Agosto 22  de 2007

PRESENTA ESTA SEMANA:

Instrumentos de tortura y pena capital

 

 

¿Hasta donde fue el abuso?

ATENCO

Se vale soñarPONIATOVSKA

 

 

 

 

 

 

La verdad y la demagogia

 

 

FOBAPROA

 

 

 

 

 

FOBAPROA

 

ESCUCHÉ TU VOZ

 

Se vale soñarEXPO SEX  2006

 

 

 

 

 

 

Lo que viene

ESTO ES VERDAD

 

 

 

 

 

 

Lo que viene

 

¡NADIE COMO GROUCHO!

 

 

 

 

PRD: ¿Y ahora qué?

 

Comentábamos la semana pasada del lío en el que está metido el PRD al corresponderle presidir la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados el próximo 1 de septiembre.  Y es que sus opciones son complicadas, todo con base en que no reconocen a Felipe Calderón como presidente de México.

 

Si le permiten dar el informen, lo estarán reconociendo.

 

Si le reciben el informe por escrito, lo estarán reconociendo.

 

Si responden a la lectura o entrega, lo estarán reconociendo.

 

Si hay desorden generado por el PRD, dentro o fuera del recinto, el encargado de poner orden es el Presidente de la Cámara… que será del PRD.

 

Si le prohíben la entrada al recinto al Presidente, lo insultan, lo agraden, seguirán pagando un alto costo político.

 

Si se niegan a presidir, perderán una gran ventaja desde el punto de vista político; si aceptan presidir, quieran o no están tomando parte de una estructura gubernamental que desconocen.

 

Por último, no quieren que Calderón suba a tribuna por carecer de legitimidad; hasta donde sé, la legitimidad la dan otras instituciones, como el IFE, no un partido político.  Es una usurpación de funciones.

 

¡En qué lío se han metido pues!  ¿No cree?

 

 

 
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Riesgo protagónico.

 

Me sorprende hasta donde se puede llegar por obtener mayor audiencia en la televisión.  Poco importan los riesgos, pero bueno, si se trata de un reality no me resultaría tan extraño, pero si hablamos de noticieros, me parece una soberana idiotez lo que me toco ver la noche del pasado martes.

 

Puse el noticiero de la noche, el de Joaquín López Dóriga; el hombre se encontraba en la península de Yucatán cubriendo el paso del huracán Dean en la zona.  Este señor hizo una reseña de la noche en que el huracán llegó por Cancún, Merida y anexas; JLD estuvo toda la noche, en pleno paso del huracán, en la calle, diciendo cada hora: “Es la una, ya entró”, “Son las dos, los vientos son fuertes” y así la fue llevando, empapado y cubierto solo por un impermeable.  Pregunta: ¿Estar en la calle durante el paso de un huracán no es una situación de alto riesgo?  ¿Qué diferencia hace reportar desde la calle que, por ejemplo, hacerlo desde una oficina del servicio meteorológico ubicada inclusive fuera del Estado?  ¿Los datos serían diferentes?  No.  La única razón que encuentro para hacerlo así: El sensacionalismo.  Ese tipo de exhibicionismo que llama al auditorio a ver algo de la misma forma que lo haría un video de un tipo suicidándose desde la azotea de un edificio, una pelea callejera o la última nota de la tigresa.

 

Nadie podrá convencerme de que exponer la seguridad de quien reporta es servir al auditorio.  Estar reportando desde la calle mientras pasa un huracán, en medio de un operativo anti narcos, desde el centro de la trifulca entre dos grupos que se apedrean o se disparan armas de fuego, no es servir al auditorio, es una irresponsabilidad, una inconciencia y una payasada.  No hay diferencia y si la hay, esta es el hecho de correr un riesgo, porque en lo que a información se refiere, no aporta nada.  Por ejemplo, si el huracán derriba una palmera, me voy a enterar una vez que pase el fenómeno, no me urge saberlo al momento que el huracán la derriba. Con estas acciones, la nota pasa a segundo término por el protagonismo, intencional o no, del reportero, quien con su riesgo se vuelve el encabezado.

