Aunque tenemos otro caso y creo que nunca nos habíamos puesto a pensar en eso.  ¿Sabía usted que hay muchísimas mujeres que no trabajan, que nunca han trabajado, ya sea por que terminaron la escuela y se casaron y el marido les dio todo y no hubo necesidad de dejar el hogar, o porque simplemente no pudieron hacer una carrera y lo más fácil fue encontrar un marido y dedicarse 100% al hogar,  o porqué el esposo  le resultó un machista de porquería y aunque la mujer era totalmente capaz, con carrera, con inteligencia, etc.,  pues él, simplemente no se lo permitió, ya sabe, “la mujer en la casa, cuidando a los hijos y atendiendo al hombre”, o no hubo manera de estudiar y hacer carrera?  Sea cual sea el caso, ¿sabía usted que estas mujeres se sienten poco productivas y totalmente desvalorizadas e incluso hay algunas que se inhiben ante mujeres que trabajan, pues se sienten inferiores? ¿O será que nosotras, las que trabajamos, las hacemos sentir así?

 

Y aunque es una triste verdad que la propia familia nunca toma en cuenta el gran valor que tienen mujeres con todo lo hacen en sus hogares, pues además fíjese que tienen que sufrir también la discriminación de las mujeres que si trabajan. Sí, aunque usted no lo crea.

 

Tal vez usted también de forma inconsciente ha provocado el malestar de estas mujeres que han elegido esta sacrificadísima actividad, algunas por convicción y otras por obligación: pero veamos:

 

-Hola Petrita, como estás, mira deja que te presente a mi amiga Juanita.

-Hola Juanita, mucho gusto, me llamo Luisa.

-Mucho gusto. Espero no importunar, Carmen me insistió mucho para acompañarla  a esta reunión, pero la verdad no me siento mucho en ambiente, no sé de qué hablar.

-Hay no te preocupes, todas somos buenas amigas, aquí platicamos de todo, política, modas, chismes, negocios, etc., por cierto, ¿a que te dedicas Juanita?

-Pues…,  al hogar.

¿Cómo, no trabajas?

-Pues no, no tengo tiempo, los niños, la casa, mi marido, etc.

-Ah, si, es verdad, además la casa quita mucho tiempo ¿verdad?, pero alguna vez trabajaste ¿o no?

-Pues no, la verdad es que no, nunca he trabajado.

- ¡Cómo crees!, ¿pero porqué?, ya sé, tu marido no te dejó, te metió en la casa, te embarazó y después del primer escuincle, ya no te dejó salir de tu casa verdad? ¡Típico!-

- Pues no.  La verdad es que yo disfruto mucho  estar en mi casa, atendiendo a mis hijos, a mi esposo.

- Debe ser muy molesto tener que pedir para todo ¿verdad?  Nunca puedes tener tu propio dinero y además eso de andar todo el día haciendo quehacer, de sirvienta, de chofer, de mandadera, hay la verdad es que yo me vuelvo loca. Y luego para que, para que los hijos crezcan y se vayan y se quede uno sola y de qué sirvió. No, la verdad es que eso no es para mí.  Pero, hay bueno, no te sientas mal, el hogar también da muchas satisfacciones, ¿verdad?

 

A estas alturas esta pobre mujer ya esta a punto de salirse corriendo de la mentada reunión y refugiarse en la tranquilidad del su hogar.

 

Por que nos es tan difícil entender y aceptar  que existen mujeres que aman estar en su hogar, atendiendo a su familia,  llevando a los hijos a sus actividades, apoyando al marido en actividades que él no puede hacer, como los pagos al banco, los trámites de la casa, etc., teniendo la casa limpia, preparando ricas comidas, en fin, verdaderamente preocupadas por que la casa marche perfectamente.

 

Cuando una mujer trabaja y logra acumular éxitos, la satisfacción es verdaderamente muy agradable y el ego se llena de tal manera que pensamos y creemos firmemente que no hay nada que supere lo que hacemos, “somos productivas”.  Es una gran satisfacción. Y no logramos comprender o no queremos entender a esas mujeres que hacen de su hogar una profesión, porque además esta carrera es la peor pagada y la que menos satisfacciones da,  todos se dan cuenta cuando la casa esta sucia o no hay comida, ni ropa limpia y planchada,  eso ya se da por descontado, pero cuando todo marcha como relojito, nadie es capaz de decir; “gracias mamá, por mi ropa limpia, que deliciosa esta la comida querida, que bonita esta la casa, tan limpia y arregladita.  Mira querida te traje un regalito para agradarte lo bien que haces las cosas.  ¡Digo, ya de perdida eso!, ¿eso no es ser productiva?, hace unos meses escuché que se hizo una investigación para saber a cuanto ascendería el sueldo de una ama de casa si se le tuviera que dar un sueldo y resulta que lo mínimo que se les tendría que pagar serían unos $7,000.00, aproximadamente y eso sin contar las jornadas extras,  ya sabe, velar por las noches al hijo enfermo, levantarse a sacar al perro para que haga sus necesidades,  estar al pendiente de avisar al marido a que hora le toca la medicina y cientos de pequeños detalles que estoy segura, no estuvieron contemplados en esta investigación.

 

Claro que también existen las súper mujeres, las que trabajan y además cumplen con las jornadas sin paga de atender a los hijos, al marido y tener una casa limpia, llena de bienestar, alimentos nutritivos, y proporcionarles  tiempo de calidad a los hijos, porque de cantidad no es posible, pero ese será el tema de un próximo capítulo, ¿está usted de acuerdo?. Hasta la próxima.

 

 

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