14/OCT/02 Los gringos al rescate del DF. (Primera de dos partes) Y aunque suene a una frase de película o a declaración del enfermo de George W. Bush, la realidad es que el GDF termina reconociendo su incapacidad para ganar la batalla contra la delincuencia y recurre al ex alcalde de New York, Rudolph Giuliani, para que venga a salvar a la población capitalina. Giuliani es reconocido por haber logrado reducir enormemente la delincuencia en la conflictiva ciudad norteamericana que se había convertido en tierra de nadie y es por esa razón que Andrés Manuel y su carnal Marcelo –Ebrard- apuestan por la asesoría de este personaje. Existen muchos puntos acerca de este tema que vamos a tratar a continuación. Lo primero que podemos decir es que el programa “Cero Tolerancia” ha pasado a la historia como el plan que mejores resultados ha dado en contra de la delincuencia al aplicarse en una gran ciudad, una ciudad que estaba totalmente controlada por el hampa. Sin embrago, este programa no fue creado por Giuliani como piensa la mayor parte de la gente. Fue un par de investigadores de Baltimore y que después fue adaptada por el jefe de policía Willian Bratton, a quien por cierto le creaba piedras en el hígado el nombrecito de “Cero Tolerancia” y prefería denominarlo “No más ventanas rotas”. La lógica que se sigue es muy interesante: Partiendo de la premisa de que se deben de atacar con la misma fuerza los grandes crímenes y los pequeños delitos, en la práctica, se comenzó por ejemplo, a combatir el robo de artículos deteniendo a quienes vendían artículos robados y el narcotráfico no buscando a las grandes organizaciones, sino a los pequeños distribuidores –estanquillos y pandillas locales-, o sea que se bloqueaba a partes vitales que la cadena de la delincuencia requería para operar; en lugar de resolver delitos individuales, se desmantelaba una estructura. Otro punto que se incluye es la promoción y reconocimiento para las autoridades –policías y jefes- que cumplieran sus funciones eficientemente o, en caso contrario, se les despedía e inclusive se les podía fincar responsabilidad penal. El otro lado de la historia es que conforme disminuían los delitos en New York, se incrementaron de manera igualmente escandalosa las denuncias de abusos policíacos, sobre todo en lo que a los ciudadanos de raza negra o latina se refiere, pero es que a fin de cuentas no puede tenerse todo. Yo no tengo empacho en preferir temerle a la policía porque suponga que puede abusar de un supuesto delincuente –los abusos ya los cometen sin programa establecido alguno-, que como hoy día, que pienso que los policías son capaces de perjudicarme igual o más que un delincuente, sin embargo, esto no me parece nada mas un asunto de combate al crimen; aquí hay un trasfondo que encierra contradicciones, puntos oscuros y tristemente, me parece más político que social. Mañana hablaremos de estas situaciones. OTROS... 1) El presidente Fox sigue cometiendo errores que propician los pleitos entre poderes. Esta vez negocio en lo oscurito las modificaciones a la Ley de Radio y Televisión, que se traducen en un aparente sometimiento ante los intereses de los grandes consorcios y de Televisa en particular. La polémica no viene tanto por las modificaciones –que trataremos más a detalle en los próximos días-, sino en el hecho de que estas se dan por decreto, sin consultar a nuestros legisladores. Ya comentaremos. 2) Andrés Manuel es vaciado. Por un lado argumenta que el ejecutivo no se manda solo y debe cogobernar con el legislativo, por otro dice que los asambleístas capitalinos quieren cogobernar en el DF y eso si no le parece. O sea que es lo mismo pero no es igual. 3) Termina la primera parte de la “pesadilla del pasado” en Teloloapan y finalmente se otorgó el triunfo en esa alcaldía al perredísta Modesto Brito, no obstante que las boletas habían sido destruidas por el moderno Romeo, el líder priísta en esa zona, Pablo Urióstegui (ver nota de referencia). El conteo de votos se realizó con altas medidas de seguridad y con base en las actas de la elección. Y digo que terminó la primera parte, porque solo resta que se proceda penalmente contra este politiquillo de tercera que trató de ganar a la vieja usanza. Si hoy son otros tiempos, este acto no quedará impune. Y ese es, por lo menos, mi personal punto de vista. |