La Visión de Hoy

El segundo piso vá.

Ya hay fechas.  La construcción del proyecto del segundo piso de Viaducto y Periférico arrancará el próximo 20 de mayo, concluyéndose parcialmente el 19 de noviembre próximo y de manera total en febrero del próximo año.  Muy interesante.  Desgraciadamente el gobierno capitalino no quiere tomar en cuenta muchas observaciones y parece confundir firmeza con terquedad, en un afán de mostrar que la razón está de su parte, lo que no parece del todo correcto.

El proyecto no es nuevo, de hecho, a lo largo de los años se ha considerado esta construcción por algunas administraciones del entonces Departamento del Distrito Federal que terminaron finalmente por desecharla.  Andrés Manuel López Obrador retoma el proyecto con muchos bríos, pero también con mucha improvisación.  Cuando el jefe de gobierno anuncia su intención de realizar esta nueva obra vial da por hecho su construcción aun antes de comenzar los estudios correspondientes.  La primera muestra de la errónea forma en que se planea la obra se presenta cuando se pospone la fecha de presentación de la maqueta del proyecto a las pocas semanas de anunciado, dos días después se hace la “presentación oficial” con ¡un mapa tipo guía roja marcado con tintas de color!  El personal que encaró a los medios en esa ocasión ni siquiera sabia los puntos básicos de la obra, menos aún tenía idea de donde quedarían las salidas de ese segundo nivel vial, una pregunta que se repitió por un buen tiempo sin tener respuesta.  A los pocos días la Secretaria de Medio Ambiente del D.F., la Dra. Claudia Sheinbaum salía al quite, declarando que las salidas estarían ubicadas cada 5 kilómetros, pero aun sin poder definir en donde concretamente, vaya, no definían ni el número de carriles y si la circulación sería en dos sentidos en ambos niveles o en uno por nivel.  Ya confirmada la realización de la obra, el gobierno capitalino realizaba estudios de suelo ¡para determinar si este resistiría la obra!  Caso similar con el estudio de impacto ambiental, que de acuerdo con informes públicos, se realizaron en tan solo 4 días; no soy un experto en el tema, pero me parece que es un periodo excesivamente breve para realizar análisis tan delicados.  Los encuentros a los que representantes del gobierno de D.F. han convocado para “debatir” su proyecto no han servido de mucho, ya que escuchan todas las voces pero no mueven el dedo del renglón, aun cuando muchas respuestas no sean claras y satisfactorias.  Como mencioné, no soy experto en construcción, pero surgen varios cuestionamientos: ¿El transporte público circulará por arriba o por abajo?  Si va a circular por el nivel superior ¿Por donde va a bajar el pasaje?  ¿Por un puente peatonal elevadísimo con riesgo a ser asaltado?  ¿Cómo desalojarían a un auto descompuesto o a los involucrados en un accidente, en cuanto tiempo?  Las salidas y entronques, de acuerdo a la circulación estimada, considero que serán cuellos de botella que causarán mas trastornos de los que van a solucionar.  Además ¿Qué va a pasar con las personas que viven en la zona? Tienen propiedades que definitivamente se van a devaluar dados los problemas que esta obra va a generar - ruido, contaminación y delincuencia -.  El Jefe de Gobierno declaró que personal a su cargo visitará casa por casa para convencer a los vecinos, pero ojo, el segundo piso ya es un hecho, así que ¿Qué caso tienen estas visitas, si son de “te aclimatas o te aclimatas”? 

Hace algunas semanas comentaba que la maqueta del proyecto – ahora sí maqueta – lucía impresionante, pero que habría que ver su funcionalidad en los hechos.  Hoy se anuncia otro situación preocupante.  Existiendo originalmente 50 empresas interesadas en participar en el proyecto– según anunció López Obrador -, varias de ellas con mucha experiencia en este tipo de obras, en este momento solo hay ¡una!  Solo una empresa continúa en la licitación.  El resto de ellas ha optado por retirarse al considerar que existen muchos riesgos de los cuales el gobierno capitalino quedaría exento según establecen las Bases de Licitación correspondientes.  Me parece que esta situación quiere decir algo, que no todo esta bien en este proyecto, ya que no es lógico que se retiren de una obra que les dejaría una ganancia y un prestigio considerable en situaciones normales, sin embargo, eso no parece preocuparle al gobierno capitalino, que ya estableció fechas sin considerar, por ejemplo, que la única empresa sobreviviente quedara descalificada y la licitación se declarara desierta, lo que originaría un retraso considerable hasta lanzar una nueva convocatoria.

Andrés Manuel parece no querer escuchar.  Ciertamente hay panístas cuestionando su proyecto, pero hasta un ciego podría ver que su obra no marcha bien.  Ojala no se presione – porque parece encaprichado en llevarla a cabo lo más pronto posible – y acepte tomarse su tiempo en cada una de las acciones involucradas en este proyecto.  Aquí se deben considerar varios factores, se va a afectar a muchas familias que verán transformado su entorno, algunas temporal y otras permanentemente, además, si es cuestionado, debe tomarse su tiempo para aclarar totalmente cualquier inquietud, no solamente determinar que son campañas de medios o de organizaciones, recuerde que si demuestra con argumentos su imagen se verá fortalecida, pero si trata de imponerse por su posición, el resultado puede llevar consecuencias que un poco de paciencia permitiría evitar.  Píenselo y si demuestra la factibilidad real de la obra le garantizo que tendrá un apoyo casi total de los capitalinos.

Lo anterior es tan solo mi punto de vista.