Raúl y Cristina son esposos, se casaron muy enamorados no hace mucho tiempo pero ya tienen familia, Cristina tiene dos hijos de su primer matrimonio, dos chicos de 5 y 9 años a los que Raúl quiere mucho pues los recibió pequeños y al no contar con hijos propios se volcó en cariño hacia ellos, viven en una linda propiedad rodeada de árboles frutales, plantas y mucho terreno, además tienen algunos animalitos como gallinas algunas ovejas dos perros y un gato, el lugar es bonito tranquilo y adecuado para criar niños.
Este inmueble ha sido propiedad de la familia de Raúl desde hace muchos años pues su abuela se las dio como herencia a él y a su hermana, cuando Raúl se unió a Cristina decidieron juntar sus ahorros y comprarle su parte a Catia la hermana de Raúl, la cual después de mucha insistencia accedió a esta venta -aunque no muy convencida-, pero como ella quiere bien a los hijos adoptivos de su hermano e incluso a su cuñada accedió a venderles su parte además, ella tenía que irse a vivir a la ciudad para continuar sus estudios y pensó que este dinero le iba a ayudar mucho, aunque no dejó de sentir cierta ansiedad; finalmente alquiló un pequeño departamento cerca de su escuela y de su trabajo y siguió visitando con frecuencia a su hermano para saludarlos y secretamente pasar tiempo en la casa porque le encanta este lugar, el cual le trae recuerdos hermosos de la infancia compartida. Aparentemente todo iba viento en popa, y aunque los esposos tenían algunos problemas más o menos comunes trataban de seguir con sus vidas de la mejor manera posible, hasta que un día como era de esperarse tronaron estos problemas y después de muchos pleitos, intentos de reconciliación y concilios familiares decidieron separarse porque no había vuelta de hoja.
Esto podría ser una historia común y corriente, como muchas que en este preciso momento se deben estar gestando en algún lugar del mundo, el problema es que ahora Cristina reclama su parte y quiere que Raúl venda la propiedad para recuperar su inversión, la familia de Raúl está haciendo hasta lo imposible para reunir dinero suficiente para pagarle a Cristina y recuperar la propiedad en cuestión, como les dije antes esta añeja casa de campo perteneció a la bisabuela de los hermanos, el solo hecho de pensar que este patrimonio generacional pase a manos de extraños los tiene totalmente consternados. Ignoro en que terminará esto, tal vez entre los padres y los dos hijos puedan solucionar este problema pero hasta el momento no se había llegado a ningún arreglo.
¿No le parece triste que esta familia tenga que perder una añeja propiedad, y que esta pérdida sea ocasionada por el hecho de que un joven cegado de amor decida casarse sin pensarlo bien, y es que cuando se nos alborota la hormona “o estamos enamorados” no pensamos de una manera práctica, nos dejamos llevar por tontos romanticismos y luego pagamos las consecuencias además de pasar por la terrible cruda moral de nuestros actos? La familia de Raúl les rogó que se casaran por bienes separados y el les dijo que: “imposible” eso no podía decírselo a su amada, sería una humillación ella tomaría como una ofensa pedirle semejante atrocidad, además: ¿como podían pensar en una separación?..., “ellos siempre estarían juntos”. Lo único que si sé en este momento es que este hombre se arrepiente mucho por su inmadura decisión. El motivo que los orilló a separarse ya no es importante el hecho es que sí sobrevino una ruptura y sí se terminó el amor..., por lo menos en una de las partes. Lo malo de esto es que muchas veces los rencores acumulados ocasionan que queramos lastimar a nuestra pareja o ex pareja en donde más le duela, $$$ y si además tenemos la ventaja de llevarnos a la parentela de por medio pues mucho mejor.
