10/ENE/03
Clonación, resurrección y vida eterna. (Segunda y última parte)
Comentaba ayer las pretensiones de los raelianos y su intención de preservar su vida indefinidamente mediante la clonación. No son los únicos que ejercen esta práctica, también otros grupos aun más pretenciosos, como el denominado proyecto “Second Coming”, quienes no se conformarán con clonar a un ser humano cualquiera, no, estos locos pretenden cumplir las profecías bíblicas acerca de la segunda venida y clonar al mismísimo Jesucristo, en vivo y a todo color para la salvación de la humanidad, el mundo y universos circunvecinos.
La idea en sí misma es bastante escandalosa, pero hay más, se pretende que una vez preparado el clon, su proceso de gestación se llevará a cabo en una mujer virgen –que se ofrecerá de manera voluntaria- y con lo que lograrán “un segundo nacimiento virginal”. Este proyecto ya lleva algún tiempo de retraso, porque se tenía planeado que el nacimiento ocurriese el 25 de diciembre del 2001, sin embargo al no haber conseguido la sangre necesaria –que pensaban obtener del famoso “manto sagrado” de Turín- les ha sido imposible cumplir su plan. Este ejemplo deja muchas posibilidades a la deriva.
A la fecha no se sabe si la sangre del manto de Turín realmente es la de Jesucristo, porque diversas pruebas realizadas por científicos reconocidos ubican que esta tela es del siglo XV DC, y que en caso de ser cierto, tan solo van a clonar a un ser humano cualquiera. Supongamos ahora que verdaderamente se lograse clonar a Cristo; este nacería de manera normal y resultaría ser un bebe -¡Ya sé que es obvio!, pero quiero dejar en claro que esta clonación no daría por resultado un adulto-, un bebe que nacería, crecería y se desarrollaría en un mundo muchísimo muy diferente al de hace dos mil años, lo que finalmente producirá una persona físicamente igual a Cristo pero que tendría su propio desarrollo acorde a la actualidad; eso no sería Cristo. En el peor de los casos, vaya usted a saber, a lo mejor el resultado de su experimento es el Anticristo.
Regresando al asunto básico de la clonación, los resultados de este tipo de experimentos a la fecha han sido malos, porque todos ellos han presentado defectos, desde deformaciones hasta envejecimiento prematuro. Hasta hoy no se ha logrado clonar un animal de manera perfecta, por lo que dudo mucho que los supuestos recién nacidos –porque ya son dos los nacimientos por clonación anunciados por los raelianos aun cuando estos no presenten evidencia alguna-, en caso de existir, sean clones “perfectos”. Ahora, en un nuevo supuesto, si ya se logró clonar perfectamente a un ser humano es porque han practicado lo suficiente y como resultado de estas prácticas vaya usted a saber qué carámbanos salió –los raelianos han comentado que practicaron clonando humanos en óvulos de vaca, ¡Imagínese!-. Por otro lado, me parece que el lograr la vida eterna es imposible. ¿Por qué? Podrán clonar un cuerpo similar al mío, inclusive con los recuerdos completos de mi vida, una copia exacta pues, pero no seré yo, será una copia exacta, exactísima hasta en el menor detalle, pero copia al fin. Yo moriré y podrá conservarse esta copia, pero yo, el original, moriré, así de simple. No hay una forma en que los raelianos u otro grupo que este practicando la clonación me demuestre que puede pasar mi esencia integra a otro cuerpo, dejando el primero “vacío”, no muerto, lo que sería la única forma de lograr “vida eterna”, cambiando mi contenido a otro envase por decirlo de algún modo, por lo que aseguro que lo único que pueden lograr son copias y las copias copias son, ni vida eterna ni resurrecciones, solo copias.
El último punto de este asunto es lo que puede generarse si esta tecnología cae en manos equivocadas, fanáticas o avariciosas, como usualmente sucede. Teniendo un dominio de la clonación, ¿no sería maravilloso clonar a Frank Sinatra, Elvis Presley, Orson Wells, Chopin, Einstein, etc? La tentación de seguir disfrutando su obra sería enorme. Por otro lado, ¿qué tal si algún grupo lograse tener acceso a esta tecnología y se le ocurriese clonar a Hitler? ¿A Idi Amin? ¿A Charles Manson? ¿Se imaginan un espía clonado, físicamente igual a un líder enemigo? ¿Un ejercito de clones alterados genéticamente con inmunidad a las enfermedades y habilidades aumentadas?
Me parece que la tecnología debe beneficiar a la humanidad siempre y cuando no se caiga en excesos. La naturaleza tiene un orden y ya conocemos de sobra el precio de querer romperlo. El ciclo de la vida es hermoso en todas sus etapas si has logrado tener un buen camino. En determinadas situaciones la muerte puede ser un premio y la vida un castigo. Particularmente no me gustaría vivir mientras mis amigos y familiares mueren –recuérdese que, de entrada, la clonación no es accesible a todo el mundo-. Debemos disfrutar la vida al máximo en todos sus aspectos para así, después de haber llegado al mundo llorando podamos partir con una sonrisa. Hay que recordar lo que bien dijo Napoleón Bonaparte: “¿El puesto de Dios Padre? No lo querría nunca porque es un callejón sin salida”. Obviamente no todos pensamos igual; según Clonaid, existen ya veinte mil solicitudes para clonarse. No me gusta como pinta el futuro con los clones. Pero desde luego este es solo mi punto de vista. |