Todo inició el viernes al salir del trabajo esperando gozar de un agradable fin de semana cuando  el primer berrinche no se hizo esperar y esto porque al ir circulando tras un camión nos percatamos de que por una de las ventanillas alguien arrojó ¿qué cree usted?...., basura, sí pero no cualquier tipo de basura  no crea que fue un cartón de refresco o un papelito o la envoltura de un pastelito noooooo arrojaron un periódico completito, así como lo oye nada más vimos como volaron las hojas desparramándose por todos los sembradíos y la pista asfáltica, tratamos de alcanzar al camión para decirle unas buenas frescas al cochinón pero las circunstancias nos lo impidieron y ahí vamos con nuestro coraje ¿cómo es posible? y luego nos quejamos de que en tiempo de inundaciones nuestras casas se llenan de aguas negras pero no podemos negar que mucho contribuimos a que en época de lluvia las coladeras parezcan fuentes brotantes y nuestros autos trajineras de Xochimilco flotando sobre una cantidad de inmundicias inimaginables, ah, pero eso sí, que hacemos cuando nuestros hijos nos preguntan que hacer con la basura que traemos en el carro, “la servilleta o el palito de la paleta o el vasito del helado” ¡hay hijo, aviéntalo  por la ventana, pero  fuerte para que caiga en el pastito, al fin que es reciclable! ¿qué, queeeeeee? ¡la basura es basura señores míos! y el solo hecho de arrojarla a la calle da una mala imagen a nuestro  país ya de por sí con tan terrible reputación y seguramente nuestros hijos harán lo mismo con los propios siguiendo el mal ejemplo que les damos.

 

Ahora pasemos a otro detalle, el sábado fuimos a alquilar una película y usted conoce los estacionamientos de esos establecimientos casi siempre están llenos pero esperamos pacientemente a que una persona se quitara de su lugar y en eso estábamos cuando llego una mujer con una camioneta tamaño bus escolar y que se mete muy oronda, ¿en donde cree? pues si, en el lugar de los minusválidos, se bajo y corrió al buzón dejó su película y se retiró, si ya sé solo fue un ratito pero eso no es más que sinónimo de una mala educación y de una infinita holgazanería, que nos cuesta caminar 10 pasos o esperar un poco, ¡ah no!, “total, nadie estaba viendo”, salimos de ahí comentando el asunto cuando al dar vuelta en una calle pusimos la “señal internacional de acelerar”, o sea “la direccional” si, ya sabe cuando quiere dar vuelta y le avisa al conductor lo que planea hacer para que  el tipo que viene  a un lado  meta el acelerador a fondo para pasar él primero, aquí lo curioso es que cuando nos hacen eso despotricamos contra el sujeto que no nos dejó pasar y nos acordamos hasta de su pobre progenitora que seguramente ni venía en el auto, pero veamos el otro lado de la moneda: venimos en el carril conducente y de repente alguien nos pone la direccional para avisarnos que va a dar vuelta en nuestro sentido, ¿qué hacemos? primero aceleramos y luego decimos: ¡ah, no, si crees que te voy a dejar estas pero bien pen....,tonto, tanto tiempo y hasta ahorita se te ocurre poner la direccional..., bla, bla, bla!, otra muestra de nuestra gran civilidad, ¿qué nos pasa?.

 

Y ya para rematar el domingo fuimos al centro comercial o “mall” para mis lectores foráneos el cual cuenta con unas modernas puertas de cristal de esas que cuando te vas acercando se abren y se cierran solas mediante un sofisticado sistema  y ahí estaban varios chiquillos entre 4 y 6 años entrando y saliendo para probar las puertas y la paciencia del pobre vigilante que impávido esperaba la aparición de los padres para que le llamaran la atención a sus querubines pero por lo menos en los minutos siguientes no pudimos identificar de quién eran los pequeños mounstritos.  Ya ni le cuento de lo que pasaba en las escaleras eléctricas pues aquí les parece muy chistoso a los niños y a los padres subir en sentido contrario al flujo de las personas. 

 

Y el colmo de los colmos me lo pasaron al costo, aunque estoy plenamente segura de que esto ya lo vivieron muchos de ustedes y estarán de acuerdo que los mexicanos parecemos marabunta, arrasamos con todo a nuestro paso, bueno pues  ¡ahí les va!, resulta que el domingo en la noche regresó mi hermano de pasar unos días en una playa turística y se hospedó en un hotel de más o menos buena reputación, de esos que te ofrecen todo incluido con el consabido “desayuno bufete”, pues si ahí estaba mi hermano tomando sus ricos huevitos con jamón y juguito de naranja cuando llegaron unas 15 personas que venían en una excursión,  “imagínese la escena, niños, niñitos y niñotes jalando sillas acomodando mesas y corriendo a checar los apetitosos platillos del desayuno y a las mamas gritando como locas para acomodar a sus proles, empiezan a servirse el desayuno y -comenta mi hermano-, veías desfilar los platos más inverosímiles ah, pero eso si bien copeteaditos., por ejemplo: un comensal tenía para sí solo, jugo, gelatina, en un solo plato huevos, costillitas, papas, chicharrón en chile verde y una enchilada de mole, ¡ah y para rematar! unos ricos hot cakes ¡cuatro!, uno de mermelada, otro de miel de abeja, otro de miel maple y el último se lo comió como galleta mientras la mamá regañaba a los hijos porque no querían comer más y les decía:  “te comes todo porque de aquí no va a ver comida hasta las 7 u 8 de la noche y no quiero que me anden pidiendo nada porque no traemos mucho dinero, así que a llenarse lo más que puedan”  ¿cómo la ve?, que bonita educación le damos a los hijos y que bien nos vemos, comentaba mi hermano que por ahí estaban algunos extranjero y que  los volteaban a ver sumamente sorprendidos y como bichos raros así que ante la pena ajena de mi hermano  mejor se retiró algo molesto  por tanta algarabía.  Esos son los ejemplos que damos a nuestras futuras generaciones, esa es la misma forma en que ellos van a actuar y a comportarse y esa es la educación que también nosotros recibimos.

 

Y si parezco amargada déjeme decirle que “si”, son cosas que me molestan infinitamente y por más que pienso cual sería la forma de educarnos, la verdad no la encuentro por ningún lado porque esta visto que aunque nos bombardeen con mensajes subliminales y no subliminales solo nos sirven en el momento y si no recuerde lo que paso con los cinturones de seguridad del automóvil, mientras nos estuvieron enviando mensajes para hacer “conciencia” so pena de pagar una multa todos acatamos la disposición pero al terminar la publicidad y la amenaza de infracción “pues se acabó”. 

 

Y como esto tantos y tantos ejemplos querido lector que mejor ahí le paro porque si no voy a empezar mi semana deprimida. A todo esto, ¿usted que opina?