 

Pero JLD no fue el único, la mayor parte de los noticieros de TV estaban en la misma posición, no por su interés de informar, sino de demostrar que ellos corrían el mayor riesgo y que ameritaban por ello, el mayor rating.  ¿Qué pensarán los directivos?  Seguramente que esperaban que le sucediera algo a alguno de sus reporteros, eso sería estupendo, un lesionado o muerto en afán de cumplir con su deber.  ¿La familia de un reportero herido o muerto pensará lo mismo?  Eso deberían recapacitar estas personas antes de hacer esas acciones que más que demostrar profesionalismo demuestran una enorme inconciencia e irresponsabilidad.  ¿No cree usted?

 

¡Que siga el show!

Comunicación: fj@lavisiondelciudadano.com

 

 
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Mis amadas mascotas.

 

Se que no a todas las personas les gustan las mascotas y que hay gente que prefiere mas a los gatos que a los perros o viceversa.  Un pez puede ser buena compañía para algunos o hámsteres, cuyos, hurones, tortugas, incluso hasta ratas y serpientes. Y hay quien definitivamente prefiere un tapete o unas pantuflas con forma de animalito para sustituir a una mascota, la cual requiere de mucha responsabilidad, cuidado y amor.  De mi padre heredé el gusto por los animales.  Siempre a lo largo de mi vida tuve y he tenido alguna mascota, de diferente raza, género y especie y mi vida se sentía vacía cuando me faltaban estos fieles amigos, por ejemplo.    

 

Era amarillito, pachoncito, con ojitos negros y chiquitos, patitas palmeadas y plumitas como velloncito y suavecito, me lo regaló mi papá y le puse Paco “Mi Pato Paco”, nunca dejé que durmiera en la cajita que me acondicionó mi mamá y en la noche lo ponía conmigo y se acomodaba entre mi oreja y mi cabello que en ese entonces era largo.  Más que pato parecía perro, si salía a la tienda me lo llevaba y caminaba junto a mi, se detenía justo cuando yo lo hacía y no se cruzaba la calle hasta que  yo lo hacía, si alguien se me acercaba le arriaba a las mordidas.  Me seguía fielmente a todas partes y cuando volvía de la escuela  ya me estaba esperando echadito en la puerta, graznaba de gusto cuando me veía entrar y se echaba junto a mi cuando me sentaba a comer ante el disgusto de mi madre.   Un día llegué de la escuela pero Paco no estaba donde siempre me esperaba, pensé que se lo había llevado  mi papá porque luego eso hacía.  Cuando llegó mi papá solo y me miró a los ojos entendí que algo le había pasado a mi Paco, sin que me dijera nada empecé a llorar,  parece que comió algún insecto, una araña, no lo se y de repente lo encontraron muerto junto a mi cama.  Mi padre salió a recorrer mercados para ver si encontraba algún pato que se pareciera a Paco aunque sabía de antemano que no iba a ser lo mismo, yo me daría cuenta de inmediato.  Al quinto mercado desistió de la idea y regresó a casa. ¡Ay, cuanto le lloré y como lo extrañé!

 

Ya en la secundaria un amigo me regaló un ratoncito blanco muy lindo, mi madre casi se desmaya pero por fortuna siempre contaba con el apoyo de mi padre y él me compró una jaula donde podía yo tener a “Dani”, así le puse en honor a mi padre a mi ratoncito blanco, cuando me lo dieron cabía en la palma de mi mano y llego a crecer como de unos 20 cms. aproximadamente,  lo sacaba de su jaula y lo dejaba que paseara libremente por mi cuello y mis brazos, me lo llevaba a la calle y cuando me mandaban al pan, lo dejaba sobre mi hombro mientras escogía el pan, no esta por demás decirles que mas de una señora aventó la charola con pan hacia los cielos y yo me llevé unas buenas regañadas, pero me reía mucho. Al final creció más y mi mamá no podía soportarlo así que tuve que buscar alguien que lo quisiera y regalarlo.  No me costó trabajo, pero extrañe a mi ratón mucho. 

 

Aún en la secundaria, un día le llegué a mi madre con un hermoso y bello collar  que me había regalado el mismo amigo que me dio el ratón, era una bellísima viborita,  el gusto solo me duró ese día pues ahí sí mi madre chilló, gritó, pataleó y me obligó a devolverla y ni la complicidad de mi papá me ayudaron a conservarla.  Eso era demasiado para ella.

