CARNAVAL DE AUTLÁN

FEBRERO DE 2007

 

(consulta aquí)

Febrero  7   de 2007

 

 

¿Hasta donde fue el abuso?

ATENCO

 

PONIATOVSKA

 

 

 

 

 

 

La verdad y la demagogiaFOBAPROA

 

 

 

 

 

FOBAPROA

 

¡MIRA DETRÁS DE TI!

 

Se vale soñar

EXPO SEX  2006

 

 

 

 

 

Lo que viene

ESTO ES VERDAD

 

 

 

 

 

FOBAPROA

LOS PEORES PARA EL PERIODISTA

 

 

 

 

 

¡No a la censura!

 

Un golpe muy fuerte acaba de asestar la Secretaría de Gobernación al propio gobierno Federal que encabeza Felipe Calderón.

 

Esto sucedió debido a que esa Secretaría evitó la transmisión de un programa del PRD que este partido pretende sacar al aire en sus tiempos oficiales; en dicho programa se habla de Andrés López Obrador y su presidencia “legítima”.  La Segob argumenta que en ese programa se violan distintas leyes, ya que se habla de otra presidencia, AMLO utiliza una banda tricolor y otras locuras que está haciendo el peje.  Para acabarla de amolar, el Subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Segob, Miguel Alessio Roblesel, afirmó que “la libertad de expresión tiene un límite”.

 

No dudo de la certeza de los argumentos de la Segob, pero lo que está haciendo se llama censura. 

 

A mi modo de ver, la Segob podría haber sancionado al partido y a AMLO después de trasmitir el programa, como una consecuencia a esas supuestas violaciones de la ley, pero de ninguna manera prohibir su emisión.  Mucho se ha sufrido y luchado en este país para que exista esa libertad de expresión y de libre manifestación de las ideas, para que ahora quieran llevarnos a ese pasado en el que todo tenía que pasar por un filtro en la Segob, en donde se decidía que era permisible y que no.

 

La libertad individual debe consentirse mientras no interfiera con la de los demás.  Que trasmitan su spot y si hay violaciones, que se sancionen.  La censura atenta contra las libertades.  No debe permitirse.

 

 
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Sin celular la vida no es vida

 

Ayer, martes 6 de febrero, repentinamente el ambiente cambió en la oficina donde laboro.  Había desesperación y angustia.  En los rostros se adivinaba la existencia de una crisis tremenda.  Las caras pálidas.  Las manos inquietas que repetían una y otra vez la misma acción sin respuesta alguna.  Salían a los estacionamientos con prisa, quizás pensando que sería más seguro que el interior de los edificios.  ¿Hubo un sismo?  No, pero casi.  Sucede que el sistema de comunicaciones de Telcel se colapso.  No entraban ni salían llamadas y mensajes en los celulares.  ¡La muerte pues!

 

Todo lo que se pudo observar en ese tiempo es digno de un estudio.  Nos hemos convertido en unos esclavos de esos condenados aparatos.  Llamo –o mensajeo-, luego existo.  Y es que mientras observaba a mis compañeros en esos momentos, pensaba: ¿Qué puede ser tan importante que no pueda esperar un rato para resolverse?  ¡Bueno!  Quizás para un par de personas si, pero no para los cientos de miles o millones que parecían haber llegado al Apocalipsis y todo por no poder seguir jugando con su teléfono.

 

Con la crisis de Telcel, empresa que tiene el 90% del mercado de la telefonía celular en México, durante 8 horas retrocedimos en tiempo unos 15 años y nos encontramos nuevamente con que existen teléfonos de moneda o de tarjeta.  ¡Y funcionan!  Porque en esos tiempos sabíamos que un teléfono era un aparato que tenía una función primordial: comunicar.  No era un juguete, un objeto de ostentación ni su uso era banal; se usaba para cubrir una necesidad.  Hoy día la comunicación por celular tiene los fines más huecos, inútiles y  faltos de sentido.  ¡Hasta porque pasa la mosca quieren hacer una llamada o mandar un mensaje!  Ayer quien tenía urgencia, usó un teléfono fijo, quien no lo hizo y si marcaba insistentemente, no tenia una emergencia, simplemente extrañaba su celular.