Tenemos otro caso, la familia Reyes constaba de el Padre la Madre y 5 hermanos, los cuales se fueron casando poco a poco y mal que bien todos hicieron su vida, en un determinado momento una de las hermanas tuvo que divorciarse y refugiarse con sus hijos en la casa paterna lo cual no fue ningún problema para la familia, pero al paso del tiempo muere el padre, mientras tanto esta hermana ya se había hecho de una nueva pareja con la cual se casa ¿y adivine?, pues si por “bienes mancomunados” y “para no dejar sola a la madre deciden (¿?) quedarse a vivir con ella, pero ese tampoco fue problema, la Madre acepta la decisión a regañadientes pero la acepta así como los demás hermanos, pues viéndolo prácticamente la hermana veía por las necesidades de la madre y los gastos de la casa, -hasta ahí todo bien-, de pronto sobreviene la muerte de la madre la cual como era de esperarse nunca hizo testamento “solo de palabra” y en “petit comité”, se desató un pequeño zafarrancho familiar pero al final se decidió que la hermana siguiera ocupando la casa paterna ya que bien que mal todos tenían alguna propiedad, acordando que el inmueble fuera patrimonio familiar y solo de los hermanos, pero como los males nunca vienen solos de pronto esta pareja decide separarse y aquí si sobrevino un gran problema pues el marido exigía la mitad de todo, ahí si que todos pusieron el grito en el cielo ¿como era posible que este sujeto quisiera a gozar de los beneficios de la venta de una casa que ni siquiera a él le había costado?. Como se podrán imaginar se han derivado muchos problemas legales, “pero así son las leyes” y ahora la hermana se debate entre la disyuntiva de vender la casa, darle su parte a los hermanos y de su mitad pagarle al tipo lo que exige o aguantarse y seguir viviendo con él o ya en la desesperación contratar a alguien para que le den un buen susto o una buena paliza se muera y así ya viuda no tener que darle nada al sujeto en cuestión, claro mientras encuentra otro candidato para casarse nuevamente por bienes..., ¿mancomunados?.
¿Porqué les cuento todo esto?, pues porque estos son solo dos pequeñísimos ejemplos de situaciones similares que se viven en todo el mundo, la causa en la mayoría de los casos es ocasionada porque nos casamos bajo el régimen de sociedad mancomunada o sea, “lo mío es tuyo y lo tuyo es mío”, ¡recuerde! así nos enseñaron nuestros padres, pero ¿dígame usted que haría si se viera en alguno de estos casos?, sigo preguntando, ¿está usted casado bajo este régimen o por el de separación de bienes?. Aunque le diré que ya esto no es tan necesario, si se piensa un poquito antes de casarse y los dos son prácticos, se puede realizar un Contrato Pre Matrimonial, me imagino que usted ya habrá oído de la cantidad de convenios que se realizan en la actualidad, esto por si acaso se presentara un divorcio más o menos rápido, los mismos son efectuados sobre todo por gentes muy adineradas, recuerden los millones que tuvo que pagarle Donald Trump a su querida esposa Ivana para que ésta le otorgara el divorcio, y todo para que él se pudiera casar rápidamente con su nueva y joven amante, pero ahora si el hombre la obligó a firmar un contrato prematrimonial para no volver a pasar por ese terrible desembolso económico, “la mula no era arisca, los palos la hicieron”. Yo creo que no necesitamos ser adinerados para hacer un buen arreglo antes de embarcarnos en una relación incierta. Ustedes perdonen, pero así están las cosas.
Yo estoy de acuerdo que se debe proteger a la mujer y sobre todo si hay hijos de por medio, tomando en cuenta que a lo mejor no se tienen los medios para subsistir pero a veces las mujeres actuamos de manera por demás abusiva y si a esto le agregamos que estamos heridas, pues peor se pondrá el asunto porque dejaremos a nuestro ex marido hasta sin ropa interior. También he visto casos en los que el hombre exige pensión alimenticia por encontrarse sin trabajo, y si la ex esta bien económicamente o por lo menos tiene su trabajito pues este será un buen pretexto para vivir a costillas de la ídem. Ahora yo me pregunto: ¿no sería mejor casarse por bienes separados? y ya con el paso del tiempo al ir adquiriendo bienes ponerlos a nombre de quién mejor convenga y así en caso de sobrevenir un divorcio u otro contratiempo económico que cada quién se lleve lo que le pertenece, incluso así se protege legalmente el patrimonio familiar en el caso de que alguno de los esposos tenga problemas fiscales o de otra índole, ¡y claro! tratando de que los hijos sean los menos perjudicados en este asunto.
Ojalá que las parejas actuales estén pensando un poco más con el cerebro y un poco menos con el corazón, porque esta visto que con el transcurso del tiempo y la convivencia diaria disminuye el amor o de plano desaparece, lo cual deriva que al terminar una relación podamos perder hasta la camisa y todo por haber tomando decisiones precipitadas y poco analizadas. Es un hecho que así como puede progresar el hombre también las mujeres logran adquirir estabilidad económica por medio su trabajo y esfuerzo o de adquirir propiedades o incluso recibir alguna herencia y es verdaderamente triste que al finalizar una relación tengamos que compartir estos beneficios con un ex marido y la pareja en turno y/o viceversa, lo cual no deja de ser sumamente injusto y molesto, ¿no cree usted?