 

Aunado a todas estas exóticas mascotas, tuve gallos, una gata negra, dos tortugas dos hamsters, un cuyo, un pez que pedía de comer, si como lo oye, era uno de estos peces dorados que compramos chiquito y creció, su pecera estaba en una mesa esquinera de la sala y cuando alguien se sentaba  a ver la tele, golpeaba la barra calentadora contra el cristal para que le diéramos de comer y tal vez no me lo crea, pero le gustaba subir a la superficie y se dejaba acariciar.  ¿Raro verdad?

 

Que decir de mis preferidos, los perros, Ringo un hermoso colie de cuello blanco, Oky, otro de cuello negro.  Tosca, Canela, y mención aparte merece Tábata, una hermosísima pastor alemán que era una lady de modales finos y mi fiel guardiana, estaba acostumbrada a viajar en el auto desde pequeña y se acomodaba en la parte trasera, en ese espacio que queda entre el vidrio trasero y el asiento. Cuando creció le costaba trabajo pero ahí se acomodaba.  A donde íbamos se acomodaba bajo mi silla o junto a mí y no permitía que nadie se me acercara a menos que yo le indicara que se comportara y no emitía ningún ruido.  Cuando se fastidiaba de gente, música y niños, me empezaba a morder los talones y trataba de jalarme hacia fuera,  yo  me levantaba y le abría la puerta del coche,  se acomodaba en su lugar y nos esperaba ahí dormida para regresar a casa.  Tábata era un miembro más de la familia y a todos nos daba gusto en algo.  Era mi guardiana y acompañante durante el día, amiga  de juegos para mis hijos y acompañante a correr por las mañanas de mí esposo.  Ella no vivía en el patio aunque tenía su casita, dormía junto a mi cama, hacía sus necesidades fuera de la casa, no mordía muebles y era limpia estilizada y bella.  Pero un día…seguiré en la próxima, amigos.

 

comunicación: susy@lavisiondelciudadano.com

 

 
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La Biblia como table dance 

Emilio González Márquez, gobernador de Jalisco, opina que se debe mostrar tolerancia “para los que nos gusta leer la Biblia como para los que les guste ir al table dance...” Para el gobernador son asuntos contradictorios. Se equivoca: si algo hay en la Biblia es sexo. Como en toda gran literatura, y la Biblia es la literatura de Israel (biblia es el plural de biblío= libro, en griego los libros), hay sexo en todas sus variantes, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Algunas de sus historias son tanto o más incitadoras que una mujer en cueros restregándose contra un tubo. Aquí van algunos ejemplos.

Dios se ofende infinitamente (todo en Él es infinito) por una simpleza: Adán y Eva comen del único fruto prohibido y el castigo es feroz: condena eterna que sólo podrá ser redimida por el mismo Dios. Así se complica la vida ese personaje creado a imagen y semejanza de pastores rústicos. Adán y Eva se cubren el sexo y así denuncian su pecado.

Como todo padre, Dios prefiere a un hijo, Abel, y muestra su rechazo por Caín. Caín venga el rechazo paterno asesinando a Abel. El culpable sin duda es Dios por no disimular su preferencia.

Luego la ira (un pecado capital) de Dios es tanta que acaba con la humanidad entera por medio de un aguacero llamado Diluvio.

Abram (antes de ser Abraham) tiene un hijo con su esclava y, cuando al fin logra embarazar a su legítima mujer, echa sin más al desierto a esclava e hijo. Fue una lástima que Sófocles no conociera esta historia, pues tendríamos una obra maestra del teatro griego y no un parrafito perdido en la literatura hebrea.

Lot recibe en su casa de Sodoma a unos visitantes, hombres, cuya singular belleza atrae la lujuria de una turba que exige su parte en la parranda. El santo patriarca les niega el “derecho de pernada” aduciendo que son sus huéspedes y sería faltar a los usos y costumbres de la hospitalidad. Pero, a cambio, les ofrece dos hijas que no han conocido varón, “os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere”. El único justo, Lot, huye de Sodoma. Pero sus hijas lo emborrachan y, zas, se lo cogen.

Saltamos unos siglos y encontramos al rey David, enamorado perdidamente de Betsabé, una mujer casada con Urías. La embaraza y cuando las cosas se complican con el marido, David ordena que se le forme en la primera línea de combate contra Joab, puesto que para algo se es rey. Escribe una carta que hace llevar al propio Urías y dice así: “Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera.”

