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La calle-Luis González de Alba
Preguntas con respuesta
Publicada el 15 de
noviembre de 2004
P.¿Por
qué los medios únicamente sacan videos que golpean la imagen de López
Obrador y no de otros políticos? Es la pregunta básica en la teoría del
compló contra el Rayito de Esperanza.
R. Porque nadie tiene pruebas videograbadas de corrupción en otros partidos.
P. ¿No hay, pues, corrupción sino en el PRD?
R. La inmensa mayoría de los mexicanos pensamos que la hay en todos los
partidos; pero no tenemos una evidencia comparable a la de un video.
P. Si llegaran videos de panistas o priistas recibiendo dinero a cambio de
promover trato especial a un empresario, ¿los transmitirían Televisa, TV
Azteca y demás televisoras?
R. Por supuesto que sí. Comenzaron transmitiendo uno del Verde Ecologista.
Los medios son negocios y rara vez se detienen ante consideraciones
ideológicas. Esos videos elevarían la audiencia y serían un escándalo
todavía mayor porque no tendrían prensa que defendiera al denunciado, como
ahora la tiene Bejarano.
P. ¿Por qué nadie ha grabado actos de corrupción en otros partidos?
R. Hay dos posibles razones: 1. La corrupción en otros partidos no ha tenido
el nivel de espectáculo que tiene la de Ponce, secretario de Finanzas del
DF, jugando en Las Vegas, o de Bejarano llenándose maletín y bolsillos con
fajos de dólares: son imágenes donde se condensa a la perfección la idea más
trivial de corrupción; en cine la crítica las destrozaría como vulgares
clichés, pero la realidad alcanzó al cliché; en suma: quizá los otros son
más discretos. 2. No se ha propuesto nadie grabarlos en secreto, como hizo
Carlos Ahumada, y lo hizo con el fin explícito de usar las grabaciones para
vengarse ante la cancelación de sus negocios, florecientes gracias a la
corrupción perredista. Que sean venganza o afán de parar al puntero en las
encuestas, no les quita validez a los datos: los hechos allí están. Si el ex
esposo de Marta Sahagún entregara evidencias irrefutables de corrupción en
Vamos México, no perderían validez por las pasiones que hubieran movido al
denunciante.
Son los hechos de corrupción, no las motivaciones, lo que sigue esperando
explicación o castigo.
P. ¿Cómo ha logrado capotear López las evidencias, nunca desmentidas, de
corrupción en su gobierno?
R. Con la receta de un López de hace 20 años, el presidente López Portillo:
“No pago para que me peguen”, dijo y retiró publicidad oficial de cuanto
medio informativo no le fuera afín; receta que practica con gozo el López de
hoy, que paga la sumisión de La Jornada entregándole 50 por ciento del gasto
público del DF en medios escritos, revela un análisis realizado por la
Universidad Iberoamericana y la revista etcétera. No cabe duda: árbol que
crece torcido, nunca su tronco endereza, y el López de hoy creció en los
hábitos del PRI, en los valores del PRI, en las marrullerías del PRI. Se
responderá con otro refrán: es de sabios cambiar de opinión. Pero Andrés
Manuel no cambió de opinión mientras el PRI le dio. Sólo cambió cuando le
dejó de dar, cuando no obtuvo la candidatura priista para la que había hecho
humildes antesalas y guardado disciplina ignominiosa, como saben hacer los
priistas.
P. ¿No hemos visto en estos días la aplicación llana de la ley?
R. No. La diferencia es notoria entre los detenidos Carlos Ahumada y René
Bejarano: Ahumada, quien entregó los dólares para solicitar favores del
Gobierno del DF, fue fotografiado en calzones, humillado contra todo derecho
y sufre todavía ilegal incomunicación, como no ocurre ni con los peores
criminales; quien recibió los dólares y se los embolsó aparece ahora
fotografiado tras las rejas... de traje y corbata. A quien corrompía por
favores lo persiguieron con saña nunca ejercida contra la delincuencia; a
quien se dejaba corromper y afirmó que “Andrés Manuel” de todo estaba
enterado, el subprocurador Sales lo asesoró, públicamente, para que no fuera
detenido por la Procuraduría federal: la autoridad previniendo al presunto
delincuente. Eso vimos.
P. ¿Ya se intimidaron ante lo tupido?
R. No. Por el contrario: están recurriendo a las más viejas tácticas de la
más vieja política priista. En este pudridero que es la política en manos de
la Banda de los Tres: Bejarano-Padierna-López, hay un creciente grupo de
críticos de Andrés Manuel que reciben llamadas soeces y amenazantes. Jaime
Sánchez Susarrey, analista del diario Reforma y conductor de televisión, es
uno de los últimos afectados: una voz de mujer le exige que “se calle la
boca” en el buzón de su celular. Y todavía no ganan estos delincuentes la
Presidencia ni es Padierna secretaria de Gobernación. Ya huelen a podrido:
son el lumpen con poder, la prepotencia con cinismo extra, el hampa con
frases de izquierda. Y deben su existencia en mucho, no lo olvidemos, a los
coqueteos clientelares de Manuel Camacho, cuando aspiraba a la candidatura
presidencial por el PRI y los empolló porque le daban carne de mitin; al
calor que les siguió proporcionando Cuauhtémoc Cárdenas porque le eran
útiles, y a la tolerancia que les brindó Rosario Robles por idéntico motivo:
servían. Y de pronto he aquí que los cuervos crecieron y amenazan con
sacarles los ojos. No haya duda: a veces el mundo es justo. Conclusión
ficticia: imaginen ustedes la histeria de La Jornada, Bejarano, Padierna y
el PRD si, en idéntico video, hubiéramos visto a Diego Fernández
embolsándose fajos de dólares, como vimos al ex secretario particular de
López; imaginen el escándalo si el procurador panista respondiera que no
sabe adónde fue a parar esa fortuna “porque Diego no nos lo quiere decir”,
como respondió de “René” el procurador perredista. No, no: Juárez dijo que
para el amigo justicia y gracia, pero éstos entregan “complicidad y
encubrimiento”. Y su prensa, bien pagada, los cobija mientras insulta a un
pueblo entero, pobre y feo, ridiculizándolo en primera plana como changos
con carrito de compras, por aceptar un supermercado en su pueblo, tan pobre
y tan feo como los hay sólo en Somalia.
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