Y sigue la mata dando, en todos los medios han aparecido artículos criticando la actitud protagonista de Martha Sahagún de Fox, y la sumisa y dependiente de nuestro ilustrísimo Señor Vicepresidente.  Al hombre se le ha acusado de consultarle todo, absolutamente todo a su mujer lo que no es tan malo, si tomamos en cuenta que casi todos nuestros hombres nos consultan casi todo, ¡piénselo! esos seres de manos grandotas, de actitudes rudas y vocabulario grosero (no en todos los casos ¡aclaro!), son increíblemente dependientes de sus esposas, madres, novias, hijas  o cualquier imagen femenina que este a su lado. 

¿No me cree?, si usted es mujer, basta que de un vistazo muy cuidadoso a los hombres de su vida y se podrá percatar hasta que grado dependen o han dependido de usted, los ha alimentado, cuidado, vestido y hasta ¡bueno! el colmo de los colmos, tengo una amiga que su esposo no sale de su casa hasta que ella lo peina –sí, lo peina-, y el hombre mide casi 2 metros, tiene un puesto en el que maneja personal masculino y se ve bastante impresionante,  pero no es capaz de salir de su casa sin este detalle y la bendición de su mujer.  Conocí otra pareja en la que el señor trabajaba de noche, así que normalmente dormía hasta tarde por la mañana y algunas veces una siesta por la tarde, pero al levantarse la devota esposa ya le había puesto a la orilla de su cama todo el ajuar de la ropa para que el no tuviera que escoger las combinaciones y si por alguna razón la esposa no estaba –cosa que era bastante rara-, el hombre cometía errores tan divertidos como llevarse un zapato negro y otro café o de plano salir sin calcetines, ah, pero el hombre era gerente de un club nocturno y todos sus empleados le temían por su dureza para tratarlos, ¿no les parece contradictorio? 

Y si usted mi querido lector, pertenece al sexo fuerte, ¡piénselo!, pero seriamente, porque sin afán de pecar de exagerada, hay muchísimas cosas que no se atreverían a hacer sin el amparo y consejo de una mujer, pongamos un ejemplo sencillito, una mujer puede ir a comprar ropa interior masculina sin avergonzarse en lo absoluto, desde calzoncillos los cuales observará para comprobar que no le aprieten a su hombre y que la tela no los vaya a rozar o  hasta adquirir suspensorios para proteger al hijo o al marido que juega fútbol, pero usted amigo mío, ¿se atrevería a comprar una tanga de hilo dental  o un hermoso brassiere talla 34 C de media copa con encaje, color rojo y broche al frente? ¿o comprarle a su hijita el primer corpiño?  Hay tantas y tantas cosas que hacemos por ustedes como combinarles la ropa, escoger la corbata, hacerles el nudo y ver que este derecha, prepararles la maleta si van de viaje, limpiarles el parabrisas del coche mientras terminan su café o dejarlos en la oficina porque no hay donde estacionarse y como esta podría enumerar bonchemil detallitos. No creo que usted me dejará mentir, querido amigo mío, y esto es solo en cuestiones domésticas. 

Pero si pasamos a otro ramo, la mayoría de las veces somos las mejores consejeras en cuestiones laborales, en un antiguo trabajo que tuve se decía que la presidencia de esa Dirección se dirigía desde la cama y la razón era que las máximas autoridades que podían hacerse cargo de la Dirección eran esposos, cuando a la Doctora la nombraron Directora les aseguro que todo marchaba a la perfección, el segundo período fue cubierto por su esposo y fue exactamente lo mismo ya que él se dejaba guiar por la experiencia de su esposa y no fue tan malo, salvo que siempre hay gente que critica esas cosas y les parecía mal que este hombre se dejara influenciar y que aparentemente no tuviera decisión propia. Pero la verdad era que funcionaba.

Pero volviendo a las tormentas que azotan Ciudad Sahagún, perdón “El Olimpo”, no, perdón nuevamente, “Los Pinos”,  tal vez no sería tan malo que Martita aconsejara a su marido si estos consejos no influyeran de manera directa en el futuro de un país, ya que si bien es cierto que hay muchas cosas en las que se han visto aciertos, ahora la balanza se esta inclinando peligrosamente hacia los errores y también sabemos  que el poder marea y la mesura y prudencia que había mostrado esta mujer se esta volviendo prepotencia y falta de criterio, un serio obstáculo para su esposo ya que es bien sabido que él hombre depende mucho de las opiniones, consejos y  decisiones de su consorte, piénselo bien, no es raro, el problema es que nos afecta si las decisiones no son las correctas.

Ojalá y que alguien se atreva a decirle a doña Martha algunas verdades y lo más seguro es que sea una mujer quién la haga recapacitar.