"El respeto al derecho ajeno es la paz", quizás la frase histórica más conocida por los mexicanos y también la más recurrente en nuestro país en la aplicación de innumerables situaciones vuelve a ser el argumento principal ante la polémica desatada cuando, al igual que hace un año, el gobierno mexicano vota contra Cuba en Ginebra, en el marco de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, por el asunto del nulo respeto en la isla a los derechos humanos.

Por un lado, los intelectualoides e izquierdistas de café, esos que les gustaría vivir en "el socialismo" sin las limitaciones de este pero con las ventajas de un gobierno de derecha -que aunque suene ilógico es lo que pretenden-, esos grupos que aun idolatran la figura de Fidel Castro pero que serían incapaces de vivir una semana bajo las reglas del famoso comandante, se han escandalizado nuevamente al calificar, por una parte, de intervencionista el voto de México y de criticar la paja en el ojo ajeno teniendo la viga en el propio.

Hay que recordar que el voto de este año se justificó por culpa del mismo Castro, cuando ante el ataque de la alianza gringoinglesagachupina a Irak, Fidel comenzó a ver moros con tranchetes y en un afán preventivo puso sus barbas a remojar y organizó una tremenda redada en su país para detener a todos los "enemigos de la revolución cubana", la mayoría de ellos poetas, periodistas y líderes sociales que mediante diversas campañas pedían al gobierno caribeño "barbaridades" como la apertura de los medios para que diesen a conocer las noticias del mundo abiertamente -reacuérdese que en Cuba los medios son controlados por el estado, si no me cree, consulte el periódico Granma, órgano oficial de Cuba (www.granma.cu), en donde se dará cuenta de que, según el gobierno cubano, se genera si acaso, un par de noticias importantes en el mundo al día, como eso de que "el Congo admira a Fidel"-, que se permitiese el libre acceso a Internet, la apertura a cualquier obra literaria -solo se permiten libros seleccionados por el gobierno cubano- y lo peor, elecciones libres -en la última elección (¿?) Castro ganó como candidato único del partido único autorizado con el 100% de los votos a su favor, mismo caso de la última elección de Hussein en Irak-.  Los detenidos que "atentaron contra el gobierno" fueron sometidos a penas de hasta 25 años de prisión, pero eso no fue todo.  Unos monitos que pretendieron secuestrar un trasbordador para escapar a Miami, fueron detenidos por la policía cubana y condenados en un juicio express de tres días a morir fusilados.

Me parece que el voto contra Cuba no es intervencionismo y les explico porqué.  Cuba es parte de un club, en este caso la ONU, en donde una de las reglas -que aplica a todos los integrantes del club- es que los miembros pueden calificar el respeto de los derechos humanos en los países que integran el mismo club, así que Cuba debe aceptar la crítica y en su caso, desmentirla con hechos, no con descalificaciones como pretenden hacer el gobierno cubano y su canciller.  Se solicitó a Cuba que permita la entrada de unos visitadores para verificar el respeto a los derechos humanos y la respuesta fue un rotundo "No".  Dicen que el que nada debe nada teme.  Si Cuba no quiere ser criticada, entonces que se salga del club.

Acerca de con qué cara México califica mal a Cuba en materia de derechos humanos cuando en nuestro país se violan estos derechos constantemente, déjenme decirles que no dudo que los derechos humanos se violan en todos los países del mundo en diferente grado, esto es que no hay quien tenga las manos limpias, pero aquí es donde el criterio cambia.  La primera opción puede ser el decir "yo no voto contra Cuba o cualquier otro país porque en mi patria también hay violaciones", la segunda -y la que considero correcta- es el aplicar el derecho de voto contra quien viola los derechos humanos y aceptar que se vote también contra mi país si es que los argumentos lo justifican.  Nuevamente me parece preferible que castiguen a los demás y a mi también si lo merezco a que no critique teniendo el derecho de hacerlo con tal de que no me critiquen a mi, que es la política que siempre ejerció el PRI, "no critico para que no me critiquen" -¡y miren que había mucho que criticar!

La Doctrina Juarista me parece una opción bastante comodona y permite evadir cualquier responsabilidad bajo el argumento de un falso respeto que encubre lo que en realidad es una complicidad cuando un evento afecta los derechos de los demás, por otro lado, Cuba es un país con muchas ventajas y desventajas, un país no perfecto pero que a su modo ha sabido sobrevivir al mundo actual y cuya debacle comenzó cuando un tremendo e inhumano bloqueo lo ha llevado a una crisis y esto es de lo que hablaré la próxima vez, así como del auténtico intervencionismo que ha sufrido de parte de los exiliados, lo que si me parece bastante mal.