En esta ocasión me voy a referir a los múltiples problemas  locales de la antes pequeña, agradable y tranquila comunidad en  que vivo,   ¿qué me importa a mi eso? dirán más de uno, y tienen razón pero si usted vive en un lugar tranquilo y quiere que siga así, tal vez le sirvan de algo mis comentarios y podría ir localizando a  sus autoridades, pues más vale prevenir que lamentar.  Y además  con alguien me tengo que quejar y si  no aprovecho este espacio, pues entonces en dónde mas podría yo  levantar la voz y aliviar un poco mi molestia e indignación , lamentablemente el  ciudadano común se queja entre dientes y refunfuña de los problemas que se le presentan y pocos son los que denuncian,  pues yo por lo menos tendré la oportunidad de hacerme escuchar (o leer) por algunos de mis pobres y sufridos lectores, además  tengo la intención de que este escrito-queja-lamento llegue a manos de las autoridades competentes y convenientes en este Municipio,  y si algún político con algo de visión lo lee, entiende y me da la razón, tal vez pueda hacer algo para evitar lo que inevitablemente se nos viene encima.

 

Haré un poco de historia (como si esto me costara trabajo) pues bien, hace aproximadamente 10 años que llegamos  a vivir a esta hermosa ciudad típica llamada Metepec, “cuna del árbol de la vida”  y que guardaba…,  ¡no,  aún lo hace!  el rico saborcito a provincia que todos los citadinos buscamos, después de haber padecido por años de los estragos de una gran ciudad como lo es el Distrito Federal.

 

Durante 5 ó 6 años aproximadamente disfrutamos mi familia y yo de la tranquilidad de la provincia,  el escasísimo tráfico y de las ventajas de vivir rodeados de milpas, vegetación y animalitos silvestres;  era una delicia salir por las mañanas y  ver a los conejos correteando y quedarse luego quietos para tomar los primeros rayos de sol,  claro que esto incluía mapaches, tejones, tusas, ratas de campo y variedad de insectos a los que no nos fue difícil adaptarnos. Por las tardes y ya cuando el sol se había casi ocultado aparecían en el cielo una imponente pareja de búhos de cara blanca que tenían su coto de caza muy, pero muy cerca de mi morada ¡vaya espectáculo!, de verdad que lo disfrutábamos y a mi me encantaba presumir todo esto con familiares y amigos, de verdad que me sentía afortunada y envidiada el solo hecho de salir a caminar por los alrededores era un verdadero placer, olores a milpa, a hierva recién cortada,  incluso el aroma del  frío y la lluvia eran fácilmente identificables para nosotros,  con solo salir y poner un poquito de atención ya sabíamos como iba a estar el clima.

 

Pero como no todo es para siempre y lo bueno dura poco, poco a poco  nos fuimos dando  cuenta de  la cantidad de viviendas y residencias que empezaron a construir por todas partes,  tengo la impresión que le dijo  a medio Distrito Federal, ¡corran!, vayan a Metepec, ahí se vive muy, pero muy bien,  y como esta cerca de la ciudad pues uno puede ir y venir del trabajo.  Lo peor del caso es que si se vinieron y hasta con el perico han cargado,  y eso que estamos en crisis.

 

Ante la afluencia de tanta gente,  los inversionistas empezaron a hacer su agosto y sobre las bellísimas extensiones sembradas de papa, maíz, trigo y todo lo que usted se quiera imaginar, se les ocurrió la brillante idea de construir  un enorme mall, lleno de tiendas chiquitas y grandotas, cines, restaurantes, lo que le quitó al pueblo mucho de  su esencia ya que  tenia unas hermosas casonas y los dueños originales empezaron a rentarlas y a venderlas, sobre todo las que tenían jardines  para instalar ahí centros cheleros y en otras mas sobrias  bares, peñas, antros y todo tipo de comercios.

 

También tenemos una larga calle en la que usted puede encontrar las artesanías más hermosas, no solo del lugar como los famosos árboles de la vida que ya mencioné sino  de otras partes de la República, pero es muy angosta y las banquetas no son suficientes para la cantidad de visitantes y aquí va mi primera sugerencia;  sería ideal que los fines de semana se cerrara al tráfico esta calle, pues los turistas tienen que andar prácticamente brincando entre coches y los  productos exhibidos en las banquetas con el peligro de sufrir un accidente,  la gente puede estacionarse en otras calles o en los múltiples lugares que existen para ello,  ¡digo!, si se trata de turistear, creo que no les cuesta ningún trabajo caminar un poquito ¿no cree usted?

