05/NOV/02 ¡No, no y no! Ese es el emblema que hoy maneja la oposición en todo el país. Tristemente podemos darnos cuenta que al tratar de poner un contrapeso al presidente mediante una distribución que no conforma una mayoría real en el poder legislativo los ciudadanos terminamos poniendo un enorme freno al país. Hoy día nada camina y todo por la poca capacidad de manejo político por parte de Vicente Fox y por la cerrazón, terquedad e inmadurez de una oposición que apuesta a la ingobernabilidad para mostrarse como una opción de cambio. Recién electo Vicente Fox este servidor comentaba con algunos amigos que este panorama de equilibrio entre poderes en el que ni el legislativo ni el ejecutivo podrían tomar decisiones sin el consenso de la otra parte era una verdadera prueba para calar si ya estábamos a otro nivel en materia de democracia y desgraciadamente reprobamos el examen. Supuse en aquel entonces que, en aras de la democracia recién adquirida, los partidos sabrían identificar y generar las propuestas que lograrían sacar a México del sótano económico y de injusticia social en el que se encontraba sin importar de que grupo político provinieran, porque eso es lo que se hace en los países del primer mundo sin importar que sean gobiernos de izquierda, derecha, centro o sus combinaciones, países en los que la forma para la oposición de mostrarse como una mejor opción de gobierno es, además de resaltar las deficiencias reales de su adversario político –que esto se hace en todo el mundo y es el camino fácil-, presentar propuestas que ayudan al gobierno –sin importar que sea de otro partido- y al país, dejando en claro de esta manera que son quienes mejor sabrían que hacer como gobierno. ¿Que clase de gobierno tenemos hoy en México? Un presidente que no termina de cuajar, que se preocupa mas por la imagen que por el fondo, que dice verdades a medias y que constantemente comete indiscreciones o que ofende a los grupos con los que supuestamente debería buscar acuerdos –y de hecho los busca cuando ya prendió la mecha y metió la pata-, mientras que por el otro lado tenemos una oposición que se ha mostrado completamente inepta para demostrar que el país está antes que sus intereses y que lo único que ha dejado en claro es que son unos chamacos imberbes y caprichosos. ¿Quieren un ejemplo? La mentada organización de gobernadores, aquellos que piden les sean devueltos 40 mil millones de pesos o algo así que, según ellos, el gobierno federal les adeuda aunque no hayan sido capaces hasta este momento de demostrar la veracidad de su dicho. En este grupo se encuentran dos gobernadores a los que poco les importa recibir un mayor presupuesto, mas bien se interesan en golpear al gobierno federal con miras a las elecciones del próximo año, José Murat –gobernador de Oaxaca y quien lleva esta función de golpeador desde la campaña del 2000- y el gobernador de Guerrero, René Juárez, a quienes se une también Miguel Alemán, gobernador jarocho –aquel que se rumora no gobierna en Veracruz, sino que deja en manos del secretario de gobierno todo el teje y maneje y se conforma con ser la imagen pública y con acompañar a sus compras a los EUA a su esposa, quien por cierto, tampoco soporta mucho el clima del estado y se traslada con frecuencia a pernoctar al DF- y el zacatecano Ricardo Monreal –ex priísta, perredísta y presidenciable desde hace rato mediante un tempranero auto destape. Este grupo llega al colmo del ridículo cuando exigen voto para realizar el presupuesto del próximo año. ¡¿Pues que les pasa?! El presupuesto está más allá de sus atribuciones y si bien pueden hacer propuestas, no está en sus atribuciones meter mano a la elaboración del mismo. Hasta parecen nuevos. Estos intentos no son los únicos, la oposición también quiere limitar las atribuciones del presidente, a quien prácticamente quieren como objeto decorativo y como quien asuma las consecuencias, porque eso sí, la oposición no quiere asumir responsabilidad alguna en caso de que las cosas no funcionen, tan solo recuerde el lector el engendro fiscal llevado a cabo a última hora –literalmente- del año pasado que no recaudó nada, sirvió de burla por la bola de incoherencias que en él se establecen y del que de paso echan la culpa al ejecutivo, que miren si yo fuera él, ya les hubiera botado su país ante el tremendo dialogo de sordos que se ha generado. Propongo tanto al ejecutivo como al legislativo que asuman responsabilidades, que propongan lo que tengan que proponer aunque esto conlleve un costo político, que aprendan a ceder y a negociar, que hablen con la verdad, no con populismos falsos –que el país no son los pobres o los ricos, sino toda la población sin importar su clase social o económica y se debe gobernar para todos-, que pongan atención de que estamos a punto de llegar a la mitad del gobierno foxista y no se han logrado los grandes cambios que el país requiere y esto no es responsabilidad de un grupo, partido o institución, sino de todos aquellos que están a cargo de tomar decisiones del país y quienes por una u otra causa y en aras de quedar bien ante la ciudadanía no hacen lo que deben hacer. Háganlo, no sean tontos, recuerden que cuando se obliga a un hijo cumplir con sus obligaciones, este puede molestarse al momento, pero a largo plazo apreciará los beneficios, por el contrario, si hoy se le solapa, en el futuro no dejará de culparlos por no ser alguien en la vida. En sus manos queda. Y recuerden que este es mi punto de vista. PD: Aclaro que no tengo nada que ver con el Francisco Aguilar que inmiscuyen en la última transa de Rosario Robles. Gracias. |