Pero ya antes de ser rey, David había mostrado en su juventud otras inclinaciones: a la muerte de Jonatán, hijo de Saúl, David canta: “Angustia tengo por ti, hermano Jonatán, que me fuiste muy dulce. Más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres.”

Amnón, hijo de David, “estaba angustiado hasta enfermarse por Tamar, su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna”, cuenta el libro 2 de Samuel. Un primo le aconseja hacerse el enfermo. Así lo hace Amnón y cuando la solícita Tamar se dispone a cuidarlo “pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella.” Pero no es eso lo peor, sino lo que sigue: una vez satisfecho, “Amnón la aborreció con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado”. Así que pide a un criado: “Échame a ésta fuera de aquí y cierra tras ella la puerta.”

Otro hermano, Absalón, se entera ¿y qué hace? Pues habla con ella: “¿Ha estado contigo Amnón tu hermano? Pues calla ahora, hermana mía: tu hermano es, no se angustie tu corazón por esto.”

Al hijo que con tan malas artes tiene de Betsabé, David lo proclama futuro rey de Israel. Es Salomón. Este gran rey de Israel se casa con la hija de un faraón. “Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas,” dice el libro 1 de los Reyes, y pone números: “Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas

concubinas.” El millar mencionado por Carlos Marín la semana pasada. Superan, y con creces, al número de teiboleras en el más concurrido antro. A estas alturas, ya cualquier adolescente calientón se ha hecho varias puñetas.

En síntesis: ¿para qué quieren table dance si la Biblia es mucho más cachonda? Y se reúnen que a leerla... ah, pillines.

Comunicación: lgonzalez@milenio.com

 
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México Confidencial

Jorge Fernández Menéndez

Ganó el partido del "no": adiós a la izquierda 

Alguien les tendría que explicar que oponerse a todo y ser intransigentes no es sinónimo de ser de izquierda, probablemente se trata de todo lo contrario. La participación de López Obrador en el inicio del Congreso del PRD marcó el sentido del extraordinario que concluyó ayer y condenó al perredismo al ostracismo, a una derrota anunciada de cara a los comicios de 2009. El ex candidato, fiel a su costumbre, no aceptó crítica alguna a su errática campaña electoral de 2006, insistió una vez más en que se le robó la elección y pidió al PRD que se autocriticara, pero dando a entender que la revisión interna debía partir del hecho de no haberlo acompañado suficientemente en su estrategia. Si él no se equivocó no tenía por qué ser criticado. Y así quedó escrito en los documentos aprobados por el partido.

El PRD vuelve a convertirse en el partido del "no". Es verdad que en muchos aspectos de la vida interna del perredismo venció Nueva Izquierda, pero ganaron cerrando el partido, colocando mayores controles y alejándolo, en su línea política, de los intereses de la gente y de la vida política nacional, lo que le importa a la ciudadanía. El costo ya fue advertido por Jesús Ortega en la sesión del viernes: pasaron de la mejor elección de la historia de la izquierda nacional, con Cuauhtémoc Cárdenas en 88, a obtener sólo 9% de los votos tres años después, como sucedió en 91. Lo resuelto en este Congreso es más grave aún y puede llevar, además, a la ruptura definitiva del perredismo.

El PRD dijo "no" a la autocrítica: nadie en el equipo de campaña de López Obrador se equivocó; tampoco fue un error no ir a reuniones con los empresarios ni al primer debate ni a los medios de comunicación que no eran adictos. Las redes ciudadanas no fueron un fracaso ni tuvieron malos manejos financieros. No fue un error abandonar el centro, tampoco no buscar alianzas con sectores moderados. El plantón fue un acierto, lo mismo que la presidencia legítima y la campaña para 2012, iniciada en 2006. Como reflexión política sólo cabe, para el perredismo, recordar que "le robaron la elección". Lástima que los electores no piensen igual y su votación se haya derrumbado.

El PRD dijo "no" a su historia. Nadie recordó siquiera a su fundador y al hombre que le dio sentido y perspectiva histórica: Cuauhtémoc Cárdenas. Incluso, en su discurso, López Obrador habló como si su liderazgo hubiera sido histórico, cuando en las elecciones de 88 no era, siquiera, miembro del FDN y su carrera política fue lanzada por Cárdenas a mediados de los 90. Dicen que quien no asume su historia está condenado a repetirla. Así será.