 

Por cierto hablando del  tráfico, déjeme le cuento que  la infraestructura del pueblo no es la adecuada para albergar tanto visitante y las dos calles principales se ven atestadas en las horas pico, además la gente tenia y tiene  la costumbre de detener el transporte en cualquier parte  lo que no representaba ningún  problema pues a nadie estorbaban,  pero ahora esto es un verdadero problema, pues resulta que si usted esta parado en una esquina esperando la luz verde y por desgracia hay un camión de transporte delante suyo, corre el riesgo de que al ponerse el siga este se detenga unos metros adelante y obstruya la avenida para levantar al pasaje  que está ahí esperándolo y lo hacen en todas y cada una de las esquinas, pero si a media calle usted hace la parada, también lo levantan y si  cinco metros más adelante hay alguien más, pues igual se paran, así se maneja aquí el transporte colectivo. ¿Y los agentes de tránsito que hacen?, pues lo de siempre ¡nada, absolutamente nada!, y mientras usted ahí a medio camino convertido en un tapón y recibiendo toda clase de improperios y recordatorios familiares, así que ya se podrá usted imaginar la de problemas que hay.

 

La experiencia indica que esto va a seguir creciendo pues nuestras queridas autoridades se han dedicado a vender literalmente todo lo habitable,  todo lo que pueda representar una ganancia para sus bolsillos, así que seguramente el  problema crecerá más y más cada día y si no aparece alguien con decisión de rescatar este lugar, corremos el riesgo de  terminar convirtiéndonos en algo como  Ciudad Satélite, ¿alguien recuerda como era y como es ahora?, ¡horror! no quiero ni imaginarlo.  Y mire que me fui lejos con la comparación, porque podríamos terminar como Izcalli o Ecatepec o ¡Nezahuyalcóyotl! ¡Más horror!.

 

El “progreso” no se detiene y por eso  lo ideal sería que se empezara a dar solución desde ahora, ¿cómo?, pues como que se construyeran vías rápidas, con paradas de camiones bien definidas para evitar congestionamientos, pasos a desnivel que hagan fluir el tráfico en los lugares detectados como puntos rojos,  pero habría que  hacerlo ya, por que todavía hay forma de construir sin afectar casas habitación o negocios, (recuerden los segundos pisos en el D.F.),  les aseguro que todavía hay tiempo para hacerlo y para  impartir  cultura a los peatones y a los conductores del servicio público,  que estos señores también hicieran parada solo en los lugares establecidos y que la gente se instale en los  espacios determinados y no diseminados por toda la calle, pues parece que no pueden caminar media cuadra para tomar un camión.

 

Enseñar a las personas  a tirar la basura en los lugares destinados a ello, multar a quien lo haga en la vía pública o que la arroje desde su auto, para evitar el taponamiento de las coladeras y que en las lluvias nos andemos ahogando. Si algo nos duele a los mexicanos, es el bolsillo, a poco no.

 

Cruzar las calles solo por las esquinas o colocar más pasos de peatones.   Buscar avenidas alternas para desalojar un poco las calles típicas del centro de la ciudad antes de que se deterioren mas por el tráfico, y  para que  continúen con su  encanto de provincia.  Sacar  a la central camionera, pues este es otro gravísimo problema que padece la ciudad,  una central en las afueras seria buena  solución para desahogar mucho el tráfico.  Pero no, la gente no quiere molestias, no quiere trasladarse  mas lejos, prefieren sufrir contaminación y aglomeraciones  y claro,  si se ponen las autoridades  a preguntarle a todo el mundo qué quieren hacer  pues nadie lo va aceptar, es por eso que creo que se deben tomar medidas drásticas, duras y hacer cambios enormes, para que este lugar no termine volviéndose caótico como tantos y tantos suburbios que ya están literalmente pegados al Distrito Federal y que hace 15 o 20 años eran remansos de paz para las personas que querían alejarse de la gran ciudad.  

 

Todavía estamos a tiempo  de hacer algo,  ¿a quién hay que dirigirse para que esto se solucione?, ¿con quién hay que hablar? para hacerle entender que si no damos soluciones inmediatas será prácticamente imposible en un futuro que esta muy cercano,  porque hacerlo más adelante implicará un enorme gasto físico, económico y moral. Recuerden nuevamente la construcción de los segundos pisos y las obras en el periférico, y la verdad, no queremos  que esto pase aquí también  ¿Usted que opina?

 

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