 

¡Y es que de verdad es una adición!  ¿No le ha tocado ver a esas personas que apenas escuchan un timbre y de inmediato sacan su celular, a pesar de que no es el timbre de su teléfono?  “Es que lo sentí vibrar”.  Peor aun aquellas que ni siquiera requieren un timbre, sino que solo lo checan y checan cada 5 minutos.  ¡Pobres de nosotros, simples mortales que no hemos sido absorbidos!  Lo digo porque nos toca padecer a los adictos.  Sales a comer, a bailar, de compras, al cine, y te interrumpen una y mil veces para estar con el celular; entra un mensaje y ya mueren por contestarlo aunque sea para poner solo “OK”.  Y es que no pueden liberarse.  Es tonto en extremo, pero es algo común.  En el colmo, no conformes con traer uno, muchos individuos traen dos o hasta tres y los manejan con el mismo nerviosismo o ansiedad como si de ellos dependiera el destino del mundo.

 

Su servidor tiene un celular, un celular que rara vez usa; lo tengo en vibrador porque me molesta que la gente en 10 metros a mi alrededor sepa que recibo una llamada y procuro utilizarlo solo cuando la ocasión lo amerita, no por ahorrar, sino que temo que si comienzo a llamar y a enviar mensajes por todo, terminaré convirtiéndome en uno de esos adictos que cada día soporto menos.  Y es que para adicciones, existen mil más provechosas y disfrutables que esta.

 

Hace falta una crisis de sistema celular periódicamente.  Nos serviría para ubicarnos en lo dependientes que nos hemos convertido de ese pequeño artefacto sin el que la humanidad ha sobrevivido por milenios sin que se echara de menos su existencia.  Y usted ¿es adicto?

 

Comunicación: fj@lavisiondelciudadano.com

 

 
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¿Y mi amigo de Venezuela?

 

Platicando con un buen amigo llegamos a la conclusión que el daño que le ha hecho a la gente cierto personaje político que ansiaba ser Presidente de la República Mexicana ha sido muy profundo y ahora costará mucho trabajo que la gente confíe  y que acepte  la nueva política que nos regirá estos próximos seis años y sobre todo que dejen de pensar que estaríamos  mejor si este señor hubiera sido Presidente.

 

En cuanto los precios subieron, todos voltearon  a la silla presidencial para  tratar de buscar a un culpable y el más evidente es el que ahí se sienta, algo así como “péguenle al negro” o en este caso “al chaparrito” dicho con todo respeto ¿verdad?

 

Pero yo le pregunto a usted si recuerda –en el sexenio pasado- cuantos aumentos a la canasta básica hubo, a las tortillas, a la carne, a la leche, a los insumos energéticos, etc. Y es que prácticamente no hubo escalada de precios, porque si así hubiera sido, júrelo que hacen cera y pabilo de Vicente Fox,  por fortuna este señor ya esta en su rancho y júrelo que lo único que desea es olvidarse de esta pesadilla que le duró largos seis años.

 

Pero volviendo al tema que nos ocupa y  siguiendo con la charla nos pusimos a comentar también de ¿como era posible que todo el mundo se pudiera meter con nuestro presidente? y que nosotros mexicanos que nunca permitíamos  que nadie se expresara mal de México o de nuestro autoridad máxima,  ahora resulta que no hacemos ni decimos nada para pararle los tacos a los que sí lo hacen, ya sea  nacionales o extranjeros y la mejor prueba es como el Señor Presidente de Venezuela, se ha venido llenando la boca para insultarnos y hablar de más de quien nos regía en el sexenio pasado y de nuestro actual Mandatario ¿y nosotros? “durmiendo el sueño de los justos”.  Con qué derecho este hombre habla y dice cosas que solamente él interpreta y se pone sacos que si bien le vienen perfectamente,  nunca se ha mencionado su nombre y ni hablar de cómo esta ese pobre país.  Para muestra de esto solo un pequeñísimo botón, tengo o tenía “ya no losé” un buen amigo que vive en Venezuela, charlábamos de muchas cosas e incluso de los procesos políticos que se habían venido sucediendo en su país.   Cuando nos enteramos del nuevo triunfo del señor Chávez obviamente caímos en depresión pero nunca imaginamos lo grave que esto resultaría y también pensamos en que las cosas iban a seguir “casi iguales”,  craso error el nuestro.  Hace más de un mes que habíamos estado en contacto y apenas hace unos 8 días  lo volví a ver conectado y me apresuré a contactarlo, me comentó de todas las represiones que habían sufrido y las investigaciones a las que eran sujetos todas las personas de su país.  De cómo no se podía confiar ya ni siquiera en el amigo más íntimo pues el gobierno los tenía a algunos comprados, a otros amenazados y a los menos, totalmente convencidos de que el sistema era el mejor para todos (¿).  Pero obviamente no quiso abundar en las situaciones ni ser explícito por temor a estar vigilado o que alguien leyera sus conversaciones.