El perredismo dijo "no" a las alianzas. No importan fuera del Frente Amplio o de la Convención Democrática o del gobierno legítimo, que son como la Santísima Trinidad, tres entidades que son el mismo ente. Pero, además, con un advertencia: si se apartan esos aliados de la línea establecida, se les dirá adiós. Deberían comenzar a pensarlo: en las elecciones estatales de este año, salvo Oaxaca, que resultó otro fiasco electoral, no pudieron establecer alianzas en ninguna entidad con el PT y Convergencia. Además, los nuevos documentos prohíben alianzas con el PRI y el PAN.

El PRD dijo "no" a la relación con el Ejecutivo. A partir de ahora, toda la relación institucional será exclusivamente, dicen sus documentos, con el Poder Legislativo. Pero como su margen de alianzas es también muy estrecho, vaya usted a saber cómo piensan instrumentarla. Por lo pronto, también es resolución del Congreso no apoyar la reforma fiscal. Entonces, ¿para qué presentar una propuesta del FAP si la misma no puede servir como parte de una negociación?

El PRD dijo "no" a la independencia de sus gobernantes: éstos ya no gobiernan para la ciudadanía, sino para el partido. A partir de ahora todos los gobernadores y los legisladores surgidos del PRD deberán responder a sus lineamientos y a las órdenes de sus cuerpos de dirección. Me imagino que, si se cumple con esa exigencia, plasmada una vez más en los documentos básicos, el partido se quedará sin gobernadores: no me imagino a Lázaro Cárdenas y a Amalia García, mucho menos a Zeferino Torreblanca o a Juan Sabines, acatando órdenes del nuevo consejo político que reemplazará al CEN perredista. La verdad, ni a Narciso Agúndez o a Marcelo Ebrard. ¿Se les aplicará además la línea de que sólo pueden tratar con el Legislativo? ¿Cómo harán entonces esos mandatarios para gobernar, cómo se van a relacionar con la Federación, a qué se dedicarán?

El PRD dijo "no" a la votación abierta de sus candidatos y dirigentes. Los mismos ya se elegirán con base en el padrón de militantes. La medida tiene un doble fondo: por una parte, trata de cerrar y blindar al PRD de influencias externas, pero sobre todo de evitar que las redes ciudadanas de López Obrador influyan en la elección de su próxima dirigencia, lo que tiene cierta lógica si se asume que existen diferencias entre lo que representa AMLO con respecto al perredismo. Lo extraño es que se decide que el PRD y López Obrador, con todas su parafernalia y sus siglas detrás, son incontrovertibles en el partido, pero al mismo tiempo se trata de evitar que influya en él, por lo menos en torno al cambio de dirigencia, para que no vuelva a ocurrir lo de Leonel Cota Montaño, que resultó presidente del partido casi sin haber militado en él.

Este último "no" es el que mejor refleja lo sucedido: Nueva Izquierda ganó el Congreso, cerrando al partido, teniendo que hacer exactamente lo contrario de lo que proponen en términos políticos a la ciudadanía y a los otros partidos. Quizás es el camino necesario para ganar la dirigencia en 2008 y tratar de cambiar algo con miras a 2009. Me temo que ya no van a tener tiempo y quedarán, una vez más, como rehenes, hasta 2012, de un cada vez más intransigente y sectario López Obrador

 

 

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ESCUCHÉ TU VOZ

Escuché tu voz
y en mi brotó la primavera
la semilla que había estado adormecida
despertó
y comenzó a crecer
pequeñas raíces se estrecharon en su ambiente
buscando humedad...
día tras día
bajo lluvia, sol y calor
la semilla se convirtió
en una bella flor
con pétalos tiernos
llenos de amor.
Pues todo comenzó

cuando escuché tu voz.

Gabriela Orejas
Comunicación: gorejas@eastman.com
 

 

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COLABORACIÓN

 

Nadie como Groucho 

“Sus ojos, su garganta, sus labios, todo en usted me recuerda a usted; excepto usted misma, ¿cómo se lo explica usted?”, le dice Groucho Marx a Margaret Dumont mientras la corteja en la primera escena de Una noche en la ópera. Corría el año de 1935 y los hermanos Marx conocían el éxito rotundo filmando para la Metro Goldwyn Mayer.

