad a más de 80 Km. por hora, el señor contestó “esperemos que eso no suceda”.  ¡Valiente cosa! 

 

Pueden acusarme de buscar defectos si gustan, pero hablo con base en los elementos que observéLa funcionalidad de la obra deberá calificarse en un par de meses, porque en estos momentos la obra recibe la visita de muchos curiosos como su servidor y otros tantos no conocen las rutas que se ofrecen, sin embargo y hasta lo que se ha podido ver en estos pocos días, la zona sigue tan complicada como de costumbre en hora pico.  Aparentemente los beneficiados son los automovilistas que no circulan por la zona en hora pico, quienes pueden disfrutar de un buen ahorro de tiempo en sus trayectos sin sufrir problemas en los accesos y las salidas de la obra.  ¿Algún punto a favor que hubiese encontrado en mi visita al distribuidor vía de San Antonio en el DF?  Sí.  Visualmente en una obra impresionante, eso nadie se lo quita.  Lástima que lo primero que se debe buscar es la funcionalidad, la que no aparece por ningún lado y la que volveré a evaluar en poco tiempo.