 

Ese día estaba muy tranquilo aparentemente y le pedí que por favor me diera su dirección para poder escribirle y saber como estaba en el supuesto caso que les quitaran el acceso a Internet o algo así y me dijo que no creía que eso sucediera y que procuraría estar en contacto,  le ofrecí la ayuda que pudiera necesitar y lo agradeció mucho con la promesa de volver a estar en contacto a la brevedad posible.  Solo dos días antes de escribir esta columna mi amigo me contacto y me dijo que andaban unas personas del gobierno en su empresa checando todo incluso las conexiones de intercomunicación que ahí utilizaban y que me escribía rápido para avisarme, le volví a pedir su dirección o algún modo de comunicarme con él y me reiteró que no lo creía necesario pero que por supuesto tampoco quería exponerme a mi, que estaba seguro que pronto estaríamos en contacto nuevamente y se despidió.

 

Hasta el momento no he tenido ninguna noticia de mi amigo, no sé que ha sido de él y si algún día volveremos a estar en contacto.  Traté de preguntar  a algunas otras amistades mexicanas que tenían amigos o familiares en Venezuela y la gran mayoría me ha comentado lo mismo y ni siquiera tengo una dirección que darles para que puedan localizar a mi amigo.

 

¿Que por qué le cuento todo esto, como si fuera novelita rosa?, pues porque seria bueno que usted y yo analizáramos lo cerca, pero lo increíblemente cerca que estuvimos de vivir una historia semejante, de ver coartada nuestra libertad de expresión, de vernos acechados, vigilados y con la terrible posibilidad de estar secuestrados en nuestro propio país. ¿Le parezco exagerada?  Yo no lo creo.

 

Algo que me queda muy claro es esto: Si como nación, como mexicanos unidos, permitimos que insulten a nuestro mandatario, y por ende a nosotros mismos, si no alzamos la voz y le hacemos sentir y saber a cualquiera que trate de meterse con nosotros que no vamos a permitir intrusiones ni descalificaciones,  entonces hemos dejado de ser ese pueblo aguerrido, valiente y bizarro que fuimos antaño y tal vez nos merecemos eso y más.  Y que conste que no estoy hablando de levantarnos en arma, de declarar la guerra ni de invadir naciones.  ¡No!, estoy hablando de hacerle saber a estos personajes que México esta unido en las buenas y en las malas , tal vez  mediante comunicados conjuntos de instituciones, empresas, escuelas, gremios y hasta de forma unipersonal  debemos hacerles entender que nadie, pero absolutamente nadie puede hablar mal, opinar cosas que no son verdad ni mucho menos meterse con nuestro pueblo, nuestras instituciones y nuestro Mandatario. ¿O usted que cree?

comunicación: susy@lavisiondelciudadano.com

 
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Infantilismo del PRI

 “No habrá reforma electoral”, amenaza el PRI, si no le entregan las cabezas de los consejeros del IFE. Al poner condiciones, y muy pesadas, parece como si no fuera del propio interés de los partidos el realizar esa urgente reforma que ya se ha llamado “de tercera generación”. La reforma de 1996 puso en manos de la ciudadanía la organización de las elecciones y el recuento de los votos. Con esas normas fuimos a votar en 1997, 2000 y 2003 en perfecta calma y reconocimiento de los resultados. Pero nos bastó la inconformidad del perdedor en 2006 para que busquemos hacer culpable al árbitro y no al mal jugador.

