Yo le voy a hablar del que se lleva a cabo en el Estado de Jalisco, para ser exactos en un pueblito que se llama Autlán de la Grana Jalisco, ahora de Navarro, aunque no sé ni porqué se lo cambiaron, este lugar  se encuentra camino a Barra de Navidad y es famoso por que ahí nació Carlos Santana, bueno pero ese es otro asunto. 

Como les decía, por ahí de finales de enero y principios de febrero todas las tardes aparece un señor ya mayor con una flautita chillona a más no poder que los lugareños nombran “el pito” el hombre se hace  acompañar de su hija o hijo, según le toque en edad, este o esta de aproximadamente entre 10 y 12 años con un tamborcillo al que llaman “la caja”, bueno pues estos personajes aparecen todos los días a las 6 de la tarde y tocan una tonadilla muy repetitiva para anunciar que faltan tales o cuales días para que inicie el carnaval, así que cuando se empieza a escuchar “el pito y la caja”  ya es un motivo de alborozo en el pueblo que todo el año espera estas fechas pues  las mujeres tienen buen pretexto para lucir sus diseños internacionales y los hombres sus mejores galas.  A veces la moda aparece primero en Autlán que en Guadalajara o incluso en el D.F.  Estos días se aprovechan para que el gremio de los Choferes y los Pollos, (literalmente los choferes y los jóvenes del pueblo), escojan a sus princesas y poder nombrar a la Reina del Carnaval, las votaciones son verdaderamente fuertes, pues ambos bandos hacen hasta lo imposible para que gane su gremio, los votos y la derrama económica es impresionante pues el gremio que gana debe esmerarse en traer a las mejores orquestas, grupos y cantantes.  

Pues bien, llega el primer día de Carnaval y ya elegida la Reina se procederá a coronarla con todo lujo en el Casino del pueblo, un lugar verdaderamente elegante, así se  da inicio a las fiestas. 

Te voy a hacer la narrativa de un día, y como dice el comercial “ así son todoooooos los días”. 

Después de hospedarte en uno de los hoteles, ya sea el del centro frente al kiosko o el de las afueras que tiene  alberca y toda la cosa, te vas tempranito a desayunar más o menos ligero, cafecito, leche, camote, calabaza, sopecitos, pan de dulce, huevitos, etc., luego hay que  dar una vuelta por el pueblo y  bajar el desayuno y si tienes amistades, pues a saludar y a visitar, hay que regresar al hotel a cambiarse para ir al Toro de 11,  y vaya que se esmeran en traer buenos carteles.  Con el calorcito y el ambiente y entre ¡ole! y ¡ole! Nos tomamos cervecita tras cervecita o la infaltable bota rellena con vino, coñac y hasta tequila te pones en un ambiente muy bueno o lo que es lo mismo “hasta las trancas”.  El espectáculo inicial es ver a las “manolas”  las princesas de las fiestas vestidas con trajes españoles, peinetas y mantillas y que con mucho  garbo y al tono de una musiquita muy pegajosa se pasean por el ruedo demostrando su habilidad para acomodarse el mantón de manila, la más garboza es premiada con los aplausos de toda la concurrencia y asi las despiden para que comiencen los toros, circula la cerveza y de repente los galanes que andan de conquista te mandan el trío, los mariachis o el grupo norteño para amenizar el ambiente y enviar un mensaje a través de una canción,  hay que salir de ahí como a las 2 de la tarde y darse una arregladita para alcanzar “El Baile del Mutualista” un salón un poquito más sencillito pero que trae muy buenas orquestas y grupos, y a bailar se ha dicho, aprovechando para comer ahí mismo algunos antojitos propios de la región, muchos salen un poco antes de las seis de la tarde porque a esa hora también hay toros, otros prefieren ir a descansar y la mayoría se va a la “Farola” esto es, caminar detrás de un enorme camión tipo pipa que trae colgados muchos jarritos y del cual te puedes servir ponche de granada y algunas otras bebidas espirituosas que te mantienen con la misma presión de la mañana, para desembocar en el kiosko del pueblo  y donde ya sabes, los chicos giran para un lado y las chicas para el otro y ahí se empieza una a apalabrar para iniciar un romance, todo te invita a enamorarse en ese ambiente, y si además el galán te sube a una “calandria” (un carrito muy adornado y hecho de piel y jalado por un caballo) pues no dudes que todo saldrá estupendamente bien. Es bien sabido que de ahí surgen los compromisos y finalmente las bodas de la gene que vive en el pueblo y de algunos que se han quedado o se han llevado a la pareja a su lugar de origen.  

Peor hay que seguirle, como a las 8 ó 9 hay que cenar algo (ya sabes, un pozolito, birria, etc.) y correr nuevamente al hotel para ahora si vestirnos con sumo cuidado y elegancia porque hay que ir al “Baile del Casino”, en donde se reúne la crema y nata de Autlán, y las orquestas son verdaderamente de antología, podrás bailar hasta las 3 o 4 de la mañana y cenar si quieres ahí mismo para no perder tiempo, codearte con las personalidades del lugar y algunos visitantes distinguidos.  

Después tenemos que ir a descansar unas  horitas para levantarnos como podamos porque la resaca es dura y muchas veces no sabes donde inició la borrachera y menos si va a terminar y  volvemos a empezar , claro que puedes hacer tus variaciones, si no quieres ir al toro de 11 puedes ir a la placita y al mercado a tomar nieves y ha comprar cosas típicas y dulces de la región como las  ricas jericallas, ahí se hacen las mejores. 

Así que rápidamente te he presentado las Fiestas de Autlán o el Carnaval,   son 10 días de locura y prisa pero que de verdad se disfrutan, aún no he conocido a nadie que aguante los 10 días.  Pero debe haber quien lo intente, ¿no se le antoja?, espere al próximo año para que pueda disfrutarlas y aunque no es una fiesta tan loca como los otros carnavales porque todavía guardan la tradición de las fiestas antiguas mexicanas y mucho de lo moderno de ahora se pasan momentos verdaderamente agradables. ¡Anímese!