En 1937, la Metro produjo otra de las películas más taquilleras de los años 30: Un día en las carreras. La fama de los Marx tocaba el punto más alto: Groucho y la Dumont coincidieron en la pantalla otra vez, él como un veterinario que se finge médico y ella como la rica hipocondríaca Emily Upjohn que le dice a su médico de cabecera: “No era consciente de que sufriera de nada hasta que lo conocí a él”.

La prensa internacional ha conmemorado los 30 años de la muerte de Groucho Marx (1890-1977) en recuerdo de una de las mayores obras humorísticas, satíricas, absurdas e inteligentes del siglo XX. Julius Henry Marx fue el tercer hijo de Sam y Minnie Marx; los otros hermanos fueron Leonard, Adolph, Herbert y Milton (Chico, Harpo, Zeppo y Gummo, quien nunca se interesó por la actuación). Después de años de trabajo en la escena, a finales de los años 20, los hermanos Marx habían logrado una fama sólida en el teatro de variedades y una personalidad única en el mundo del espectáculo: Harpo nunca hablaba en escena, Chico adoptó el acento de un inmigrante italiano y Zeppo asumía el papel de galán.

El centro del cuarteto era Groucho, su destreza con el lenguaje realzaba el perfil de sus hermanos y su enloquecida capacidad para improvisar convertía el escenario en un manicomio de la burla y la irreverencia: “Bebo para hacer interesantes a los demás”, “Nunca olvido una cara, pero en tu caso haré una excepción”.

En su libro El ABC de Groucho, Stefan Kanfer ha recordado que la edad de oro de Groucho fue “una época desenfadada en la que coincidieron George Gershwin (que solía disfrazarse de Groucho para las fiestas), Irving Berlin (autor de la música para el primer espectáculo de los Marx en Broadway, Los cuatro cocos), J. S. Perelman (quien escribió parte de los guiones de Pistoleros de agua dulce y Plumas de caballo), James Thurber, Robert Benchley y Doro-thy Parker que, al igual que Groucho, eran columnistas habituales de la revista The New Yorker”. Mientras actuaba en las películas centrales de la filmografía de los Marx —El conflicto de los Marx (1930), Plumas de caballo (1932), Sopa de Pato (1933), Una noche en la ópera (1935) y Un día en las carreras (1937)—, Groucho escribía guiones, obras de teatro, artículos, ensayos.

En 1931 publicó Camas. El público ignoró la aparición del libro y Groucho declaró esto: “En vez de comprar mi libro Camas, los lectores se entregaron a las suyas. Nadie quiso tener que ver con Camas, las familias permanecieron de pie”. Ciertamente, lo suyo no era la obra organizada sino la improvisación loca, espontánea, el dolor de cabeza de quienes lo dirigieron en cine, radio y televisión; nada, por cierto, que no estuviera contenido en la idea del guión como ejercicio de libertad y espacio de rebeldía. En la película El conflicto de los Marx, Groucho interpreta el papel de cazafortunas; el trotamundos Capitán Spaulding improvisaba así: “Amigos míos, les voy a describir ese grandioso, ese maravilloso continente lleno de misterio que es África. África parece ser obra del mismísimo Señor, y por mí puede quedársela”. El escritor de la película, George S. Kaufman, se daba de topes ante los cambios de su obra bajo la piqueta de la improvisación.

En el ocaso de su trayectoria, un equipo de guionistas le preparaba a Groucho chistes a mansalva para toda ocasión. En el programa televisivo Apueste su vida (1947-1960) se convirtió en un comediante destilado, sereno, dueño de sí mismo aunque también en su propia parodia, en el cómico que le dice a una pareja de recién casados de edad avanzada: “Nunca olvidaré el día de mi boda… en vez de arroz nos tiraron vitaminas”. Al final, la vejez lo obsesionaba: “Cuando un hombre llega a su edad, Bill, a nadie le sorprende que uno comience a caerse a pedazos. Quizá deba cambiar de pegamento”. Ciertamente Chaplin fue genial; Buster Keaton, el rey del humor impasible; Laurell y Hardy, conmovedores. Yo me quedo con la plenitud del humor moderno de Groucho Marx. Dicen que un día pidió que en la lápida de su tumba se inscribiera este epitafio: “Perdonen que no me levante”.

Rafael Pérez Gay

Escritor

 

 

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