También es cierto que, con tres elecciones, hemos visto las limitaciones de nuestras normas electorales. Las principales, y en las que hay acuerdo general, son 1. El excesivo subsidio a los partidos; 2. Que más de 50 por ciento de esa enorme suma se va a los bolsillos de los medios de comunicación; 3. La insoportable extensión de las campañas; 4. La carencia de reglamentación para las precampañas; 5. La intervención de actores sociales en la campaña: cómo pueden manifestarse y qué les está prohibido por ley; 6. Las campañas negativas; y 7. Las facultades del IFE para marcar y castigar las faltas.

1. Que el subsidio a los partidos resulta ya ofensivo es un clamor nacional. Este año, sin elecciones federales, se embolsarán casi 3 mil millones de pesos.

2. Más de la mitad de esa enorme fortuna se va a engrosar las utilidades de las dos grandes televisoras en primer término. Y así acaba siendo el ciudadano quien fortalece con sus impuestos una estructura de comunicación oligárquica. Peor aún: los breves spots del bombardeo televisivo no pueden sino trivializar las propuestas, banalizar la campaña al transformarla en frases contundentes, pero tan hueca una como la otra.

3. El recorte en la extensión de las campañas es bien visto hasta por los mismos partidos, aunque no desearían ver rebajados en proporción sus apetitosos ingresos.

4. También hay acuerdo general en reglamentar las precampañas, tanto los gastos como los tiempos. ¿Cuándo comienza una precampaña? ¿Qué gastos de un gobernante son, claramente, parte de su precampaña a un futuro cargo? Un ejemplo lo tuvimos en la publicidad del anterior jefe de gobierno del DF: ¿por qué la inauguración de un túnel o de un puente debía transmitirse al país entero? Que lo tomara un noticiero era una cosa. Que lo pagara la ciudad como anuncio, otra muy distinta. Era parte de su precampaña: darse a conocer de Tijuana a Mérida. Y lo consiguió... con dinero público empleado disimuladamente. ¿Puede el gobernador de Jalisco pagarse tiempos para dar a conocer su obra en Sonora y Campeche? ¿No es claramente una precampaña?

5. ¿Puede un sindicato, una organización empresarial o campesina apoyar con sus propios recursos a un candidato o atacar a otro? La respuesta podría ser negativa porque esos recursos, ajenos a los entregados a cada partido, y fiscalizados por el IFE, suprimen el equilibrio económico que la ley busca dar a los contendientes; pero positiva si se limitan las agrupaciones, como las personas, a manifestar su opinión; la ley no puede prohibir que exprese su opinión un sindicato, pero sí que compre espacio para expresarla... la diferencia puede volverse sutil en ocasiones.

6. Los candidatos no únicamente proponen sus ideas, también combaten las del adversario. Eso es perfectamente válido. Y cuando la trayectoria política de un candidato muestra debilidades, en el mundo entero se denuncian para restarle credibilidad y votos. ¿Se pueden establecer límites objetivos, claros, a las campañas negativas?

7. ¿Cuánto poder estamos dispuestos a darle al IFE para castigar las faltas a la legislación electoral? ¿Respetaría la decisión un candidato eliminado por cometer faules?

Allí están las fisuras que la nueva ley debe resanar. El edificio no está mal, pero los sismos mostraron algunas debilidades en la estructura. Es del interés de los partidos, en primerísimo término, que se hagan los resanes. ¿Cómo pueden poner condiciones? Quien se queja por las reglas con las que un banco le niega un crédito, ¿no sería el primero en asistir a la reunión donde el banco hará reformas? ¿Le pondría condiciones para asistir quien es el primer interesado y puede ser el principal beneficiado? Es ridículo, infantil, berrinchudo. Propio del PRD, pero no del PRI. Y es justamente en lo que ha caído.

Comunicación: lgonzalez@milenio.com

 

 
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Me pegaste tanto anoche...

 ¿Usted cree que funcione eso de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia? Yo estoy convencido de que no.

¿Por qué? Porque cuando se hizo lo mismo en España, los asesinatos de mujeres, lejos de disminuir, se incrementaron, porque los mexicanos no somos precisamente los mejores a la hora de apegarnos a las leyes y porque se trata de un texto lleno de aberraciones.

¿Como cuáles? Como dividir a la sociedad en hombres y mujeres cuando se supone que todos nacemos iguales, somos iguales y tenemos los mismos derechos y obligaciones sin distinción de sexo.

Ahora resulta que todas las mujeres son unas blancas palomas (pregúntele a La mataviejitas) y que todos los hombres somos unos animales incapaces de controlar nuestra furia a la hora de tener a una mujer enfrente.

¿Y qué pasa cuando una madre atormenta a sus hijas? Pues nada que como se trata de una divina señora y no de un hombre peludo, la ley no aplica de la misma manera.

¿Y si es al revés? ¿Si hablamos de una muchacha que maltrata a su madre anciana? ¿A poco la van a señalar con el mismo odio que a un hombre que hubiera hecho lo mismo?

Esta ley es de risa loca, es combatir el sexismo creando sexismo, decirle a las mujeres: para que veas que vales mucho, voy a hacer que los hombres valgan poco.

Lo peor es que, a diferencia de lo que sucede en otras partes del mundo, aquí se está confundiendo violencia con violencia de género, con violencia contra las mujeres, con violencia laboral y con violencia doméstica.

Es una cacería de brujos que no dudo que a la vuelta de algunos años vaya a salir contraproducente por las peculiaridades del universo mexicano.

Lo primero que uno aprende cuando estudia a México, por ejemplo, a través del teatro, es que las madres de familia mexicanas no crían hijos, crean machos que ven a sus hermanas, primas y novias como entidades que nacieron para atenderlos.

¿A quién van a encarcelar cuando una recién casada denuncie a su marido por golpearla por no tenerle frías las cervezas? ¿A la suegra?

Sí, estoy de acuerdo en que en México pasan cosas más allá de lo horrible, crímenes inconcebibles como los de las muertas de Juárez, ¿pero en qué puede ayudar una ley como ésta para que aparezcan los culpables?

¿No será como taparle el ojo al macho tal y como sucedió hace algunos meses con la piratería? A lo mejor usted no lo sabe, pero traficar con piratería ya es un delito grave en nuestro país.

Irónicamente, yo veo, cada día que pasa, más puestos de mercancía pirata.

No, y si en verdad usted se quiere deprimir reflexionando sobre la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, hablemos de dos puntos: los medios y las parejas de lesbianas.

A raíz de esta ley, las autoridades deben vigilar y sancionar cualquier cosa que consideren que representa un atentado contra las mujeres en los medios impresos y electrónicos, y como los criterios son tan amplios, la única realidad es que los medios se van a enfrentar a un nuevo tipo de censura.

Adiós a cualquier telenovela que pudiera mostrar un contenido diferente, bienvenidas las conductoras encueradas que provocan a los hombres.

Finalmente ellos van a ser los acusados de acoso sexual, no ellas.

¿Y las lesbianas? ¿Ocurre algo o las mujeres que aman a las mujeres se tienen que esconder si son víctimas de algún tipo de violencia por el temor a que no se les haga justicia?

Uno de los casos más tipificados por la gente que ha dado entrevistas para explicar esta ley es la de los matrimonios de hombre y mujer con hijos.

Si la mujer es víctima de algún abuso, se le va a proteger, se le va a llevar, tanto a ella como a sus hijos, a un lugar seguro, y al esposo se le va a castigar con singular alegría.

¿Y si los hijos no están de acuerdo? ¿Si se quieren ir con el padre?

¿Y la situación matrimonial? ¿Es cierto que a partir de esta ley violencia va a ser igual a divorcio automático? ¿Quién se va a quedar con qué? ¿Por qué? ¿Porque uno es hombre y la otra, mujer?

¿Y si al paso de algún tiempo la señora se arrepiente, perdona al marido y quiere regresar con él? ¿La van a dejar? ¿Entonces para qué se gastó tanto en albergues y trámites? ¿Para qué? No sé qué piense usted, pero yo estoy convencido de que con esta ley se van a escribir grandes tragedias.

¿A poco no?

 

 

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¡MIRA DETRÁS DE TI!

 Mira, ¿qué hay ahí?

¿Tú que vez?

Yo un lugar lleno de flores,

y yo una tormentosa soledad.

 

¿Por qué será?

Porque no he aprendido

a olvidar;

ó porque no he sabido

amar.

 

Será,

¿Qué oculta esta? ;

¡Que ni tu misma

la encuentras!,

en esta angustiosa

y dolorosa

soledad.

 

Comunicación: bacabs_dg@yahoo.com.mx

 

 

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COLABORACIÓN

Cuba y México, los países de América Latina que más "amordazan" al periodismo

 

Buenos Aires, 7 feb (EFE).- Cuba, México, Venezuela, Bolivia, Brasil, Chile y Argentina fueron, en ese orden, las peores zonas de Latinoamérica para ejercer el periodismo en 2006 por la ejecución de leyes y prácticas "mordaza" por parte del poder político.

 

Según el informe "Indicadores de Periodismo y Democracia a Nivel Local en América Latina", publicado hoy por la organización no gubernamental Cadal, América Latina fue la segunda región del mundo, tras Irak, en número de periodistas asesinados en 2006, y la segunda también en cuanto a profesionales apresados, después de China.

 

Cuba se presenta en el estudio como el peor país para ejercer el periodismo, con una amplia propaganda gubernamental, un bloqueo informativo fortalecido por la enfermedad de Fidel Castro, y la dificultad de entrada de periodistas procedentes del extranjero.

 

El 28 de octubre de 2006, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió una resolución en la que se establecía que para que un periodista extranjero entre en la isla deberá tener un visado periodístico, que tiene que ser solicitado 21 días hábiles antes de la fecha propuesta, y tendrá que coordinar con las autoridades cubanas las entrevistas que desee llevar a cabo.

 

Por su parte, durante el pasado año México se posicionó en segundo lugar debido a las amenazas y a los crímenes cometidos contra periodistas que quedaron sin resolver.

 

Asimismo, según declaró el profesor Fernando Javier Ruiz, autor de la investigación sobre México, en ese país la fuerte presencia de mafias promueve la "auto-censura".

 

Venezuela y Bolivia se presentan como países en los que el Estado utiliza a los medios para apuntalar el poder político, de acuerdo con el estudio del Centro para la Apertura y el Desarrollo para América Latina (Cadal).

 

Los periodistas de estos dos países viven en un ambiente "polarizado", por lo que "tarde o temprano se ven obligados a posicionarse", afirmó Ruiz.

 

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ya ha anunciado medidas en el ámbito de la comunicación como la no renovación de algunas de las licencias de radios y televisiones privadas, la sanción de una ley que regule los medios gráficos y el aumento del tamaño y coordinación de los medios de comunicación al servicio del Gobierno.

 

Por su parte, Bolivia vive momentos de conmoción interna fruto de la confrontación entre el gobierno de Evo Morales y las fuerzas opositoras, lo que hace que el Gobierno mantenga una relación de "tensión" con los medios.

 

Brasil y Chile cuentan con "leyes mordaza" que controlan el ejercicio periodístico, como la amenaza de cárcel para delitos contra el honor, el desacato, la colegiación obligatoria de los periodistas, el control de los contenidos informativos, y normas que restringen la aparición y desarrollo de nuevos medios comunitarios.

 

Argentina se presenta como el país con la legislación menos restrictiva de toda América Latina, aunque impone "prácticas mordaza" al ejercicio del periodismo, como la asignación con criterios políticos de la publicidad oficial, de las licencias de radio y televisión, las dificultades para la aparición de nuevos medios o el abuso de parte de los privados de su posición dominante.

 

El presidente del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), Daniel Santoro, declaró que, durante los tres años de gobierno de Néstor Kirchner, "se ha instaurado un sistema de telefonazos a periodistas para quejarse por sus notas".

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